La del señor Bárcenas, concretamente, que ha dimitido de su puesto de tesorero del PP, con lo cual todos los políticos, periodistas amarillos -casi anaranjados-, y ciudadanos sin graduación, se sienten felicísimos.
En cambio, el señor Bárcenas mantiene su cargo de Senador, lo que le aparta de la justicia ordinaria y hace necesario el suplicatorio.
Y uno, en su candidez, piensa que en el fondo a nosotros -esto es, a cualquier ciudadano- nos importa más bien poco lo que un partido -el que sea- haga en su casa, y allá cada uno si quiere tener a un chorizo por tesorero. Pero a todos nos importa tener a un presunto corrupto como senador; entre otras cosas porque nos representa aunque no le hayamos votado, y cobra de nosotros aunque no sea nuestro elegido.
En resumen: que la dimisión que interesa a la Justicia -con mayúsculas- es la de miembro del Senado, y la que no nos importa un rábano es la de sus cargos de partido.
2 comentarios:
El que los partidos tengan a chorizos como Tesoreros sí nos incumbe desde el momento en que esos chiringuitos de intereses llamados partidos políticos se financian a través de nuestros impuestos en lugar de con las cuotas de sus afiliados. Son tramas parásitas como los "sindicatos". Si este sistema corrupto se mantiene es porque hay demasiados estómagos agradecidos que viven de la sopa boba de la partitocracia.
Según lo veo, nos incumbe, en efecto, la existencia de partidos chorizos; pero, una vez que los partidos nos han robado, su corrupción interna nos afecta menos que el hecho de tener corruptos como representantes.
Esto, claro está, partiendo del hecho de que todo el sistema es corrupto.
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