No, evidentemente, el del señor González de hace 26 años; aquél que consistió en homologarnos con los más preclaros chorizos del Universo y las mejores corrupciones bananeras del Orbe. Y con los crímenes de Estado, sin homologación posible en el afán chapucero y trincón.
Tampoco el del señor Rodríguez, consistente a lo que se ve, con meternos de hoz -con martillo- y coz -de Bermejo el rojo- en 1936, buen año aunque los sociatas siempre digan que recordar las cosas aquellas es de nostálgicos y desestabilizadores. Ahí es nada: una ley para la nostalgia del abuelito cabrón.
Y menos aún la del señor suertudo Obama, que por la cuenta que nos trae a los habitantes del mundo nos debería preocupar, aunque el tío ya está demostrando que es listo: desmantela la prisión de Guantánamo, si, pero ni hablar de soltar a los presos; se los endilga a los aliados de la OTAN europeos, ahí tenéis eso, hijos, que yo soy muy progre para tenerlos en casa.
No; el cambio es el de mi domicilio cibernético. Ya algunos de los habituales habrán observado referencias a otro "Mi libre opinión", con el que durante un par de meses este blog ha compartido comentarios.
El anterior alojamiento ha sido respetuoso con mis opiniones y no tengo queja al respecto. Sin embargo, no he sido capaz de descubrir en él la forma de hacer algunas cosas que el nuevo sitio si permite a alguien de corto conocimiento, como es el caso. Tampoco la publicidad automática que me ponía -por ejemplo, pidiendo el voto al PP durante las campañas electorales, u ofreciendo casas de citas en red- era de mi agrado.
En consecuencia, quienes gusten, tendrán a partir de ahora -y de forma permanente y exclusiva- esta su casa en esta nueva dirección donde les espero con el artículo 20 de la Constitución izado.
Tampoco el del señor Rodríguez, consistente a lo que se ve, con meternos de hoz -con martillo- y coz -de Bermejo el rojo- en 1936, buen año aunque los sociatas siempre digan que recordar las cosas aquellas es de nostálgicos y desestabilizadores. Ahí es nada: una ley para la nostalgia del abuelito cabrón.
Y menos aún la del señor suertudo Obama, que por la cuenta que nos trae a los habitantes del mundo nos debería preocupar, aunque el tío ya está demostrando que es listo: desmantela la prisión de Guantánamo, si, pero ni hablar de soltar a los presos; se los endilga a los aliados de la OTAN europeos, ahí tenéis eso, hijos, que yo soy muy progre para tenerlos en casa.
No; el cambio es el de mi domicilio cibernético. Ya algunos de los habituales habrán observado referencias a otro "Mi libre opinión", con el que durante un par de meses este blog ha compartido comentarios.
El anterior alojamiento ha sido respetuoso con mis opiniones y no tengo queja al respecto. Sin embargo, no he sido capaz de descubrir en él la forma de hacer algunas cosas que el nuevo sitio si permite a alguien de corto conocimiento, como es el caso. Tampoco la publicidad automática que me ponía -por ejemplo, pidiendo el voto al PP durante las campañas electorales, u ofreciendo casas de citas en red- era de mi agrado.
En consecuencia, quienes gusten, tendrán a partir de ahora -y de forma permanente y exclusiva- esta su casa en esta nueva dirección donde les espero con el artículo 20 de la Constitución izado.
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