Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.
José Antonio Primo de Rivera. (F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)
Detalle que -cuenta El País- no tendrán que declarar los parlamentarios, se trate de pisos, de locales comerciales, de naves industriales o de cualquier clase de inmueble.
Si seremos decentes que el Psoe, mientras arruinaba, no dejaba de insultarnos y falsificarnos y de hacernos películas fantásticas de los años 30.
Si seremos decentes que aún tenemos vergüenza, no vamos a ver a Obama y ni siquiera tenemos un E.R.E. Si lo seremos que no hemos escapado hacia el PP a jurar fidelidad a Merkel.
Ni siquiera nos hemos refundado porque seguíamos siendo los modernos. O sea, los de Falange.
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