Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

jueves, 1 de enero de 2009

SOBRE UN PROPÓSITO DE AÑO NUEVO.

Escribe mi camarada Álvaro Romero en su blog La Ballena Alegre, transcribiendo un artículo ya viejo, pero en ningún modo caduco, porque parece hecho para el día de hoy. Y el de mañana.
Por mi parte, simplemente transcribir -a mi vez-, tanto lo que dice Álvaro como lo que cita él:


PARA EL AÑO NUEVO: UNIDAD, UNIDAD, UNIDAD...


Un articulo que me ha mandado a traves de un foro, el camarada administrador del blog 27 Puntos, lo transcribo literal como deseo para el 2009:


* * * * *


Escribía Roberto Reyes el 29 de octubre de 1977, en el periódico “El Alcázar”:


«Unidad sin banderías ni personalismos. Unidad sin egoísmos suicidas. Unidad que olvide viejos o recientes agravios, desdenes y hasta insultos. Unidad que, por lo menos, agrupe a las seis o siete versiones falangistas que tan lamentablemente andan enarbolando iguales banderas pero que son incapaces de hacerlas tremolar al mismo viento; al aire limpio y fresco que reclaman tantos muertos, tantos camaradas caídos con el nombre de España en los labios, en el corazón y en la mente, al levantarlas al grito de España UNA, GRANDE Y LIBRE.
«Meditemos todos en la primera de estas tres entrañables voces, en la de «UNA», es expresión ante todo de la voluntad de unidad; y fijémonos también en que José Antonio, cuyo ejemplo y nombre invocamos tantos grupos falangistas, encabezó la primera de esa triple consigna con la palabra «UNA», por querer ante todo la unidad de España el gran amor de su corta vida.
Luego, si así fue ¿cómo no podemos clamar los que queremos ver a España UNA, GRANDE Y LIBRE, ante todo y sobre todo por su unidad? Por eso, con el pie en el estribo de un acto de servicio más, cerrando las puertas del coche que me ha de llevar a una entrañable ciudad española, capital de región que aún sigue tremolando una única bandera, la de España; cuando estoy empezando a pensar lo que debo decir a los camaradas que me han invitado a hablarles de José Antonio y del acto fundacional de la Falange, y recibir una carta anónima pero suscrita con muchas firmas, en la que se me pide que en el XLIV aniversario del acto de la Comedia, hable y escriba, ante todo, de la «UNIDAD», por lo menos entre los hombres y las mujeres que en España visten la camisa azul, no vacilo en dejar escritos estos sentidos renglones para reclamar, para exigir esa UNIDAD.
A ti, camarada de la primera hora, que sufriste la cárcel o la persecución.
A ti, que no las sufriste y cumpliste como un bravo con el deber de empuñar un fusil, llevando o no los galones de sargento provisional o la estrella de alférez, o el de cabo o el de jefe de centuria, a ti camarada falangista o soldado raso.
A ti que te retuvieron en la retaguardia en un duro servicio o para que lo prestaras en un hospital o de camillero A ti, mucho más joven, que cantaste con la camisa azul «Prietas las Filas»
A ti, mujer de la Sección Femenina, que llevaste durante muchos años cultura, fe, sacrificio, amor, música y alegría, dentro y fuera de España.
A ti, morador de aquellos campamentos al aire libre, que al rayar el alba y al acabar el día izabas o arriabas la bandera de Falange junto a la enseña nacional.
Y hasta a ti, camarada que, sin saberlo, eres falangista.
A todos cuantos creen y piensan en José Antonio, en esta fecha grave de conmemoración histórica os pido, por su muerte, por su martirio, por la vida de tantos camaradas caídos: ¡UNIDAD!»


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... 31 Años han pasado de esto y seguimos con la misma monserga.

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