Que -comenta El País- "explica en un libro que el Big Bang es una consecuencia inevitable de las leyes de la física", y, por tanto, "no es necesario invocar a Dios".
No se preocupen, que no voy a soltar un rollo -lo único que estaría a mi alcance- sobre un tema que pensadores infinitamente más preparados -Benedicto XVI, por ejemplo- ya han tratado perfectamente. Ni es este el sitio, ni yo soy capaz de ello.
De lo que se trata, es de ofrecerles el vídeo que abajo pueden ver, y que he realizado, para poderlo poner aquí, convirtiendo un PPS recibido por correo electrónico. Quien desee el PPS original, puede descargarlo en este enlace.
Hace unos meses leí un libro de Stephen Hawking titulado Historia del tiempo. Me costó lo mío entender algo, porque la física nunca ha sido lo mío y porque -además- el señor Hawking me quitó el interés que pudiese tener en la lectura.
No se si es debido al interés de vulgarizar las cosas para tontos como yo, pero en el libro todo gira en torno a suposiciones. Cada vez que algo no sale como los científicos han supuesto que debía salir, van y se inventan una influencia de un algo no demostrable para explicar los resultados empíricos. En consecuencia, la astrofísica es una simple cuestión de fe. Pero de fe en un señor que, como el experimento no le resulta bien, en vez de pensar que él está equivocado, se inventa unas condiciones particulares para adaptar el resultado obtenido a la propuesta previa.
Y de todo ello, el señor Hawking deduce que Dios no existe, porque el Universo se explica perfectamente con las invenciones indemostradas de la ciencia.
Vamos, algo así como si yo les digo que dos y dos son cinco, junto dos granitos de arroz con otros dos y -como evidentemente lo que tengo son cuatro- digo que existe un quinto granito de arroz, que nadie ve, pero que tiene que estar ahí porque si no, dos y dos no sumarían cinco, que es lo que quiero demostrar.
Total: cuestión de fe. El señor Hawking y los de su escuela prefieren creer en sí mismos y en su propia inventiva. Otros grandísimos científicos -ya lo han visto en el vídeo- entendieron que lo que ellos podían conocer, descubrir y contarnos, tenía un orígen que no se explicaba con partículas imaginarias y efectos indemostrados.
No se preocupen, que no voy a soltar un rollo -lo único que estaría a mi alcance- sobre un tema que pensadores infinitamente más preparados -Benedicto XVI, por ejemplo- ya han tratado perfectamente. Ni es este el sitio, ni yo soy capaz de ello.
De lo que se trata, es de ofrecerles el vídeo que abajo pueden ver, y que he realizado, para poderlo poner aquí, convirtiendo un PPS recibido por correo electrónico. Quien desee el PPS original, puede descargarlo en este enlace.
Hace unos meses leí un libro de Stephen Hawking titulado Historia del tiempo. Me costó lo mío entender algo, porque la física nunca ha sido lo mío y porque -además- el señor Hawking me quitó el interés que pudiese tener en la lectura.
No se si es debido al interés de vulgarizar las cosas para tontos como yo, pero en el libro todo gira en torno a suposiciones. Cada vez que algo no sale como los científicos han supuesto que debía salir, van y se inventan una influencia de un algo no demostrable para explicar los resultados empíricos. En consecuencia, la astrofísica es una simple cuestión de fe. Pero de fe en un señor que, como el experimento no le resulta bien, en vez de pensar que él está equivocado, se inventa unas condiciones particulares para adaptar el resultado obtenido a la propuesta previa.
Y de todo ello, el señor Hawking deduce que Dios no existe, porque el Universo se explica perfectamente con las invenciones indemostradas de la ciencia.
Vamos, algo así como si yo les digo que dos y dos son cinco, junto dos granitos de arroz con otros dos y -como evidentemente lo que tengo son cuatro- digo que existe un quinto granito de arroz, que nadie ve, pero que tiene que estar ahí porque si no, dos y dos no sumarían cinco, que es lo que quiero demostrar.
Total: cuestión de fe. El señor Hawking y los de su escuela prefieren creer en sí mismos y en su propia inventiva. Otros grandísimos científicos -ya lo han visto en el vídeo- entendieron que lo que ellos podían conocer, descubrir y contarnos, tenía un orígen que no se explicaba con partículas imaginarias y efectos indemostrados.
3 comentarios:
El Big Bang podrá tener explicación científica, ¿pero puede alguien explicar de donde surge el tiempo, la realidad y la materia?. Por que está claro que por si solos no pueden aparecer.
¡Uf!. Menudo charco. Como apasionado de la ciencia y de la astronomía tengo que decir que es intrínseco al hombre darle explicación a todo lo que le rodea, intentar comprender el comportamiento de la naturaleza, escudriñar los porqués del universo. En eso se afanan los científicos.
Estos, como personas que son, los hay ateos y los hay religiosos. No veo incompatibilidad entre ser científico y ser religioso o creer en Dios.
El negar la existencia de Dios porque se es capaz de dar sentido al cosmos es como si un fontanero niega la existencia de Dios porque no lo ha visto en las cañerías de los retretes.
Dios es mucho más grande que nuestro universo o quizás sea como medir la distancia de Madrid a Paris en kilogramos.
Si nos creemos que cuanto más explicaciones científicas tengamos, le estamos quitando respuestas a la FE, estamos totalmente equivocados.
¿Por qué será que nunca me gustaron los Astroso-Físicos?
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