Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

lunes, 24 de enero de 2011

SOBRE UNA PRECISION ACERCA DE LOS PRIVILEGIOS.

Porque mi camarada von Thies me hace llegar el siguiente comentario:
Siempre os olvidais de un privilegio de los Padres (¡ojo, y madres!) de la Patria, cual es que para ellos es gratis el teleférico de la Casa de Campo. Palabra de honor, no es broma.
Hay que reconocer que cualquier señor, señora, señoro, diputado, diputada, diputade, senador, senadora, senadoro, necesita inexcusablemente ver la madrileña Casa de Campo desde cierta altura, pues resulta indispensable para sus funciones.
Y a muchos de ellos, para localizar a su familia más directa.

No hay comentarios:

Publicidad: