Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

domingo, 11 de noviembre de 2018

SOBRE LA FELICITACIÓN.

La que hoy, precisamente hoy, quiero dirigir a nuestros ministros, jueces, fiscales, ediles y políticos todos en general y a granel

Felicitación profundamente sentida hacia don Pedro Sánchez, el socialista respetuoso, tolerante, pacífico, democrático y consecuente. A don Pablo Iglesias, el comunista chavista bolivariano de tan buen talante, de tan férrea lucha por la libertad desde el pacifismo y el respeto; tan buen negociador, tanto de los Presupuestos Generales del Estado como de las hipotequillas propias, tan patriota y tan apegado a la legalidad. 

Felicitación a los alcaldes, alcaldas y alcaldos, que quiero simbolizar en la señora Carmena, tan dispuesta a facilitar la llegada de inmigrantes ilegales, a proteger y ayudar a su propia policía municipal, a facilitarnos la circulación y el libre desplazamiento por la ciudad que rige. A los alcaldes que invitan a sus actos a grandes luchadores antifascistas de ETA, GRAPO, FRAP, todos ellos perseguidos políticos represaliados en su lucha por la libertad. A los alcaldos que niegan sus instalaciones deportivas para así impedir que en ellas jueguen los representantes de Israel.

Felicitación a los eficaces servicios del CNI, tan hábiles para situar siempre en el sitio adecuado a sus agentes provocadores.

Felicitación a las feministas, tan cultas creadoras del nuevo idioma que ha salido de la mezcla del español y la gilipollez; tan eficaces, que ya han logrado que la mayoría de las mujeres hayan adquirido todos los vicios de los hombres, amén de conservar los que trajeran de fábrica.

Mi más sincera felicitación a todos ellos -y a miles de otros merecedores que se me escapan en la prisa- en este día.

Día que -dirélo para los que no sean católicos o, siéndolo, anden alejados del Santoral- es el de San Martín.

Día, por cierto, que a los gorrinos, marranos -sin connotación racista-, guarros, puercos; en fin, a los cerdos, no les suele caer demasiado bien, acaso por lo que el refrán les anuncia para esta época.


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