Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

jueves, 8 de octubre de 2009

SOBRE LA DIFUSION DE "IDEAS GENOCIDAS".

Porque -según Público- la Audiencia de Barcelona ha condenado a penas de hasta 3 años y medio de cárcel a tres dirigentes del disuelto grupo neonazi Círculo de Estudios Indoeuropeos (CEI), entre ellos el dueño de la librería Kalki de Barcelona, por asociación ilícita y difusión de ideas genocidas, entre otros delitos.
Resulta, por tanto, que ahora es delito difundir ideas, pese a ese artículo tan majo de la Constitución vigente que figura en mi cabecera como aviso a inquisidores. No queda claro si es delito pensar, aunque temo que si aún no lo es, pronto lo será.
Independientemente de que mi opinión no sea contraria a los judíos -a muchos de los cuales salvó, durante la GMII, la diplomacia española a las órdenes de Franco- y menos aún al Estado de Israel, válvula de seguridad que nos protege y defiende del expansionismo islámico en la medida de lo que la cretinez occidental permite, castigar la difusión de las ideas en un sistema que presume de talante, tolerancia y multidiversidad, parece un tanto fuera de sitio.
Pero, ya que estamos en ello, alborocémonos de saberlo y, por tanto, poder esperar el inmediato procesamiento por el mismo delito -difusión de ideas genocidas- de doña Bibiana Aído y de su superior jerárquico, don José Luis Rodríguez, que tan fervorosamente se proponen facilitar y aún promover el genocidio de los más inocentes: los aún no nacidos.

4 comentarios:

27 puntos dijo...

Si pensar es un delito ¿ asesinar qué es ?

Rafael C. Estremera dijo...

Bueno, depende: si el asesinado es un niño no nacido, es un derecho de su puta madre.

Anónimo dijo...

Esa imagen me ha afectado bastante, no puedo comprender como puede haber personas que vean eso y digan que no es un ser humano.

Rafa España dijo...

La dictadura de pensamiento único ha puesto siempre su mayor empeño contra el llamado "revisionismo histórico" o el negacionismo.
De esta persecución implacable puede dar buena cuenta Pedro Varela. Ahora le toca a Juan Antonio Llopart por el delito de difusión de ideas genocidas.
Esto es de locos.

Publicidad: