Que hay muchos, ya lo se, pero el más reciente parece ser ese fulano al que llaman Salvador Sostres, vaya usted a saber por qué error del registro civil.
El caso es que este tío -tomo la noticia de 20 Minutos, porque ni tengo tiempo ni ganas de ver el video que anda por ahí- es un gorrino, y lo cuenta públicamente. Y no porque tenga preferencias sexuales por las jovencitas, puesto que habla de 18 ó 19 años; esto es, mayores de edad civil y casi ancianas con respecto a la edad legal para acceder libremente a la cópula. Este tío es un gorrino por esas fijaciones que demuestra, más cerca de la hediondez y la coprofagia que del ayuntamiento carnal.
Dicho esto, reitero lo afirmado con respecto al caso Sánchez-Dragó: es inmoral que se lleven las manos a la cabeza y las denuncias a la boca, o a la prensa, los mismos que fomentan el emputecimiento de las niñas y el abujarronamiento de los niños desde la escuela.
Otra cosa es que este fulano -masculino de fulana, quinta acepción, en este caso- sea el mismo hideputa que escribía esto (tomado también de 20 Minutos, que se refiere a Periodista Digital): El independentismo en Cataluña está absolutamente justificado aunque solo sea para huir de la caspa y el polvo, de la tristeza de ser español.
Pobre imbécil, que no se da cuenta de que la caspa y la tristeza es suya, personal, instranferible, íntima, unívoca y consustancial consigo mismo. Eres tu, cabrón, el casposo y el triste; el gorrino y el pervertido. Y tu casposidad y tu tristeza de existencialista fracasado y algo ñoño; tu hediondez y peversión, van siempre contigo, como iría contigo tu alma, si la tuvieras.
Caspa y tristeza, polvo de abandono y mugre, que se han debido multiplicar al verte obligado a aceptar las migajas -no de la caridad, sino de la venta fraudulenta de aquella presunta integridad que nunca tuviste- de televisiones centralistas en las que tienes que hablar una lengua de la que decías que es de pobres y de horteras, de analfabetos y de gente de poco nivel hablar un idioma que hace un ruido tan espantoso para pronunciar la jota.
¿Que pasa, que no te gusta ser un hijo de puta? Pues leete a ese hortera analfabeto que fue Cervantes, y quédate en su inmortal hideputa, que te sonará más suave.
El caso es que este tío -tomo la noticia de 20 Minutos, porque ni tengo tiempo ni ganas de ver el video que anda por ahí- es un gorrino, y lo cuenta públicamente. Y no porque tenga preferencias sexuales por las jovencitas, puesto que habla de 18 ó 19 años; esto es, mayores de edad civil y casi ancianas con respecto a la edad legal para acceder libremente a la cópula. Este tío es un gorrino por esas fijaciones que demuestra, más cerca de la hediondez y la coprofagia que del ayuntamiento carnal.
Dicho esto, reitero lo afirmado con respecto al caso Sánchez-Dragó: es inmoral que se lleven las manos a la cabeza y las denuncias a la boca, o a la prensa, los mismos que fomentan el emputecimiento de las niñas y el abujarronamiento de los niños desde la escuela.
Otra cosa es que este fulano -masculino de fulana, quinta acepción, en este caso- sea el mismo hideputa que escribía esto (tomado también de 20 Minutos, que se refiere a Periodista Digital): El independentismo en Cataluña está absolutamente justificado aunque solo sea para huir de la caspa y el polvo, de la tristeza de ser español.
Pobre imbécil, que no se da cuenta de que la caspa y la tristeza es suya, personal, instranferible, íntima, unívoca y consustancial consigo mismo. Eres tu, cabrón, el casposo y el triste; el gorrino y el pervertido. Y tu casposidad y tu tristeza de existencialista fracasado y algo ñoño; tu hediondez y peversión, van siempre contigo, como iría contigo tu alma, si la tuvieras.
Caspa y tristeza, polvo de abandono y mugre, que se han debido multiplicar al verte obligado a aceptar las migajas -no de la caridad, sino de la venta fraudulenta de aquella presunta integridad que nunca tuviste- de televisiones centralistas en las que tienes que hablar una lengua de la que decías que es de pobres y de horteras, de analfabetos y de gente de poco nivel hablar un idioma que hace un ruido tan espantoso para pronunciar la jota.
¿Que pasa, que no te gusta ser un hijo de puta? Pues leete a ese hortera analfabeto que fue Cervantes, y quédate en su inmortal hideputa, que te sonará más suave.
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