Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

viernes, 13 de junio de 2025

SOBRE LA HIPOCRESÍA O LA ESTUPIDEZ.

No soy especialmente listo, y como así lo llevo reconociendo por escrito y públicamente desde hace casi medio siglo, cualquier rojo, progre, demócrata, liberal o gilipollas sin graduación que pase por aquí, puede darse por satisfecho con mi declaración y ahorrarse el esfuerzo de juntar letras para decir lo que ya le doy hecho.

No soy especialmente listo, ni tengo mayor mérito intelectual que el de haber reconocido los esfuerzos de los buenos maestros que tuve en mi juventud académica, y haber tenido la inteligencia -esta vez si- de aprovechar lo que me daban. 

No tengo una gran cultura, ni titulaciones universitarias abundantes. Tengo, eso si, mis lecturas de guardia, que si no consigo aprovechar todo lo que debiera, me llegan para no caer en la tontería grotesca que estamos observando estos días en los que se consideran templos de la inteligencia trufados con unas gotitas de Oráculo de Delfos.

Porque la poca inteligencia y la poca cultura que tengo -gracias a mis profesores de Bachillerato y a los caminos que me abrieron mis camaradas de Fuerza Nueva y Juntas Españolas-, hacen que me parezca ridículo el espectáculo de manos a la cabeza de todos los periodistas y de todos los opinadores profesionales ante la evidencia de las corruptelas de los cuates de don Pedro Sánchez.

Me parece ridículo que se mesen las cabelleras ante la zafiedad de los barandas socialistas que las grabaciones demuestra; ante la chabacanería, ante la desvergüenza, ante la truhanería con que los barandas del partido socialista se repartían sobres, cobraban y distribuían sobornos, pedían miles de euros de tal o cual cohecho percibido, o solicitaban un puestecillo a dedo para la querida, la concubina, la meretriz o la expareja de cualquiera de los garrulos del PSOE. 

Me parece ridículo que a estas alturas se hagan cruces -y los laicos que se jodan con la expresión- porque se ha probado lo que todos los que no somos tontos de baba ya sabíamos. Porque hay que ser tonto -mucho más que el que suscribe y reconoce en el primer párrafo-; hay que ser imbécil con pedigrí, idiota con máster y cretino sin solución para asombrarse ahora de lo que lleva ocurriendo desde hace décadas.

Décadas, si. Sánchez y su grupo de delincuentes han llegado a la quintaesencia de la grosería y la zafiedad; han trincado la pasta de nuestros bolsillos para ponerle pisos a sus queridas fijas, sus rameras fijas discontinuas y sus putas de refilón. Para darles sueldos y que hasta los refociles se los pagara "el pueblo". Porque la pasta de los sobornos no se la han quitado las empresas de sus beneficios, no; la pasta de los sobornos la han cobrado como sobreprecio de la obra o el servicio contratado, y como ya dijo la eminencia socialista Carmen Calvo "el dinero público no es de nadie." Pero lo pagamos todos.

Lo pagan incluso los socialistas que todavía no tienen un puesto digital en cualquier empresa pública, un apañito en cualquier ministerio, ayuntamiento o autonomía como asesor de tocarse las gónadas a tres manos; los que aún no han alcanzado la gloria socialista del chiringuito ecolojeta, esclavista, semiterrorista o sindical.

Pero esto no es de ahora. Y no es de Sánchez. Ni es de Zapatero. Ni es de Felipe González. Ni siquiera el exclusivamente del PSOE. Ni siquiera -aunque objetivamente menor- es del PP al que los mafiosos de Sánchez y sus aliados traidores a España, junto a terroristas y golpistas, echaron acusándolos de corrupción. 

Y los más culpables son los cobardes que lo callan, un día tras otro, un año tras otro, un Gobierno tras otro. Los que lo votan sin exigir responsabilidades al que miente, al que roba, al que se forra.

Este es el sistema. Esto es la democracia liberal.


domingo, 1 de junio de 2025

SOBRE LA MEZQUINDAD.

Por lo que dice la prensa, la ex-alcalda -que no alcaldesa, porque no fue tal cosa durante su mandato, sino una mezcla de Pasionaria y tricoteuse- Carmena, en unión de otras señoras de su mismo jaez, sufrió un lapsus durante el programa 'Las abogadas & compañía' de RTVE; lapsus que la llevó a confesar:

"Curiosamente durante todos esos años, se construyeron tantísimas casas que realmente la gente tenía posibilidad de tener una", destaca Carmena, haciendo referencia a la política franquista que dio como resultado el boom de la construcción. "Hemos sido pioneros en la industria de la construcción", matizaba la ex-alcaldesa.

Ello, tras recordar "el lema franquista 'Queremos una España de propietarios y no de proletarios', que cambió por completo el panorama social e inmobiliario del país."


Ocurre que ese "lema franquista" nació de un discurso de José Luis Arrese, Ministro de Vivienda a la sazón -el primero de la Historia de España, porque antes a nadie le había importado que los españoles tuvieran techo.

Y claro, para el -o la, o lo, o cualo- que se oculta tras las iniciales A.A.F, es evidente que "Arrese resumía bien uno de los objetivos ideológicos del franquismo en materia de vivienda: fomentar la propiedad privada de la vivienda como instrumento de control social y estabilidad política. Entre otras cosas, la dictadura entendía que un propietario sería menos proclive a la protesta social y a la organización sindical que un proletario sin posesiones."

Lo cual define perfectamente la política actual, la democracia rampante, la progresía cangrejil y la más absoluta mezquindad: se facilitaba la propiedad de un techo bajo el que cobijarse para controlar la sociedad. 

No se hacía para mejorar las condiciones de vida, no; no se hacía para darle esperanza y techo a los trabajadores, no. En la necia opinión del cuatezón que se oculta -ocultón había de ser- bajo las siglas A.A.F, se hacían viviendas para controlar la sociedad.

Cosa que la memocracia actual, la progresía sociata de mierda, la rojez inculta y putera, nunca hará. Nunca manipulará a los ciudadanos dándole facilidades para tener una vivienda, ni dándoles puestos de trabajo para poderla pagar. Eso son cosas de la dictadura franquista.

Ahora las viviendas se las ponen los empresarios cohechistas a las queridas de los ministros, y los trabajos a las rameras de catálogo.


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