Cuando en las lejanas elecciones generales de 1982, aquellas que ganó Felipe González -Felipe, capullo, queremos un hijo tuyo- más que por méritos propios por deméritos contrarios, todos estuvieron de acuerdo en afirmar que había sido un gran triunfo del sistema democrático, dada la alta participación.
Ni que decir tiene que, en la loa y alabanza de las bondades del sistema, tanto contaron los votos al triunfador PSOE, a la hundida UCD, a la probona AP o -como fue mi caso, y lo digo porque el voto secreto es un derecho, pero no un deber- a Solidaridad Española, partido creado exprofeso para que se presentara el Ilustrísimo señor D. Antonio Tejero Molina.
Lo bueno de ir sumando años -si es que tiene algo de bueno- es que uno acaba viendo muchas cosas y -al menos algunos- recordándolas. Mi recuerdo de aquellas elecciones que Calvo-Soltelo preparó para perderlas, es nítido en cuanto a la conclusión: participar es algo que le da réditos al sistema, que lo alimenta, lo amamanta y, al cabo, lo justifica. La no participación se puede leer de muchas formas; pero todas ellas, invariablemente, devienen en una interpretación: que no interesa el tinglado.
Llegados a este punto, mi duda ante unas elecciones siempre es la misma. No tengo nunca ninguna acerca de a quien votar, sino si merece la pena votar. ¿Hay en estas elecciones una candidatura que merezca dejar de lado el repudio al sistema?
Cuando la respuesta es afirmativa, voto; cuando es negativa, me niego a hacerme cómplice.
¿Voy a votar al PP que mantendrá la Ley del aborto, que legalizó en su anterior apoltronamiento la píldora abortiva del día siguiente, que financia abortos en clínicas concertadas, que mantendrá las autonomías como están, que propone adaptar el derecho de familia a las nuevas realidades sociales, que subvenciona a homosexuales para celebrar que están orgullosos de ofender a los que no lo somos, que va a terminar de definir al trabajador como simple mercancía?
¿Voy a votar al PSOE que se empeña en revivir la guerra civil que perdieron, y en ganarla por Decreto, que subvenciona a los Sindicatos para que traguen la crisis en silencio y buena armonía con el Gobierno; que hace apología del asesinato desde el BOE, con el aborto y la eutanasia; que baja sueldos y congela pensiones mientras los políticos se suben el sueldo y la cuantía de todas sus prebendas?
¿Voy a votar a los comunistas antediluvianos, que como modelo y guía tienen a Fidel Castro o a Hugo Chávez, y como ejemplos cualificados a los indignos quincemierderos?
¿Voy a votar a UPyD, que aprueba el aborto, que contempla la permanencia de la Educación para la Ciudadanía siempre que sea por consenso, como si lo bueno y lo malo fuera cuestión de votos?
Pues no; no voy a votar a ninguno de ellos.
En estas elecciones votad lo que os parezca menos malo. Pero no saldrá de ahí nuestra España, ni está ahí nuestro marco. Esa es una atmósfera turbia, ya cansada, como de taberna al final de una noche crapulosa.
José Antonio Primo de Rivera.
Discurso de la Fundación de Falange Española. (29 de octubre de 1933)
¿Hay ahora algo que sea menos malo? Creo que no, y la única forma de hacerlo saber es no participar en su fiesta tabernaria.
Puedo pecar por desinformación, y si alguien conoce una candidatura nacional que presente listas en Madrid y que se me haya pasado, le ruego me lo comunique.
Por supuesto, esta es mi opinión. No voy a censurar a nadie porque piense otra cosa y decida votar a unos o a otros, a los de acá o los de acullá. Cada uno es cada uno y tiene sus cadaunitos, que parafraseaba un antiguo compañero de Universidad a propósito de la sentencia orteguiana.
Pero yo, repito, no quiero ser cómplice.
(Véanse los argumentos, en este mismo sentido, del Catedrático Javier Paredes.)
(Véanse los argumentos, en este mismo sentido, del Catedrático Javier Paredes.)
8 comentarios:
Ya tocaba, que no estuviéramos de acuerdo en algo, era antinatural :-)))))
UPyD sí es lo menos malo y de largo, en mi humilde humilde humilde opinión. A sabiendas de que ignoro muchísimo de todo, incluidos los detalles y la letra pequeña del mismo UPyD, no puedo estar de acuerdo con que "no hay nada menos malo".
Ya me explicaste, tan bien como sueles, por qué no votarás tú a esa opción. Y lo explicas un poco hoy.
Yo vuelvo con lo que digo siempre; doy por hecho que jamás habrá un partido perfecto, un partido que cuadre conmigo sin fallas.
¿Que no son graves esos defectos y algún otro?, por descontado que lo son, pero yo quiero ver y oir - con mayor fuerza que hasta ahora - todo lo que UPyD sí hace y sí dice a contrapelo del régimen y su búnker. Contra todos (ya me entiendes) y en todos los puntos de España.
Mucho valoro yo todo eso. Y, como mínimo, lo valoro como para darles mi triste voto.
Imagino una España UPyD y me duele un poco, pero ¡caramba!, menuda diferencia...
"Hilar fino" siempre es a partir de una situación de haber "hilado grueso" ¿no?.
Un saludo para mi amigo nacionalsindicalista de las redes, que me honra hasta cuando 'me decepciona' (si es que se puede llamar así).
Es cuestión de opiniones, Carlos.
Entiendo que tu tengas tus razones para pensar que el voto a UPyD es la mejor opción ahora, y que mucha gente piense igual. Pero me mantengo en mi idea de que, si fallan los valores fundamentales, el resto no tiene cimientos.
Por lo cual, por supuesto, no nos vamos a pelear.;)
Siempre queda la opción de "escaños en Blanco" o DN, que supongo presentarán candidatura por Madrid. Aunque sólo sea de una manera testimonial.
Distinto es en mi provincia donde se presenta FEJONS
Muchos saludos
La última información que leí, a propósito de los que no habían pidido presentar candidatura por el tema de las firmas, decía que no había ninguna lista "a la derecha del PP", así es que entiendo que no hay listas nacionales.
Si ya no hablamos de derechas ni de izquierdas, al final todo es lo mismo. Me refiero a un no-partido como voto de protesta, sólo como valor testimonial y para no entrar en el juego de la partitocracia liberal-capitalista. O más bien permanecer al margen de este sistema.
Yo siempre he proclamado mi no participación en la mascarada de la elecciones. Nunca he votado ni lo pienso hacer jamás. No soy demócrata. Me niego que mi voto valga lo mismo que el que vota a "bildu" (o con el puto nombre con el que se presente a las generales). Me niego a que me digan que no votar me quita el derecho a protestar.
¡Cuantas veces he tenido que escuchar aquello de que si no votas, luego no tienes derecho a protestar!.
Realmente me da igual que gane el PP o que gane el PSOE. Es mas, puestos a elegir, prefiero que salga RuGALcalva, a ver si esto revienta de una vez. Prefiero el pepinazo y aquí se acabó todo que no continuar con esta lenta agonía de muerte de España.
La política de partidos, las elecciones cada cuatro años sirven, si acaso, solamente para la componenda, para el parche momentaneo.
Hay ideales (El nacional-sindicalismo, por ejemplo) que se proyectan como modelos, universales, eternos, trascendentes, perennes.
En el "arco político" no oigo hablar a nadie de DIOS. A ningún candidato se le escapa la palabra PATRIA. Todos entienden EL TRABAJO, como dices tú Rafael, como un MERCADO. Todos son siervos del AMO-CAPITAL. Los bancos van a seguir siendo los dueños del "tinglao", los que saquen la tajada más gorda.
Los separatistas continuarán ganándole terreno a la UNIDAD de España, cualquiera que sea el ganador de las elecciones.
TODOS SON SISTEMA. Votar es alimentar el sistema, es apuntalar un edificio sin cimientos.
¡Al carajo las urnas!, ¡Abajo las mayorías aborregadas!
Es nuestro caso, lo mejor es votar nulo. Yo, al menos, así lo haré.
"Imagino una España UPyD" dice Ocón.
¿Cómo se imagina Vd. ésta España con UPyD gobernando?.
Lo siento, no encontraría ninguna diferencia con la España por ej. de Felipe González.
El ideario de Rosa Díez es socialista al 100%. Qué pregona que está contra de ETA, que está en contra de las autonomías y por la tanto en contra del nacionalismo vasco, catalán etc. etc., vale. Éste fué su discurso en su momento, y continúa con él, pues la cuestión era desmarcarse del socialismo en que ha militado toda su vida.
En cuanto a la economía es importante, "pero no lo más importante". Si no va acompañada por los principios y valores no negociables, jamás saldremos de esta triste situación.
No veo que sea tan difíl entenderlo.
Muy eficaz tu campaña electoral Rafael y muy a cuento las palabras de José Antonio. Buena entrada.
Rafa, ¡Qué razón tienes!. No te has dejado nada en el tintero!!!!
Un abrazo a los dos.
Publicar un comentario