Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

lunes, 23 de agosto de 2010

SOBRE LA "MARCHA ESPONTANEA".

Porque así -marcha espontánea- define El Imparcial la algarada de "radicales" -o sea, ultraizquierdistas- del sábado en Barcelona, cuando se pasaron por el arco de los mossos la prohibición judicial de homenajear a la etarra Laura Riera.
Entiendo que el verano es muy malo para el trabajo, y que el panfletillo ansoniano deberá recurrir a becarios de segunda para mantenerse. Pero, hombre, pongan por lo menos a uno que sepa buscar en el diccionario y aplicar lo leído.
Llamar radicales o independentistas, o jóvenes, a los micos de siempre, es una gilipollez. Costumbre habitual de los plumíferos, pero gilipollez. Pero llamar espontánea a una manifestación que lleva semanas anunciada y días prohibida es, como poco, de una incultura y una necedad que deberían ser incompatibles con trabajar en un periódico.

2 comentarios:

Old Nick dijo...

MAS DE LO MISMO

Old Nick dijo...

NO EXISTE NINGUNA "MARCHA ESPONTÁNEA"... TODAS ESTÁN MUY BIEN ORGANIZADAS Y TAMBIÉN "SUBVENCIONADAS", CON "ESE DINERO QUE NO ES DE NADIE", QUE DECÍA LA CALVO.

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