Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

miércoles, 8 de diciembre de 2010

SOBRE LA PATRONA.

La Inmaculada Concepción es, como todo el mundo sabe -todo el mundo que esté en el mundo, ya se entiende- la Patrona de la Infantería española.
España es el país de la Infantería. Ello, sin desmerecer a las demás Armas, que también en su mayoría nacieron en nuestra tierra. La Marina -la de guerra, no la de pirateo- se la inventó Fernando III el Santo cuando se quiso pasear por Sevilla. Su hijo, Alfonso X el Sabio, probó por aquellos mismos años la artillería en Niebla, primera vez que se hacía en el Occidente. El gran don Gonzalo se inventó los zapadores en las campañas de Italia, y el glorioso bastardo Juan llevó a la gloria a la primera Infantería de Marina del mundo. Incluso aquellos heróicos locos -Ureta, Kindelán...- le encontraron utilidad al cacharro de los hermanos Wright en el salvaje Marruecos.
Pero España es, sobre todo, país de Infantería, y no sólo por los Tercios que señorearon 250 años en el mundo. Las últimas infanterías legendarias -La Legión y la División Azul- han sido españolas.
Quisiera hacer mas extensa loa de la Infantería y de su Patrona, pero creo que el lector me agradecerá más que le suministre una de las páginas más excelsas de un premio Nobel: Camilo José Cela.
Tuve ocasión de publicarla en el Número 7 de EJE -diciembre 1989, pag 15-, y aquí la dejo para que la disfruten -pulsen sobre la imagen para leerla bien-, en compañía del Himno de la Infantería. Y quien desee saber la completa historia de cómo se salvó el Tercio de Bobadilla en el Flandes hereje, tras hallar un soldado una imagen de la Inmaculada, en este enlace la tiene.

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