El premio Vizcaíno Casas, que tengo el honor de haber recibido del blog Rafa España, y que en la columna de al lado ya tienen ustedes engalanándola.
Esto de los premios me avergüenza un poco, pues no dejo de reconocer que se deben más que a los méritos al afecto y la buena disposición de quien los propone u otorga. Aún así, mentiría si no reconociese que me halagan y estimulan, como no podía ser menos, y suponen un acicate a la vanidad. Vanidad mínima, la justa para -como decía el gran maestro Rafael García Serrano- pensar que a alguien le importa lo que escribo.
Me conmueve doblemente este premio, porque Fernando Vizcaíno Casas fue un referente esencial de la literatura del último cuarto del siglo pasado. Hombre que nunca tuvo relevancia política en el llamado -entonces- anterior régimen, se convirtió en baluarte humorístico, jocoso -el ánimus jocandi que, como buen letrado, siempre avisaba contra probables pataletas- de una gran parte de la opinión pública.
Ni fue escritor político, ni quiso participar en más política que la inherente a la condición de ciudadano: pensar, criticar, proponer, decir sus verdades argumentadas con el mejor razonamiento de la ironía: el humor. Pero también con buena documentación -su ¡Viva Franco! (con perdón) es impagable en este sentido- que rebate sin lugar a dudas los topicazos y chinchines que entonces afloraban y hoy señorean entre los papanatas necios.
En fin, y sin más vueltas: que muchas gracias por este premio Vizcaíno Casas.
3 comentarios:
Un premio más que merecido.
Enhorabuena Rafael.-
tienes un premio en mi blog , un saludo
Gracias, 27; pero creo que te puede la camaradería ;)
Gracias también, Riddick; pero creo que debo declinar este otro premio porque, tras visitar la página de la que procede, he visto algunas cosas -eso de "Arquitecto del Universo", y los compases y las escuadras- que le dan cierto aire masónico.
Muchas gracias, de todas formas, por la intención.
Publicar un comentario