El PP se las prometía muy felices, con sus encuestas encumbrando la soberbia hasta el límite, y la señora candidata pepera manteniendo, muy ufana, sus "líneas rojas" frente a VOX.
Y resulta que se queda prácticamente como estaba, con un solo escaño más. O sea, que más ridículo no cabría entre gentes normales. Pero esta no son gentes normales. Lo mismo es que no son ni siquiera gentes, sino caricaturas.
A su ridículo, la señora Guardiola pretende añadir el de dirigirse primero al PSOE del candidato encausado, probablemente para -dentro de lo que son los peperos- ofrecerse al perdedor.
Porque en las elecciones regionales de Extremadura, el PP simplemente se mantiene; lo cual, después de la que está cayendo con la corrupción socialista, no es para estar contento. El auténtico ganador -esto es: el que mejora ostensiblemente los resultados previos- es VOX, que gana 6 escaños.
Y yo -siempre lo repito para que no haya dudas- no soy de VOX, pero prefiero que gane VOX a que lo haga la PSOE o la PP, o los mamarrachos guarriunidos. Porque no soy de VOX, pero nunca he sido tampoco de los soberbios que miran por encima del hombro la realidad que no les gusta, y se suben a torres de marfil desde las que despreciar a los que viven en el mundo y no en las utopías de salón.



