Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

martes, 20 de enero de 2009

SOBRE LOS DESAPARECIDOS DERECHOS SIMIESCOS.

Aquellos que hace unos años, y a proposición del mismísimo grupo parlamentario socialista, el Gobierno prometió aprobar legislativamente; y que ahora -a decir del promotor de la chanza, un tal Francisco Garrido-, sigue sin aplicarse, ni tenerse en cuenta, ni recordarse.
Creo que era más una política de marketing que un compromiso real, dice el ex diputado socialista, según informa ADN.
Lo siento por los monos, pero también a ellos les ha tocado, al parecer, gozar de la promiscuidad prometedora del señor Rodríguez.
Han quedado, pués, los simios, a la misma altura de los ancianos, los dependientes, los parados, los hipotecados, los atracados, vejados, sometidos, pisoteados, engañados... en fin, que los monos han pasado de ser primos lejanos a ser españolitos de pleno derecho y sufrimiento.
Y hay que tener en cuenta que los pobres simios están siendo, incluso, peor tratados que el resto. Porque es una crueldad obligarles a ser ministros, vicepresidentes, diputados y otras cosas igual de aberrantes.




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