Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

miércoles, 17 de junio de 2015

SOBRE LA DIVERSIÓN DE MAS.


Diversión que el señor Mas ha confesado -según La Gaceta-: Lo que me divertía un poco, pero no como una falta de respeto, es que un Estado que había hecho todo lo posible, con todas las amenazas, para que hubiera silencio, lo que conseguía era una pitada monumental en un campo en el que había mas vascos que catalanes", ha señalado. El presidente catalán ha añadido que el Estado debería reflexionar por qué se producen estas pitadas en lugar de tratar de impedirlas.

Hombre, Arturete, el por qué se producen esas pitadas es obvio: porque tu y tus cómplices -incluidos Zapatero y Rajoy, por no ir más atrás- habéis instalado la mentira, la falsedad, el odio y la sinrazón en las mentes obtusas y aldeanas que no ven más allá de su mata de geranios.

Con respecto a eso de que el Estado había hecho todo lo posible para que los baskos y los catalunlleros se comportaran como personas, en vez de como canallas, ¿qué quiere que le diga?. A mi se me ocurren dos o tres cositas que el Gobierno -porque el Estado es otra cosa- podría haber hecho. Mire: sin ir más lejos, invitar -puesto que el evento estaba organizado por la Federación, esto es, un organismo del Estado- a un par de compañías de legionarios. Sin acritud, señor Más; sólo como recompensa a sus labores en tareas humanitarias en el extranjero.

¿Se apuesta algo a que sus catalunlleros -no confundir con catalanes- y los baskos -que no los vascos- se meten los pitos por los susodichos, o se los tragan motu proprio, sin violencias, por simple gusto?

No hay comentarios:

Publicidad: