Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

miércoles, 21 de enero de 2015

SOBRE EL APÁTRIDA JUNQUERAS.

Apátrida que es -según la Real Academia- el que carece de nacionalidad.

Porque este señor Junqueras -cuyo apellido alguna vez he visto escrito como Jonqueras, pero lo cito tal como lo hace El País- declara en entrevista al citado periódico que ...si yo fuese español vería con simpatía un cambio del Gobierno del PP a Podemos.

Evidentemente, a mí no me interesan las simpatías políticas del señor Junqueras, bien que declaran ciertas afinidades que sus posibles electores tendránen cuenta en su día. Lo que me interesa es la declaración de que no es español.

Y me interesa porque este don Oriol -o sea, don Oropéndola, según fiel traducción de mi camarada Arturo Robsy, conocedor del paño- pretende presentarse a las preanunciadas elecciones autonómicas de su región.

Desde mi -lo confieso- no demasiado profundo conocimiento de la legislación electoral, tengo entendido que los no españoles pueden votar -y presentarse como candidatos- tan sólo en determinados casos. En las elecciones municipales, si son residentes y tienen la nacionalidad de un país de la Unión Europea, o de alguno con el que haya convenio de reciprocidad debidamente firmado en tal sentido. También, creo recordar, en las elecciones europeas. Pero en ningún caso los extranjeros pueden votar en unas elecciones generales o autonómicas. Y menos aún ser candidatos.

Así es que la Junta Electoral que corresponda -y en su defecto el fiscal de guardia- harían bien en impedir que don Oropéndola -que no es ciudadano español según confesión propia- se presentara a las elecciones que el señor Mas ha anunciado para el otoño.

Del resto de lo que dice no merece la pena comentar nada. Desgraciadamente, coincido con el análisis del señor Junqueras. Las anunciadas elecciones autonómicas darán paso a un despiporre generalizado, en el cual los separatistas seguirán avanzando sin que nadie les haga frente con las medidas oportunamente contempladas en la Ley -menos aún con la elecciones generales a tiro de piedra- y se sucederán los absurdos de instituciones del Estado -que eso son los gobiernos autónomos- conspirando contra el Estado -o sea, preparando golpes de Estado- sin que el Gobierno haga otra cosa que verlas venir.

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