SOBRE EL FRENO DE MAS.

El que -según cita El País- no piensa echar el señor Mas pese a que el Tribunal Constitucional haya admitido a trámite la impugnación de la declaración soberanista del parlamentillo de Catalunlla. No piensa el señor Mas congelar nada -de su proceso; de los sueldos, servicios y prestaciones de toda índole ya lo creo que sí-, porque es un camino decidido por el pueblo de Cataluña.

El señor Mas no debe ser muy docto en matemáticas, probablemente porque los negocios se los hacen otros y él sólo tiene que poner la mano -aquél tres por ciento citado por Maragall, ya saben-; por ello, me permito -soy de natural generoso- reiterarle que nada mas que un tercio escaso de votantes eligieron una opción separatista, y con variación del grado de rojez. Y que la suya particular del señor Mas perdió considerable porcentaje de votos con respecto a las anteriores elecciones. Vea quien guste los datos en este mismo diario siguiendo este enlace o este otro.

Con los datos, lo que queda claro es que los masistas y sus adminículos quieren decidir por el casi 70% de los ciudadanos de su región con derecho a voto; 70% que NO les ha elegido a ellos, ni a sus soberanismos, ni a su cerrazón aldeana. Quieren imponerse sobre la inmensa mayoría de sus -teóricamente- gobernados, con una declaración que ellos mismos califican de política. O sea, que no tiene trascendencia jurídica; que es un puñetero brindis al sol.

Lo malo es que el maletilla acojonado de la Moncloa no tiene los arrestos necesarios para tomar las medidas legalmente necesarias. Entiéndase bien: legalmente.

Legalmente, lo que procede es la inmediata disolución de la administración autonómica de Catalunlla; la inmediata derogación del estatuto de autonomía -que no es mas que una Ley Orgánica del Estado español, a ver si se enteran-, y la correspondiente detención y puesta a disposición judicial de quien se oponga.