Porque mi camarada von Thies me hace llegar el siguiente comentario:
Siempre os olvidais de un privilegio de los Padres (¡ojo, y madres!) de la Patria, cual es que para ellos es gratis el teleférico de la Casa de Campo. Palabra de honor, no es broma.
Hay que reconocer que cualquier señor, señora, señoro, diputado, diputada, diputade, senador, senadora, senadoro, necesita inexcusablemente ver la madrileña Casa de Campo desde cierta altura, pues resulta indispensable para sus funciones.
Y a muchos de ellos, para localizar a su familia más directa.
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