No; no voy a hablar otra vez de los
ERE, de los presuntos cursos de formación, de las suculentas partidas
presupuestarias que ambos sindicatos trincan de nuestros impuestos. Voy a hablar
de las cosillas que UGT y CC.OO. subvencionan a sus afiliados, o a los que se
apunten al desvencijado carro del llamado sindicalismo de -mala-
clase.
De verdad que al ver ayer la noticia de La Gaceta
pensé que se habían equivocado de hoja del calendario en un mes, y el redactor
pensaba que estábamos a 28, pero de Diciembre.
Porque -léanlo si gustan
en el citado periódico- la UGT de la Comunidad Valenciana ofrece entre sus
afiliados descuentos de hasta el 25% en operaciones de aumento de pecho y
glúteos, liposucciones o rinoplastias (... ) también subvenciona los
tratamientos de bótox por unos 450 euros, 150 menos que la tarifa estándar, o la
depilación láser.
Comisiones Obreras no se queda
atrás y en su catálogo de ventajas y promociones incluye descuentos del 15% en balnearios, 10% en spa y 30% para los tratamientos de depilación
láser.
Superado el pasmo inicial, y la duda sobre el
calendario, la conclusión a que uno llega es que ambos sindicatos de -mala-
clase consideran que sus afiliados en general, y sus afiliadas en particular
-dado que, al menos por ahora, las mujeres son las mayores usuarias de tales
procesos-, necesitan esos arreglos estéticos para su trabajo.
Lo cual, si
fuera afiliado a esos sindicatillos, me mosquearía
mucho.
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