Que es, más o menos, lo que supone encarcelar a un editor -no escritor, sino editor- de libros.
Como ya he escrito hace poco sobre el tema, les dejo con un artículo del blog Libertad Pedro Varela:
Como ya he escrito hace poco sobre el tema, les dejo con un artículo del blog Libertad Pedro Varela:
* * * * *
En contra de los principios de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y de la propia Constitución española, en España se producen secuestros de miles de libros a manos de las fuerzas de seguridad del Sistema, y posteriormente son quemados como en los mejores tiempos de la Inquisición.
Hoy, la Inquisición ha pasado de manos de los auto-proclamados portadores de la verdadera fe de antaño a manos de los auto-proclamados portadores de la verdadera fe de hoy. Religiosos unos, ideológicos los otros. Diferentes dueños, misma maquinaria de represión. Sólo hay una diferencia. La Inquisición de entonces tenía un Index o índice de libros prohibidos, por lo que un editor sabía lo que podía o no podía publicar. La diferencia hoy radica en la hipocresía. Este Sistema se disfraza con ropajes democráticos y liberales, por lo que no puede haber una lista de libros malditos. ¡Pero los libros los queman exactamente igual!
De forma que la diferencia, como decimos, es que mientras antiguamente el editor sabía de antemano lo que estaba prohibido, hoy día se puede encarcelar a posteriori a cualquiera que publique un libro que disguste al fiscal rojo pro-okupas o comisario político de turno. Si un Garzón II se levanta un día con el pie izquierdo, puede cerrar la editorial y la librería que desee simplemente extrayendo citas fuera de contexto de cualquiera de los libros que tenga en catálogo.
Está en nuestra mano evitar que unos jueces corruptos jueguen a reescribir la Historia y decidir por nosotros, el pueblo, qué es lo que podemos leer o dejamos de poder. La Historia es materia para historiadores, no para ningún juez o fiscal. Está en nuestra mano evitar que todos los auto-titulados censores (oficiales o no) del pensamiento único, incluyendo a los denunciantes profesionales de la comunidad judía y de la embajada alemana que han logrado encarcelar a Pedro Varela con falsas y contradictorias acusaciones, puedan seguir rigiendo los grandes medios de comunicación de nuestros países y ejerciendo la censura contra los medianos y pequeños, e imponiendo bajo amenaza penal los dogmas históricos que les venga en gana. ¡Evitémoslo, pues! Entre todos, podemos y debemos hacer que no les salga rentable políticamente toda esta orgía de represión.
Seamos conscientes de que un librero ha sido encarcelado por delito de opinión, por publicar libros que ni siquiera ha escrito (ni podido leer, en su gran mayoría), que reflejan no su opinión, sino las diferentes opiniones de sus diversos autores. Ha sido condenado por 16 títulos, básicamente textos históricos sin comentario alguno.
Se le acusó y condenó por racismo, con una chutzpah despampanante, por publicar Nobilitas, un libro escrito por un hindú que resume el pensamiento de los grandes filósofos occidentales de los últimos 2.000 años.
Se le acusó y condenó por anti-semitismo por publicar un libro del autor judío Israel Adán Shamir, que se queja de los crímenes del Estado genocida de Israel contra los palestinos. Por otra parte, los árabes también son semitas, pero esos genocidios no les importan, deben contar con total impunidad a su modo de ver. Lo que no debe quedar impune es que alguien se queje de los genocidios llevados a cabo por los judíos, porque quejarse de esto según ellos es justificar el exterminio contra los judíos. ¿Puede haber un mejor ejemplo de chutzpah?
Pero sigamos con más ejemplos, otro de los 16 libros por cuya publicación Pedro Varela ha sido condenado es un texto que es de lectura obligatoria en las universidades españolas para la carrera de psicología: Raza, inteligencia y educación. Lo edita la propia Universidad. Su autor, ¡otro judío anti-nazi!, que cree en el Holocausto como hecho histórico tal y como hace constar en su libro, ¡es nada menos que H. J. Eysenck, el psicólogo más citado después de Sigmund Freud! Pero en su libro demuestra la diferencia de coeficiente intelectual entre las razas humanas con argumentos que no han podido nunca ser rebatidos científicamente. Sin embargo, ¡los Garzones que hay por el mundo adelante son historiadores, antropólogos y científicos todo en uno! ¡Pueden decidir por decreto y sentencia sobre el tema que les plazca y sin necesidad de rebatir nada!
Vale, es terrible, es vergonzoso, es indignante. ¿Y ahora qué? Hay múltiples formas de ayudar a exigir la liberación para Pedro Varela y la libertad de expresión para todos. Esperamos tu colaboración, organicémonos. ¿Quieres saber cómo? Clica en: COMO PUEDES AYUDARNOS.
Hoy, la Inquisición ha pasado de manos de los auto-proclamados portadores de la verdadera fe de antaño a manos de los auto-proclamados portadores de la verdadera fe de hoy. Religiosos unos, ideológicos los otros. Diferentes dueños, misma maquinaria de represión. Sólo hay una diferencia. La Inquisición de entonces tenía un Index o índice de libros prohibidos, por lo que un editor sabía lo que podía o no podía publicar. La diferencia hoy radica en la hipocresía. Este Sistema se disfraza con ropajes democráticos y liberales, por lo que no puede haber una lista de libros malditos. ¡Pero los libros los queman exactamente igual!
De forma que la diferencia, como decimos, es que mientras antiguamente el editor sabía de antemano lo que estaba prohibido, hoy día se puede encarcelar a posteriori a cualquiera que publique un libro que disguste al fiscal rojo pro-okupas o comisario político de turno. Si un Garzón II se levanta un día con el pie izquierdo, puede cerrar la editorial y la librería que desee simplemente extrayendo citas fuera de contexto de cualquiera de los libros que tenga en catálogo.
Está en nuestra mano evitar que unos jueces corruptos jueguen a reescribir la Historia y decidir por nosotros, el pueblo, qué es lo que podemos leer o dejamos de poder. La Historia es materia para historiadores, no para ningún juez o fiscal. Está en nuestra mano evitar que todos los auto-titulados censores (oficiales o no) del pensamiento único, incluyendo a los denunciantes profesionales de la comunidad judía y de la embajada alemana que han logrado encarcelar a Pedro Varela con falsas y contradictorias acusaciones, puedan seguir rigiendo los grandes medios de comunicación de nuestros países y ejerciendo la censura contra los medianos y pequeños, e imponiendo bajo amenaza penal los dogmas históricos que les venga en gana. ¡Evitémoslo, pues! Entre todos, podemos y debemos hacer que no les salga rentable políticamente toda esta orgía de represión.
Seamos conscientes de que un librero ha sido encarcelado por delito de opinión, por publicar libros que ni siquiera ha escrito (ni podido leer, en su gran mayoría), que reflejan no su opinión, sino las diferentes opiniones de sus diversos autores. Ha sido condenado por 16 títulos, básicamente textos históricos sin comentario alguno.
Se le acusó y condenó por racismo, con una chutzpah despampanante, por publicar Nobilitas, un libro escrito por un hindú que resume el pensamiento de los grandes filósofos occidentales de los últimos 2.000 años.
Se le acusó y condenó por anti-semitismo por publicar un libro del autor judío Israel Adán Shamir, que se queja de los crímenes del Estado genocida de Israel contra los palestinos. Por otra parte, los árabes también son semitas, pero esos genocidios no les importan, deben contar con total impunidad a su modo de ver. Lo que no debe quedar impune es que alguien se queje de los genocidios llevados a cabo por los judíos, porque quejarse de esto según ellos es justificar el exterminio contra los judíos. ¿Puede haber un mejor ejemplo de chutzpah?
Pero sigamos con más ejemplos, otro de los 16 libros por cuya publicación Pedro Varela ha sido condenado es un texto que es de lectura obligatoria en las universidades españolas para la carrera de psicología: Raza, inteligencia y educación. Lo edita la propia Universidad. Su autor, ¡otro judío anti-nazi!, que cree en el Holocausto como hecho histórico tal y como hace constar en su libro, ¡es nada menos que H. J. Eysenck, el psicólogo más citado después de Sigmund Freud! Pero en su libro demuestra la diferencia de coeficiente intelectual entre las razas humanas con argumentos que no han podido nunca ser rebatidos científicamente. Sin embargo, ¡los Garzones que hay por el mundo adelante son historiadores, antropólogos y científicos todo en uno! ¡Pueden decidir por decreto y sentencia sobre el tema que les plazca y sin necesidad de rebatir nada!
Vale, es terrible, es vergonzoso, es indignante. ¿Y ahora qué? Hay múltiples formas de ayudar a exigir la liberación para Pedro Varela y la libertad de expresión para todos. Esperamos tu colaboración, organicémonos. ¿Quieres saber cómo? Clica en: COMO PUEDES AYUDARNOS.
No hay comentarios:
Publicar un comentario