Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

jueves, 10 de febrero de 2011

SOBRE LA HUELGA BELGA.

La que propone la senadora socialdemócrata flamenca Marleen Temmerman, consistente en que las mujeres de los negociadores que llevan varios meses sin ponerse de acuerdo para formar Gobierno, les castiguen sin relaciones sexuales.
Esto, que demuestra con qué se gestiona la política belga -y no sólo la belga, porque ya doña Leire Pajín afirmó por dónde pasaba su gestión-, podría suponer el espaldarazo definitivo al Islam en Europa, porque legitimará a los negociadores para buscar las necesarias concubinas que les suavicen las negociaciones.
Pero, además, demuestra lo que es esta senadora belga. Porque, evidentemente, uno sólo puede ponerse en huelga en aquello en lo que trabaja, luego queda clara la profesión de esa señora.

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