Y no me refiero al disco de Pink Floid -bastante inferior a los anteriores, todo sea dicho-, sino al que quiere levantar el señor Montilla, charnego pata negra del socialismo andaluz trasplantado a Cataluña.
Para que no me digan que exagero o -directamente- que miento, aquí está la referencia de El Plural:
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José Montilla llamó a la ciudadanía catalana a “alzar un espigón alto y fuerte, un muro que resista la envestida de las olas y que defienda el Estado del Bienestar, las políticas sociales, la justicia y el autogobierno, un muro muy alto y muy fuerte construido por toda la gente de izquierdas y progresista de este país”.
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(Entre paréntesis: la cita es un simple corta y pega, de modo que la V de envestida es de los analfabetos de El Plural)
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Cataluña siempre había presumido -y generalmente con razón- de cosmopolitismo, de europeísmo, de progresismo -que no es lo mismo que giliprogresía-, de avanzada cultural. Esto es: de todo lo contrario a lo que los separatistas decían que representaba el resto de España, que a su juicio -a veces también con razón-, era cerrada, vuelta sobre sí misma.
Ahora resulta que el Partido Socialista -y separatista, salvo cuando llegan las elecciones y hay que recabar el voto de los charnegos que no han tocado poltrona como Montilla-, quiere levantar un muro muy alto y muy fuerte. O sea, cerrar Cataluña, aislarla del mundo, no sólo por la imposición paranóica de un idioma minoritario, sino por la creación de un muro.
¿Será que la memoria genética tira mucho, y no se les va de la cabeza el Muro de Berlín, logro máximo del socialismo real, para cuyo derribo ni siquiera hizo falta maquinaria pesada?
Para que no me digan que exagero o -directamente- que miento, aquí está la referencia de El Plural:
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José Montilla llamó a la ciudadanía catalana a “alzar un espigón alto y fuerte, un muro que resista la envestida de las olas y que defienda el Estado del Bienestar, las políticas sociales, la justicia y el autogobierno, un muro muy alto y muy fuerte construido por toda la gente de izquierdas y progresista de este país”.
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(Entre paréntesis: la cita es un simple corta y pega, de modo que la V de envestida es de los analfabetos de El Plural)
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Cataluña siempre había presumido -y generalmente con razón- de cosmopolitismo, de europeísmo, de progresismo -que no es lo mismo que giliprogresía-, de avanzada cultural. Esto es: de todo lo contrario a lo que los separatistas decían que representaba el resto de España, que a su juicio -a veces también con razón-, era cerrada, vuelta sobre sí misma.
Ahora resulta que el Partido Socialista -y separatista, salvo cuando llegan las elecciones y hay que recabar el voto de los charnegos que no han tocado poltrona como Montilla-, quiere levantar un muro muy alto y muy fuerte. O sea, cerrar Cataluña, aislarla del mundo, no sólo por la imposición paranóica de un idioma minoritario, sino por la creación de un muro.
¿Será que la memoria genética tira mucho, y no se les va de la cabeza el Muro de Berlín, logro máximo del socialismo real, para cuyo derribo ni siquiera hizo falta maquinaria pesada?
1 comentario:
Mucho hablar de libertad, pero luego sus proyectos van únicamente dirigidos a "la gente de izquierdas y progresista".
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