Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

jueves, 18 de noviembre de 2010

SOBRE LAS COMPARACIONES LEPENIANAS.

Porque ni más ni menos que de ser peor que Le Pen han acusado a la señora Sánchez Camacho por un videojuego en el que aparece a lomos de la gaviota 'Pepe' atacando con ideas en forma de bombilla a independentistas e inmigrantes ilegales, según comenta El Imparcial.
Para mi, desde luego, la inmigración ilegal no es un juego, sino un grave problema. Y la solución no es hacer propaganda electoral, sino aplicar la legislación vigente o -si no resulta adecuada- modificarla siguiendo los trámites pertinentes.
Para mi, la señora Sánchez Camacho se agarra al clavo ardiendo de las apariencias, sin tener idea de los fundamentos. Cosa que en el PP no es, ni mucho menos, nueva. Son pura fachada sin nada dentro. Todos ellos, no sólo el PP.
Pero para mi, los que se retratan en la referida acusación son los señores Tardá -de ERC, claro- y Blanco -el consabido Pepiño-, al comparar con Le Pen, como si Le Pen fuese el diablo o, en su defecto, el mismísimo Stalin.
Le Pen es un señor cuyo partido defiende unas ideas que han merecido el apoyo de bastante número de electores. Los suficientes para tener amplia representación en su Parlamento, y para haberle disputado la Presidencia de la República francesa a Sarkozy, aparcando a la candidata socialista en la primera vuelta. Esto es: que Jean Maríe Le Pen es un político que compite democráticamente en su país, y que obtiene apoyos electorales suficientes. ¿Quien coño son los Tardases y Blancosos para criticarlo y para afear a los franceses su derecho a elegir a quien gusten?
Es lo que tiene ser rojo y tiranuelo de salón: que cuando los demás eligen lo que ellos no quieren, se ponen de los nervios y les sale el dictador que siempre han llevado dentro.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Así es la democracia que quieren ellos: en el poder la izquierda, la derecha en la oposición y las alternativas como "peligros mundiales".

Ramiro Semper dijo...

En estas demonizaciones inquisitoriales es donde se les ve el plumero de la farsa a los demócratas.

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