Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

martes, 3 de agosto de 2010

SOBRE OTRA GARZONADA.

Porque Garzón sigue a lo suyo, y si ya no es juez en activo porque la probabilidad de un delito de prevaricación nos lo ha quitado momentáneamente de encima, aún es referente de la giliprogresía.
Ahora, entre muchas otras idioteces, ha dicho que "la transición española no contó con la acción de la Justicia por lo que podría estudiarse la influencia que una transición sin acciones de la justicia puede tener en una sociedad".
Pues si, Garzón; es cierto que la Justicia no cumplió sus obligaciones durante la llamada transición. Y si alguna vez lo intentó algún juez, bien pronto saltó, sin tocar baranda, a la página de ceses del BOE.
Es cierto que la Justicia no cumplió su deber de empapelar al Isidoro socialista; es cierto que no entrulló por perjurio a Suárez; es cierto que no metió en la cárcel a Carrillo, ni a su cómplice Fraga, que siendo Ministro de la Gobernación le permitió pasearse tranquilamente, con pelucones y sin ellos.
Es cierto que la Justicia no acusó de prevaricación a los diputados de aquellas Cortes que, sin tener mandato para ello, conchavaron una Constitución tan chapucera que a la vista está donde nos ha llevado. Es cierto que la Justicia no anuló unas elecciones generales en las que la UCD utilizó fraudulentamente los recursos de la Secretaría General del Movimiento. Es cierto que la Justicia no se opuso cuando se concedieron amnistías, extrañamientos pagados a precio de oro, beneficios de toda clase, a los asesinos de ETA.
Es cierto que la Justicia no pidió cuentas al PSOE por lo que el partido robó en las cajas de seguridad de los bancos entre 1936 y 1939, ni por lo que se llevaron a Méjico en el Vita. Es cierto que la Justicia no pidió cuentas al PCE por el bandolerismo invasor y asesino del maquis. Es cierto que la Justicia no empapeló a Dolores Ibárruri por la incitación al asesinato de Calvo Sotelo.
En todo ello -y en mucho más que se haría pesado contar- es cierto que la llamada transición no contó con la acción de la Justicia, don Baltasar. ¿Empezamos a tocar esas teclas, Garzón?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Ya podría dedicarse el hijo de puta este, tan comprometido como está con la justicia mundial y tanto como se solidariza contra los genocidios y masacres, investigar los CRÍMENES DE GUERRA que han salido a la luz a través de Wikileaks y meterle mano al bastardo de Obama y a su antecesor en el cargo.

Que esa es otra... salen a la luz dichos crímenes, y Occidente se escandaliza porque un "traidor" ha filtrado dichos datos, en vez de escandalizarse por dichos crímenes... pero ya sabemos como se las gastan "los buenos".

Y respecto al tema que nos ocupa, pues eso... para meterle mano a esos hay que tener un par de cojones, cosa que al showman de la Audiencia Nacional le faltan... sólo se atreve con ancianos o difuntos, como buena escoria progresista que es.



VELASCO

Old Nick dijo...

"Pase "TAL JUSTICIA" y tal "juez", lo más lejos posible de mi casa" -que diría el Nuevo Refrán.

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