Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

lunes, 29 de diciembre de 2008

SOBRE LAS VINCULACIONES CARCELARIAS.

Las que estudian, por orden de Instituciones Penitenciarias y con el visto bueno de doña Mercedes Gallizo, la mandamás del cotarro, entre los extremistas islámicos y el terrorismo etarra. De tal forma, señalan que, por ejemplo, el hecho de que un musulmán lea Gara puede ser síntoma de su determinación yihadista.
Pero, vamos a ver: ¿no decían que los que pensamos -y dijimos en su día- que detrás de los cuatro moránganos del 11-M estaba -al menos- la autoría intelectual etarra, eramos unos desestabilizadores, y que los islámicos y los etarras no tenían nada que ver, ni era posible que colaborasen de ninguna forma?
A ver si es que los giliprogres llevan cinco años de retraso...

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