Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

martes, 2 de marzo de 2010

SOBRE EL CEJILLERO GUILLERMITO.

Un guillermo -en minúsculas, que es genérico- apellidado Toledo, se desconoce si por parte de padre, madre, probeta o prehomínido.
Un cejillero que se dice actor, aunque tengo la suerte de no haberlo visto ejercer la carrera -ni la de actor, ni la otra-, salvo algunos bolos de hace décadas, porque ni veo películas españolas posteriores al año 1975, ni veo la telebasura desde que me hice con un disco duro multimedia que me permite ver lo que me da la gana.
Un Guillermo que se disminuye en Willy, y que se ha permitido decir que esos 'presuntos disidentes' encarcelados 'son gente que ha cometido actos terroristas contra el Gobierno cubano, actos de traición a la patria y un montón de delitos'.
Bueno, no voy a decir que este hijoputa sea un cabrón. Eso ya lo damos todos por hecho. Sólo reflejar las amplias similitudes de lo que dice este mico, con lo que en su día comenté sobre las declaraciones de ciertos diplodocus rojos.

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