Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

martes, 6 de octubre de 2009

SOBRE EL SECUESTRO.

El de otro atunero en los caladeros del Índico, ocurrido hace unos días.
 
No pensaba hacer comentario porque esto era de esperar y, a fuer de previsible, poco agradecido para el debate. No obstante, lo que si tiene jugo son las propuestas que se están escuchando en torno al tema de la seguridad de los barcos españoles en aquella zona.
 
Por un parte, el Gobierno -además de echar balones fuera sobre si el pesquero estaba fuera o dentro de la zona de seguridad- proclama que la solución es que los barcos lleven seguridad privada a bordo. Seguridad privada -vigilantes, para entendernos- cuya contratación costaría unos 12.000 euros por cada uno y por cada mes. Como para garantizar mínimamente la efectividad harían falta por lo menos -tirando muy por bajo- seis vigilantes por buque, nos ponemos en la bonita cantidad de 72.000 euros por mes y barco.
 
Ante esto, los armadores aducen que no les trae cuenta salir a pescar y -añado por mi cuenta- resultaría más rentable dejar el barco amarrado o venderlo a un armador francés, país que sí protege a sus pescadores.
 
Por otra parte, los armadores y pescadores reclaman el embarque de tropas en sus barcos. Sin ocultar que me alegraría sobremanera la presencia en cada atunero español de un pelotón de mi querida Infantería de Marina, que pusiera al día la vieja costumbre de invitar a los piratas a bailar una giga colgando del palo mayor, veo en ello dos problemas.
 
Uno, que -como muy bien dice la señora Chacón- no hay militares para vigilar cada negocio español. Pero no porque los negocios españoles sean muchos, porque la falsedad del argumento ministerial es que no se trata de poner un pelotón de soldados -¡ay, amigo Spengler!- en cada tienda, sino en unos cuantos barcos en peligro de asalto pirata, sino porque ni para eso tenemos militares suficientes.
 
Otro problema -mucho más grave a mi modo de ver- es que estos barcos secuestrados -en presencia o en potencia- suelen llevar el pabellón del PNV, y para que pudieran embarcarse en ellos los soldados de España la lógica, la decencia y las leyes internacionales obligarían a izar en ellos la Bandera de España.
 
 

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El cachondo de Zapatero se cree que todo el mundo gana 3 o 4 sueldazos como el y que se puede permitir escolta.

Rafael C. Estremera dijo...

A Zapatero le da lo mismo: no paga sus escoltas, ni las de su familia.

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