Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

sábado, 24 de julio de 2010

LA PESADA CARGA DEL IDIOMA.

Comentaba ayer mi camarada Rafa España -UNA DE BASKOS Y BASKAS- que a los chiquillos de un campamento de la Diputación Foral de Gipuzkoa, los monitores les impidieron ver la final del Mundial, y encima les engañaron diciéndoles que había ganado Holanda.
En un comentario le prometí buscar entre mis viejos papeles lo que en su día escribí sobre un caso parecido, y aquí está:


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La pesada carga del idioma


En una colonia veraniega, patrocinada por la Diputación Foral de Vizcaya, los niños que eran sorprendidos hablando en lo que los papanatas llaman castellano —es decir: en español— fueron castigados a cargar con una mochila llena de piedras, como justo castigo por su insolencia españolista.
Está muy bien esa táctica. El batúa con piedra entra, debe ser la máxima de los prebostes separatistas de Vascongadas. Y no es de extrañar, tratándose de una lengua berroqueña, dura, estancada en el neolítico, que no tiene más opción que recurrir a deformar el español para poder expresar conceptos inasequibles al hombre de las cavernas, tales como aeroportúa, que eso sí que es vascuence claro y nítido.
Por cierto: los cuidadores del campamento leían las cartas de los niños, y si presentaban alguna queja las retenían o confiscaban. El batúa con censura entra podría ser otra máxima peneuvera.
Lo que no nos han explicado, es el castigo que han sufrido los cuidadores del campamento. No por utilizar a los niños como bestias de carga o imponerles —por hablar español entre ellos— una pena propia de faltas verdaderamente graves en los famosos pelotones de castigo legionarios, sino por entender el odiado idioma.
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LA NACIÓN.
Núms. 254-255 - Extra de septiembre de 1997

6 comentarios:

Herrgoldmundo dijo...

Medio en broma, medio en serio, porque en realidad nunca se hizo efectivo tal "castigo" (al menos yo no tengo constancia de ello) en mi colegio se acordó una medida de coacción más acorde con la idiosincrasia de la terra: todo aquel que se dirigiera al profesor en castellano, en vez de hacerlo en catalán, debería pagar una peseta de multa.
Ya se sabe que en Cataluña "la pela era la pela". :)

Rafa España dijo...

Por supuesto que no soy erudito en el tema pero algo puedo decir por mi estrecha relación con esas regiones.
El vascuence ha sido el único idioma de uso común en la comarca navarra del Roncal. En los caseríos no se conocía apenas el español. Era entonces de celebración la vuelta a casa de los mozos que venían de prestar el servicio militar. Todos los familiares se sentían muy orgullosos de que el mozo venia "hablando muy bien". ¡Hablando!. No decían hablando castellano o español muy bien. Sencillamente h a b l a n d o.
Era "el mayorazgo" una costumbre arraigada por la cual "el caserío" pasára a manos del primogénito varón de la familia, asegurando así la unidad y conservación del patrimonio.
El resto de los hijos se tenían que buscar la vida, saliendo a buscar trabajo fuera de la comarca y si tenían que ir a Pamplona, Olite, incluso a Sangüesa, hablar en español les venía muy bien.
Hoy en día, a pesar de disponer de los medios de comunicación dando la murga dentro de nuestras casas, tu te vas de paseo por Elgoibar o por Bermeo y si te acercas a hablar a los niños de 5 o 7 años que juegan por las plazas comprobarás la cara de pasmo que se les queda, así como sus serias fificultades de expresarse en español.
A poco que uno esté acostumbrado a escuchar vascuence, rápido se detectan las diferencias entre los distintos dialectos de vascuence. Tanto es así que entre dos pueblos distantes entre sí apenas 4 Km. hay tanta diferencia de vascuence que sus habitantes recurren espontaneamente del español para entenderse entre ellos. De ahí la NECESIDAD de inventarse el batua que es lo que hablan por la tele y que la mayoría de "vascos viejos" tienen aún hoy tienen que hacer un esfuerzo de entendimiento.
Sus neologismos son de guasa. Al ser el vascuence un idioma, como bien dices "cavernícola" apenas sirve más que para "Txikitear" y llamar a las "obejas" (La "V" no existe). De tal manera que para poder ofrecer una información precisa de algo, la "euskalnización" del español se hace inevitable. Esto es patente en los telediarios. "Konexioa", "protokolo", "akzidente", "makina".
Los más rancios renuncian a estos neologismos y retuercen el vascuence hasta límites insospechados y con palabras universales como televisión, dicen:
TELE---lejos---urruti
VISIÓN---ver---ikusi.

televisión en vasco es:

¡¡¡¡¡URRUTIKUSTIÑA!!!!!


Este es un ejemplo que me he inventado pero por ahí van los tiros. (nunca mejor dicho).
Perdón por el discurso "fideliano" y muchas gracias, Rafaelek, por la referencia.
Agur, ben-hur y a comer yogúr.

Rafa España dijo...

Ahora recuerdo que el segundo post de "Rafa España" estaba dedicado al tema.

http://rafaespana.blogspot.com/2008/12/el-problema-vasco.html

Old Nick dijo...

Amigo Rafael te invito a visitar, si te place, mis blogs : El Blog de la História Huérfana ,El Sonetario Incorrecto y Poesía Satírica General.
Espero que te gusten.
Un saludo.

Rafael C. Estremera dijo...

Bueno, Apañó: los catalanes están en su derecho de reclamar la "pela"; a fin de cuentas, la palabra peseta es de orígen catalán.

Así es Rafa; como los infinitos dialectos de vascuence hacían casi imposible la comunicación, se hizo un refrito llamado batúa. Por cierto, en época de Franco y con subvención.

Old Nick, con tu permiso, enlazo tus blogs entre mis recomendaciones.

Old Nick dijo...

Gracias me siento muy honrado. Siento que no este todo como me gustaría pero ya los iré puliendo, pues ya ves que aún soy un bloguero novato.
Un saludo

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