El que, dejado en herencia a Juan Pablo II, fue luego vendido a un par de homosexuales, de lo cual se hace eco la prensa como si esto fuera motivo de escándalo. Incluso uno de los afeminados, inutilmente llamado Alberto- dice que la Iglesia no nos quiere, pero para hacer negocios si.
De entrada, es de suponer que -salvo que, además de homosexuales, sean tontos- también sería un negocio para ustedes comprar el piso.
Además, es que una cosa es abominar de una perversión contra natura -si, contra natura, porque si lo suyo fuese natural la especie humana se habría extinguido hace mucho- y otra repudiar a las personas, una a una.
Pero para ustedes, los invertidos que hacen de su perversión gala y mérito, cosas como la caridad, la misericordia y hasta el respeto -el de verdad- carecen de sentido.
De entrada, es de suponer que -salvo que, además de homosexuales, sean tontos- también sería un negocio para ustedes comprar el piso.
Además, es que una cosa es abominar de una perversión contra natura -si, contra natura, porque si lo suyo fuese natural la especie humana se habría extinguido hace mucho- y otra repudiar a las personas, una a una.
Pero para ustedes, los invertidos que hacen de su perversión gala y mérito, cosas como la caridad, la misericordia y hasta el respeto -el de verdad- carecen de sentido.
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