Que por fin tuvo lugar el pasado martes, 13 de octubre de 2009 con el encuentro de don Barack Obama y don José Luis Rodríguez.
Al lado de esta conjunción planetaria -por continuar el símil de doña Leire-, la promesa de envío de más tropas al avispero afgano, el lugar de paz donde los Ejércitos españoles -convertidos en hermanitos de la caridad que no pueden llevar el cargador puesto en sus armas- han tenido más bajas desde que comenzaron estas pácificas misiones, es minucia.
Al lado de esta celestial conjunción -continuemos el símil-, el envío de guardias civiles -de que tan sobrados estan los pueblos de España y la lucha antiterrorista- para enseñar a los policías afganos cómo permanecer impasible mientras te sacuden si el Gobierno lo manda, es niñería.
Al lado de este planetario acontecimiento, que una asociación de guardias civiles diga que no están preparados para ir a una zona de guerra, es tontería. Porque, además, tampoco lo están los demás militares que han ido pasando por allí, y menos aún el material que cicateramente se les regatea.
Lo importante es que Rodríguez ha tenido su hora de entrevista y su foto.
Y, como no podía ser menos -sigamos en términos astronómicos- el agujero negro ha engullido vorazmente a la enana roja, arrancándole una promesa de eterna fidelidad e incondicional sometimiento.
Al lado de esta conjunción planetaria -por continuar el símil de doña Leire-, la promesa de envío de más tropas al avispero afgano, el lugar de paz donde los Ejércitos españoles -convertidos en hermanitos de la caridad que no pueden llevar el cargador puesto en sus armas- han tenido más bajas desde que comenzaron estas pácificas misiones, es minucia.
Al lado de esta celestial conjunción -continuemos el símil-, el envío de guardias civiles -de que tan sobrados estan los pueblos de España y la lucha antiterrorista- para enseñar a los policías afganos cómo permanecer impasible mientras te sacuden si el Gobierno lo manda, es niñería.
Al lado de este planetario acontecimiento, que una asociación de guardias civiles diga que no están preparados para ir a una zona de guerra, es tontería. Porque, además, tampoco lo están los demás militares que han ido pasando por allí, y menos aún el material que cicateramente se les regatea.
Lo importante es que Rodríguez ha tenido su hora de entrevista y su foto.
Y, como no podía ser menos -sigamos en términos astronómicos- el agujero negro ha engullido vorazmente a la enana roja, arrancándole una promesa de eterna fidelidad e incondicional sometimiento.
1 comentario:
A mi me parece vergonzosa la manera de hacerle la pelota al nuevo poder americano.
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