El Asnón -sin errata- al que se refiere mi camarada Eloy en el blog hermano -Desde mi trinchera-, y que como fácilmente se comprende, salvo ser familiar del asno, es el individuo apellidado Ansón. O Anson, que no hay universal acuerdo, y el interesado no parece saberlo de primera mano.
Este señor Ansón es el ojeador principal, desde hace décadas, en esos concusos de carne más o menos fresca llamados de belleza, donde -por cierto- suelen ganar las más feas, acaso por el estrabismo moral del referido jurado vitalicio.
Este señor Ansón es el monárquico chapucero-gorrino por excelencia -seguido de cerca por el señor Peñafiel, pena de apellido para individuo tan abyecto-, de los de doblar servilmente el espinazo ante Franco en El Pardo, para luego ir con chismes a Estoril, aconsejando a Juan sin Tierra de qué forma hacerse con aquello que nunca fue suyo, y a lo que jamás tuvo derecho.
No se si este señor Ansón es el imbécil que hace unos días escandalizaba a los ignorantes, afirmando que de haber reinado el Conde de Barcelona -ese Juan Tres Palos que nunca fue-, hubiese tenido a Prieto como Ministro, como si eso no fuera ya archisabido, y no estuviera documentado en las cartas enviadas y recibidas por tres monárquicos y un idiota; pero seguramente será él, habida cuenta de su propensión a ejercer de heróico adalid de conspiraciones más o menos risibles.
Lo que está claro, es que este señor Ansón es tan mediocre, que no llega a darse cuenta de que Franco era tan inteligente como para no tomárselo en serio. Que acaso es lo que le duele, claro.
Y lo que uno no se explica, es como Franco nombró sucesor a quien nombró, al ver qué personajes tenía la monarquía alrededor. Pero es que Franco era el único monárquico de España, y no se pudo sobreponer a esa debilidad.
2 comentarios:
¡¡¡FELICIDADES, RAFAEL!!!
Muchas gracias, Rafa. Igualmente, tocayo.
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