Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

miércoles, 23 de diciembre de 2009

SOBRE LAS FILTRACIONES DE GARZÓN.

Vamos por partes, poque no se trata de que don Baltasar tenga goteras, o pierda agua por algún manguito, o le haya reventado la junta de culata y pierda aceite, dicho sea en sentido puramente mecánico.
Se trata de que don Baltasar "denuncia al CGPJ las "filtraciones interesadas" sobre sus ingresos en Nueva York", según titula Público.
Y es que el señor Garzón se queja de la publicación de varios documentos que prueban sus relaciones con el Banco de Santander, y el mecenazgo de ésta entidad al señor juez.
Como usted bien sabe, don Baltasar, la Justicia española es un cachondeo. Como usted bien sabe, las filtraciones a la prensa están a la orden del día, y no recuerdo que usted mismo haya tomado medidas especiales cuando los documentos se han filtrado desde su juzgado.
Pero ese no es el tema. El tema no es si sus asuntillos se han publicado de una u otra forma, sino si usted, señor Garzón, percibió patrocinio del Banco de Santander.
Quevedo lo dijo con más gracias: arrojar la cara importa, que el espejo no hay de qué.

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