Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

sábado, 26 de abril de 2025

SOBRE LA SOLUCION ARBITRAL.

Los señores árbitros de fútbol están enfadados. os unos lloriquean y los otros amenazan, y todo por culpa del Real Madrid, que es muy malo y les saca las imágenes de sus acciones.

Don Ricardo de Burgos Bengoechea (yo escribo en español, y así es como se escribe Bengoechea en español), se quejaba amargamente ayer en rueda de prensa de que cuando un hijo va al colegio y le dicen que su padre es un ladrón eso es muy jodido. Lo único que intento es educar a mi hijo para que sepa que su padre es honrado...



Pues hombre, don Ricardo, lo tiene usted muy fácil. Basta con que le explique a su hijo que usted no es un ladrón, que sólo es un inútil y un mal trabajador, un inepto que no sabe hacer el trabajo por el que le pagan. 

¿Está así mejor, don Ricardo? ¿Le confiesa usted a su hijo que no es que sea un juez parcial, un tramposo; que sólo es un incapaz, un tontolaba que no sabe aplicar -a todos por igual, que es por lo que le pagan- el reglamento y luego le cuenta cómo ha llegado ahí y cómo se mantiene? Y nos lo cuenta a los demás, de paso.

Y don Pablo González Fuertes, que dijo: Estamos viendo en redes sociales a gente anónima que insulta y amenaza sin ningún control. Responsables de redes oficiales de clubes continuamente atacando a nuestro colectivo, además de actuaciones de jugadores y comunicados dando pie a pensar que no somos honestos en nuestras decisiones. 

Pues mire don Pablo, mi blog no es una red social de ninguna clase; es mi diario, con mi nombre en la cabecera, que es como he escrito desde hace casi medio siglo. Tampoco le ataco, don Pablo; simplemente le digo que son ustedes los que dan pie a pensar que no son honestos en sus decisiones, cuando aplican el reglamento de forma diferente a unos equipos que a otros. 

Repito lo que le indicaba al señor De Burgos: si no son ustedes árbitros parciales, jueces tramposos, entonces es que son ustedes muy malos; que son unos trabajadores vagos, incompetentes, indignos de ese puesto que tan bien remunerado está. 

Pero, otra vez, la solución la da usted mismo, señor González Fuertes: Hay que preservar nuestro estamento, pero no cabe duda que vamos a tener que empezar a tomar medidas. No vamos a seguir permitiendo lo que está ocurriendo, en pocas fechas tendréis algo más. No vamos a seguir aguantando lo que estamos aguantando.

Vamos, que amenaza. Pero, señor González, ¿a que no hay? ¿A que no van ustedes, en comandita o uno a uno, a denunciar en los tribunales ordinarios que les sacan a ustedes las vergüenzas cada semana, porque su vergüenza está registrada en video? 

¿A que no hay, don Pablo? ¿A que no van ustedes al juzgado de guardia para denunciar que en Real Madrid TV ponen vídeos de su ineptitud laboral? ¿A que no hay, por si resulta que el juez pide los documentos del caso, y resulta que se ve claramente que ustedes no miden igual los mismos casos, no juzgan igual las mismas jugadas, no aplican por igual su ley a todos los que caen bajo su autoridad?

No hay, porque entonces lo mismo queda reflejada la realidad -que son ustedes malos de solemnidad; tan malos, que parecen culpables de algo más que ineptitud- en una sentencia judicial, y se tienen que meter ustedes sus aseveraciones de lo bueno que es el arbitraje español por donde les vaya pareciendo bien.

Porque esa es otra. El señor González Fuertes saca pecho y afirma: Hay 10 árbitros internacionales y otros 10 que podrían serlo también. Estamos en el top 3 de los árbitros europeos. Somos garantes de dar un buen servicio al fútbol en España.

Están ustedes en el top 3 de los árbitros europeos. Y dígame: ¿cuántos partidos internacionales han pitado esos 10 árbitros?  

Denuncien ustedes, señores de Burgos Bengoechea y González Fuertes, de la manita de todos los que son igual de honestos, capaces y buenos profesionales. 

¿A que no hay?

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Todo ello -y edito el comentario a media tarde del día 26 de abril de 2025, unas cuatro horas y media antes de que comience la final de Copa del Rey- independientemente de que el Real Madrid está haciendo una temporada pésima y, salvo milagro, hoy el FC Barcelona nos ganará y puede que hasta se nos mee encima.

Pero el reglamento está para aplicarlo, aunque un equipo juegue mal.


viernes, 25 de abril de 2025

SOBRE LAS ELECCIONES.

Y lo escribo así -en plural-, sabiendo que puede desviar la atención, pero seguro de que obedece más a la realidad que si hubiese escrito "la elección."

La elección a que me refiero es la del próximo Papa. Las elecciones -en plural- se da casi por entendido que hablan de las políticas; la de cualquier mindundi que nos robe durante cuatro  o más años, que nos destroce nuestra casa -que es España- y nos la llene de okupas y delincuentes.

Pero quiero referirme a la elección papal de esta forma, porque tengo la sensación de que así la están tratando todos. No solo los medios de manipulación social -vulgo prensa, radio, tv- sino los propios eclesiásticos.

Hasta hoy, 25 de abril, no he oído una sola referencia al Espíritu Santo. La de hoy ha sido del Cardenal Omella, en la segunda entrevista que le hacen en su emisora, la cadena COPE, y que lo ha citado de pasada. En la primera, este Cardenal habló llanamente de votar sucesor, como quien elige presidente de su comunidad de vecinos.

No soy teólogo, pero de mis años mozos -antes de que la actitud política de la institución eclesial española me apartase de las iglesias- recuerdo que se predicaba que en la elección de Papa el Espíritu Santo orientaba a los Cardenales reunidos en cónclave. 

Lo mismo la cosa ha cambiado, y hay una nueva doctrina en la que no se contempla la asistencia del Espíritu Santo a los electores papales. Si es así, pido perdón por mi ignorancia.

Pero teniendo en cuenta cosas como la elección de inmigrantes, transexuales y presos para dar lo que la prensa llama el último adiós a Francisco, y la exaltación -no por la prensa roja, sino por la propia emisora de los Obispos- de la multiculturalidad, de la ecología, del medioambientalismo, de la apertura eclesial a la negociación -que no diálogo- con otras religiones,  el indigenismo antiespañol y la confusión de pobreza con bondad, creo que es muy posible que nadie haga referencias al Espíritu Santo porque saben positivamente que el Espíritu Santo no está presente en la actual Iglesia.


Por tanto, creo que los católicos deberíamos seguir la recomendación del cardenal Müller: ...rezar por que no salga elegido "un Papa hereje" (*).

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(*) Entre paréntesis: la frase es cita literal del "20 Minutos," motivo por el cual no corrijo la ortografía.


lunes, 21 de abril de 2025

SOBRE EL HOMBRE QUE CONVIRTIÓ LA SOBERBIA EN VIRTUD.

Tengo, como cada uno, mi opinión sobre muchas cosas. No sobre todas, porque -como todos los seres humanos racionales- no creo conocer todas las cosas. 
Tengo, pues, mi opinión sobre el Papa Francisco. O mejor, sobre don Jorge Mario Berglogio. Y la distinción es importante, como se verá.
No me voy a meter en cuestiones teológicas, para las que no estoy preparado ni tengo vocación. Creo en la asistencia del Espíritu Santo en lo referente a los Dogmas de Fe, pero no creo que la misma se extienda a los dogmas de la política terrenal.
Por ello, he tenido mis diferencias políticas con la ideología terrenal del Papa Francisco, al que he solido llamar cura Paco en referencia que, para quienes vivieron o conocen la llamada transición, no requiere explicaciones; pero que -dicho sea para quienes no sufrieron aquella época indigna y marrullera- recordaba a cierto cura del momento.
Pero, precisamente ahora, en la defunción de don Jorge Mario Berglogio, no debo callar sobre algo que, en mi opinión, deja claro -no diré a la persona, que es cosa demasiado íntima- sino al personaje. 
El personaje que quiso crearse públicamente, y que comenzó con la renuncia a ocupar los aposentos del Vaticano dedicados a los Pontífices, para dar impresión de pobreza, de renuncia a los oropeles, de humildad. Sin pensar en los trastornos que su decisión iba a producir en los protocolos de seguridad y de servicio; porque el Papa no va solo, va rodeado de una escolta, de una guardia, de unos ayudantes, de un servicio doméstico. Porque un Papa necesita una residencia adaptada a las necesidades de seguridad, de protección, de comunicaciones... No es un hombre, es un Gobierno el que hubo que trasladar.
Y ahora, además, descubro que tampoco será enterrado en el Vaticano. ¿Otra muestra de humildad?
Pues miren: para mi -y Dios me perdone si me equivoco, porque sólo Él puede conocer lo que hay en el alma de cada uno-, se trata de una forma de llamar la atención; una forma de ser distinto, de ser diferente, de dar apariencia de mayor cercanía, de mayor humildad. De ser mejor que sus predecesores. Y una forma, por tanto, de convertir la soberbia en virtud.

miércoles, 9 de abril de 2025

SOBRE LA "X", OTRA VEZ

"X" que, ya se lo habrán ustedes imaginado, es la que la Conferencia Episcopal Española quiere que marquemos en la declaración de la renta, a efectos de que el Estado les suelte una pasta.

Desde el año en que los señores Obispos, sus voceros, amigos y paniaguados y otros elementos sin graduación admitieron -y casi aplaudieron, según los casos- la profanación de la tumba del Excelentísimo señor D. Francisco Franco Bahamonde, Generalísimo de los Ejércitos y Caudillo de España por la Gracia de Dios, les comuniqué mi decisión de no volver a marcar esa casilla.

Este año, en que además la referida Conferencia Episcopal Española se ha permitido insultarme y amenazarme, comprenderán que no he modificado mi decisión.

Comprenderán que sigo negándome -por principio- a que mi dinero vaya a una Conferencia Episcopal que lo va a dedicar a favorecer el esclavismo, llamando a más inmigrantes ilegales que hagan los trabajos que los españoles no queremos -según don Cesar García Magán, Secretario General de la Conferencia Episcopal en declaraciones a la COPE el 6 de abril del presente año- y pidiendo que se normalice la situación de los inmigrantes ilegales porque ya es normal en la calle, con lo cual emplea el mismo argumento que el señor duque de Suárez usó para legalizar al Partido Comunista del asesino Santiago Carrillo.

Pero además, sería ridículo pensar que iba a cambiar mi postura, a la vista de las mentiras con que la que la Conferencia Episcopal ha intentado ocultar sus maniobras para congraciarse con un Gobierno beligerante contra el catolicismo y contra España. Entre ellas, fundamentalmente, la traición a lo que es y significa y protege el Valle de los Caídos. 



Por parte de quien sabe -mucho mas que yo, al menos: Luis Felipe Utrera Molina- se ha explicado que es mentira que el Valle de los Caídos sea propiedad del Estado y que la CE no podía hacer nada más. 

Pero lo que más me jode -disculpen los curas sin graduación si la palabra les resulta altisonante- es que los correveidiles de los Obispos -la cadena COPE- nos insulten, nos falten al respeto y nos excomulguen laicamente desde su lengua aduladora. 

Y que el mencionado Cesar García Magán, vocero de la Conferencia Episcopal, se permita decir que "los extremos se tocan" porque no le parecen admisibles las protestas "de gentes que se dicen católicos", -si afirma que "se dicen católicos" es porque él no los considera así-, lo hacen con "violencia verbal" -qué poca correa, don César, para los que les afean su traición, y cuánta para los que berrean que la única iglesia que ilumina es la que arde-; gentes a las que, sobre "decirse católicos" y usar "violencia verbal", les aqueja una falta de "reconocimiento de la jerarquía de la Iglesia."

Pues mire usted, don César, señores Obispos, señores periodistas, señores correveidiles y señores necios: yo soy católico porque me sale de las narices, y ninguno de ustedes me lo va a impedir. Precisamente porque quiero seguir siendo católico y llevar la cabeza alta, hace muchos años que no he pisado una iglesia mas que para rezar por mi cuenta, sin acudir a los curas que defienden el esclavismo y la ilegalidad; que admiten toda aberración pero rechazan la fidelidad a los principios. 

Y precisamente por ser católico, pero antes por ser español, no verán ustedes nunca más mi "X" en la dichosa casilla de la declaración de la renta. 

Se que aún así ustedes recibirán parte de mis impuestos. Se que al no marcar en esa casilla, mi dinero irá a donde el Gobierno lo quiera mandar. 

Pero se que, como eso no lo puedo evitar, mi conciencia no me hará sentir responsable de sufragar ni los abortos del Gobierno, ni los de la ley que la CEE pedía que se tolerase. No puedo evitar que me quiten mi dinero y lo dediquen a lo que les venga en gana. Pero puedo evitar ser cómplice.


miércoles, 26 de marzo de 2025

SOBRE "EL KIT."

El que va a recomendar -según dicen los medios de manipulación social- la burocracia bruxelense que todos los ciudadanitos europeos tengamos en casa, por si los putines.

Recomiendan -dicen- tener en una bolsa, mochila, caja o lo que cada cual guste una serie de útiles como pilas, un transistor, medicinas, comida para tres días, agua, etc. De momento cada cual a su aire, pero ya verán como -en cuanto el primo de algún burócrata caiga en la cuenta- acabarán exigiendo que sea "homologado". De la marca del primo en cuestión, evidentemente.
Y yo creo que lo normal es que esas cosas ya las tengamos todos en casa para el uso diario, sin necesidad de que nos amenace catástrofe natural o hideputa artificial. Pero que vendría muy bien añadirle a tales recomendaciones la de que cada cual tenga en casa su Cetme -o sucesor actual- por si las moscas o las cabras.

Si algún pacifista profesional lee esto; si lo lee algún demócrata con pedigrí de cagón, clamará al cielo por la agresividad de este fascista que suscribe. Pero le recomiendo que antes de hacer el ridículo se entere de que lo que propongo es lo normal en país tan pacífico y tan neutral como Suiza.

Si: exactamente ahí donde se llevan los cuartos los pacifistas profesionales, los demócratas con pedigrí de cagón y los rojos de guardarropía.

martes, 11 de marzo de 2025

SOBRE EL ANIVERSARIO.

Se cumple el aniversario -vigésimo primero, si no me equivoco- de los atentados del 11-M; aquellos que costaron la vida, lesiones, enfermedades y sufrimiento a cientos de inocentes, y beneficiaron a los culpables que tenían que beneficiar. 
Lamento no poder explicarme mejor, pero la libertad de expresión no me lo permite. Sólo diré que acaso las concesiones de Sánchez a Marruecos no estén -al menos, no sólo- influenciadas por lo que le hayan encontrado en su teléfono móvil, sino en deudas viejas de años. 

No voy a ser más claro expresando mis sospechas -tampoco hay que ser un lince, y tampoco soy el único que en su día aplicó el axioma de que para identificar a un culpable debe buscarse al que se beneficia del delito-, pero si voy a ofrecer unas fotos que no han sido publicadas -que yo sepa- por la prensa o las TV españolas.

Hace tiempo ofrecí en este diario un enlace a las mismas, para que quien quisiera las pudiera descargar y ver, pero ahora no encuentro ni aquella entrada ni aquél enlace. Por otra parte, aquél enlace ya no funcionará, porque todas estas maravillosas páginas que ofrecen almacenamiento se entretienen en cambiar las direcciones de acceso, con lo cual no valen de nada.

Por lo expuesto, he vuelto a subir aquellas fotos en dos formatos distintos: en el "pps" original en que las recibí, y en "pdf" para facilitar la portabilidad del archivo.

En los enlaces las tienen, con la advertencia de que son fotos muy duras -verdaderamente duras-, y que quien las descargue y vea lo hace avisado y bajo su responsabilidad.

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Estas fotos me llegaron hace algunos años -no soy capaz de especificar cuántos, pero probablemente entorno a diez- y en aquél tiempo no abundaban como ahora las falsificaciones de todo tipo que la llamada "inteligencia artificial" ha promocionado. No obstante, aunque creo que son auténticas, no puedo responder de ello como si las hubiera hecho yo. 


sábado, 1 de marzo de 2025

SOBRE EL RETRATO DE ABASCAL.

Hace sólo unos días escribí en este mismo diario una entrada que titulé SOBRE LOS MANIPULADORES -bajando un poco la encontrarán-, en la que denunciaba eso mismo -la manipulación- de los opinólogos de la cadena COPE acerca de lo que ellos decían que había dicho don Santiago Abascal, cosa que en nada se parecía a la realidad. 

No es que defendiera a Santiago Abascal, pero si ponía las cosas en su sitio frente a los sinvergüenzas que acusaban falsamente. Pero también indicaba: "No obstante, espero también una declaración clara del señor Abascal -declaración que se traduzca en hechos a lo largo del tiempo y no se quede en salida por la tangente- con respecto a la agresión rusa, al imperialismo de corte soviético que mantiene Rusia, y a la canallesca posición de Trump."

Hoy, a la vista de la farsa indecente montada por el canalla Trump para atracar a Zelenski y, lo que es peor, para atracar a Ucrania, queda claro que los Estados Unidos han dejado de ser un país fiable, un país serio con el que poder negociar. Menos aún un país cuyo ejemplo seguir -para quien lo haya sido alguna vez, que no es mi caso según tengo escrito en mil ocasiones- aunque en algunos aspectos lo pareciera.

Pues tras la farsa inicua, vulgar atraco de matón de patio de colegio, tocaba retratarse. Y el señor Abascal se ha retratado saliéndose por la tangente, acusando a los dirigentes europeos -incluidos Sánchez y Feijoo- de alegrarse de que no se firmara el acuerdo que podría ser el principio del fin de la guerra, lo que le lleva a situarse al lado de Trump.

Ellos saben que sólo Trump puede ayudar a Ucrania a defenderse y a reconstruirse, ha dicho el señor Abascal. Y lo dice sabiendo que Trump sólo pretende expoliar a Ucrania, denigrar la lucha y el valor de un pueblo, y entregarle a su amigo Putin el producto de su agresión.

Nosotros, con los intereses de España. Y el principal interés de España es deshacernos de toda esa patulea de políticos progres (...) que amenazan nuestra seguridad, nuestra prosperidad y nuestra libertad, ha dicho también el señor Abascal. 

¿De verdad, señor Abascal? ¿De verdad es hacerle la pelota al sinvergüenza Trump, un payaso indecente que nunca debería haber salido de su círculo de chalanes, la forma de defender nuestra seguridad y nuestra libertad? ¿De verdad es tolerar un comportamiento tabernario la forma de defender la libertad?

Yo comprendo, señor Abascal, que usted tiene que colocarse de perfil, no dar la cara, echar balones fuera y esperar a que escampe. Pero yo, que no tengo esa necesidad, si tengo la de ser consecuente. Y para serlo, tengo que decirle que usted ha perdido -para mi- toda la credibilidad que pudiera tener.

No me espere, señor Abascal, en las próximas elecciones. Para sinvergüenzas, traidores, cobardes, vendidos y malandrines de diverso pelaje, ya tenemos partidos de sobra. 

He votado a VOX -lo tengo muy dicho, también- en varias ocasiones: cuando, siguiendo la recomendación joseantoniana, me ha parecido que era lo menos malo. Pero para ponerse al lado de un matón, un chulo, un tipejo grosero, prepotente, maleducado y canallesco; para venderse a un chalán, señor Abascal, no hacía falta VOX.


martes, 25 de febrero de 2025

SOBRE EL REAL MADRID, LOS SIETE ENANITOS Y LOS CUARENTA LADRONES.


No suelo escribir de fútbol porque -como he dicho algunas veces en este mismo lugar- a los españoles de mi generación se nos ha obligado a dividirnos por razones mucho más importantes que las preferencias deportivas. Pero uno también tiene su corazoncito, y como conoce quien haya querido saberlo, soy madridista.

Soy madridista, y a mucha honra. Cada día más, viendo cómo todos los segundones, los mediocres, los envidiosos y los tramposos arremeten contra el club al que nunca alcanzarán. De forma que, como además a mí ya no me lee casi nadie, voy a permitirme decir lo que pienso al respecto. 

Para empezar, voy a citar una frase de Nietzsche: No se odia mientras se menosprecia. No se odia más que al igual o al superior. 

Los madridistas -salvo casos bastante extraños, que no conozco, pero que tampoco niego taxativamente- no odiamos a ningún otro club del mundo lo cual -siguiendo a Nietzsche- implica que no creemos que haya otro club superior, aunque los pueda haber iguales. Son los que odian al Real Madrid los que muestran su inferioridad, como suele demostrarse con la forma en que centran su existencia en ponerse en contra. Son "antis"; esa cosa ridícula que obliga a estar pendiente del objeto del odio para saber qué tienen que hacer, decir o pensar en cada momento.

Y ahora se han unido todos los antis, todos los pobres que no tienen otra razón de existir que ser antimadridistas.

La Liga, hace días denunció la carta del Real Madrid en la que este club denunciaba estar hasta las gónadas de arbitrajes fraudulentos, y pedía poder revisar el sonido sin manipular de la nula actuación acerca de la bestial agresión de un jugador del Espanllol a Mbappé; la Liga denunció al Real Madrid por pedir explicaciones, con el beneplácito de todos los clubes afectos, y la Federación ha abierto expediente al Real Madrid mientras un tal señor Tebas se permite insultar a millones de madridistas. Expediente que se sustanciará robándole unos miles o millones de euros para seguir con los trapicheos en la Federación, la Liga y demás vividores a costa ajena, porque para expulsar al Madrid no hay cojones ¿verdad?

El señor Tebas -o lo que sea, si es que alguien sabe qué coño es ese señor, que en su vida ha hecho otra cosa que mediar y trapichear entre clubes deportivos y vivir a costa de ellos, y quien guste comprobarlo puede ver la wikipedia- dice que el Real Madrid es un llorón, que dice que si no gana es porque le arbitran mal y que le da vergüenza porque él es madridista.

No digo que este señor -o lo que sea- Tebas no sea madridista. Si digo que este señor -o lo que sea- es un manipulador, un falsario y un mentiroso, que ni siquiera viendo cómo jornada tras jornada los árbitros cometen irregularidades, no aplican el reglamento, perjudican con decisiones injustas a un club, miden los mismos hechos con distinto rasero, según quien los cometa; ni siquiera viéndolo -con imágenes sin manipular, no como las del VAR- es capaz de admitir la realidad de un estamento arbitral corrupto que hay que limpiar a toda costa. ¿Por qué, si no, ningún árbitro español pita en partidos internacionales de relieve?

Pero para el señor -o lo que sea- Tebas, el Real Madrid es el único merecedor de sanciones, de denuncias y de denuncia, quizá porque es el único que va de frente y ya se ha hartado de los sinvergüenzas que chanchullean y se benefician de suculentos sueldos con cargo a los clubes de fútbol. 

Pues bien, señor -o lo que sea- Tebas, la solución es sencilla, porque usted dice que Ni Europa ni nadie van a permitir que se vayan de un sitio a otro. ¿Que no lo van a permitir? La legislación española, al parecer, no permite jugar en nuestras competiciones a equipos extranjeros, salvo andorranos. ¿Ninguna otra legislación europea admite jugar a equipos de otro país? Porque ahí están casos como el del Mónaco, jugando en Francia, y de varios equipos de Reino Unido que juegan en ligas que no son la de su lugar de origen. 

¿De verdad piensa el señor -o lo que sea- Tebas, que si el Real Madrid quiere jugar en otra Liga no le van a recibir con los brazos abiertos? ¿De verdad cree que, de ser necesario, no iban a cambiar su ley para admitirle? 

Además, si usted, y sus acólitos, y sus paniaguados, y sus corruptos, y sus manipuladores, tienen tantas quejas hacia el Real Madrid, si todos los clubes están en contra del Real Madrid, la solución es sencilla; que el Real Madrid se vaya a la Liga francesa o italiana -por proximidad y similitud de categoría-, y deje a todos los clubes españoles disfrutando de su sistema tan paradisíaco, tan perfecto, tan limpio, tan justo, tan amistoso. 

Dado que el Real Madrid es el único culpable de todas las desavenencias; el club que provoca, que malmete, que rompe la armonía, que se vaya. Que se vaya, y deje a los clubes españoles disfrutar de que la Liga la gane el FC Barcelona el 95% de las temporadas -que para eso su entrenador dice que tienen que proteger a los árbitros, dado que (esto lo digo yo) ya no le pagan a su jefe-, y el resto pueda disputar el segundo puesto. O el tercero, porque quizá el Atlético de Madrid se vea como merecedor del segundo puesto fijo, dado que no ha tenido empacho en defender árbitros que aunque puedan ser honrados no lo parecen, ni en acusar "campañas orquestadas" de quien prueba -con imágenes claras- los errores reiterados. Quizá el Atlético de Madrid espera que los árbitros se lo paguen. Y, por mi parte, espero que lo hagan como Roma con los asesinos de Viriato.

Pero si. Que el Real Madrid se vaya, y se lleve a Francia o Italia los cuartos que pagan las plataformas televisivas por ver los partidos que juega y por ver a sus jugadores.

Y cuando el Real Madrid haya dejado de incordiar, todos los demás clubes serán felices y estarán a la altura que merecen, luchando para poder pagar unas nóminas menguadas, porque con menos pasta de las televisiones hay menos cuartos para todos, y hay menos jugadores famosos, y hay menos estrellas, y se vuelven a reducir los ingresos, y se podrán pagar menos nóminas y...  

Si; que se vaya el Real Madrid, que les deje a los demás en su idílico sistema de árbitros que no son corruptos, de árbitros que no perjudican voluntariamente a nadie, de árbitros que no tienen negocios incompatibles con su función, de árbitros que no reciben dádivas de ningún club.

De árbitros que, dado que no son corruptos, ni perjudican voluntariamente, ni reciben dádivas, es que son rematadamente malos. Pero, eso si, cobrando unos 300.000 € al año, según dicen los periódicos. Habrá que ver cómo de malos llegan a ser cuando también se les recorte la nómina.

Y habrá que ver cuántos periodistas quedan con empleo cuando en la Liga española haya menos dinero, menos televisiones pagando, menos afición -ellos mismos, los periodistas, claman por la caída del número de aficionados- pagando entradas o cuotas de conexión a las plataformas de TV. 

Habrá que ver a esos periodistas que acusan a sus propios compañeros de provocar, aunque presenten pruebas, pero creen a pies juntillas a los arbitrillos -arbitruchos- que se hacen los ofendidos, y dicen que no han hecho nada, y que tienen padres -cosa que suele ocurrir con los jugadores también, creo; e incluso con los aficionados del Real Madrid-; arbitrillos que, pese a quejarse, no denuncian a quienes les han destapado los chiringuitos, porque entonces igual entra la justicia y la policía a investigar, y eso ya no, claro; habrá que ver a esos periodistas, por dónde se meten sus aires de superioridad cuando una Liga de mediocres del tres al cuarto no de para que chupen todos del bote.

Que el Real Madrid se vaya, y así también los aficionados de todos los demás clubes podrán sentirse satisfechos de que su odiado Real Madrid ya no moleste. Podrán ser felices viendo cómo nadie interfiere en su mediocridad. Podrán gozar de que nadie les haga trampas -que es de lo que acusan al Real Madrid desde hace 100 años, sin ninguna prueba-, porque para ellos lo de pagar al vicepresidente de los árbitros durante más de una década debe ser lo normal, y no hay queja al respecto aunque si haya pruebas.

O quizá no sean tan felices, y los aficionados de los demás clubes españoles se sentirán fatal por no tener a quien acusar de no ganar sus partidos, de ser unos clubes llenos de mediocres que no dan la talla, de no poder dar el año por satisfactorio por haberle ganado un partido al Real Madrid, que es la meta de todos ellos, lo que les salva la temporada.

Porque una vez que el Real Madrid deje de incordiar en la Liga española, todos los clubes estarán contentos, serán felices y comerán... lo que sus presupuestos recortados les permitan. Reinará la armonía entre el FC Barcelona -que tal vez conseguirá pagar sus deudas a clubes extranjeros y no desaparecer, a pesar del recorte de ingresos- y todos los segundones, acostumbrados a serlo y contentos con ello, y también todos los aficionados de otros equipos serán felices.

Porque siempre ha habido cornudos apaleados y contentos de serlo, y putas que gustan de poner la cama. Y de hijos de padre desconocido y madre casquivana, ni hablemos.

Por todo lo cual, quizá lo procedente sea citar otra vez a Nietzsche: Lo que no me mata, me hará más fuerte.


viernes, 21 de febrero de 2025

SOBRE LOS MANIPULADORES.

Esta misma mañana, mientras tenía puesta la radio para oír algo de ruido en tanto me ocupaba de otras cosas, me he asombrado al escuchar en la COPE -esa emisora episcopal cada vez menos libre, pues, contra lo que dice su lema, cada día dice menos la verdad- que Santiago Abascal consideraba que Ucrania tenía la culpa de la invasión rusa, para seguir la canallada de Trump.
Lo de Trump, evidentemente, es cosa que justificaría la costumbre useña del magnicidio, tan eficaz cuando otros medios no dan resultado. Lo de los canallas que le siguen la corriente, es de expulsión del mundo civilizado -si es que queda algo-, o de psiquiátrico de guardia, especialmente para todos aquellos que se mostraban prorusos y -consecuentemente- prochinos y provietnamitas, por situarse antiamericanos. A ver ahora cómo atan esa mosca por el rabo, que es cosa que antes o después les acaba pasando a los "anti."
Pero, a lo que iba: leo después en El Debate -periódico digital de la misma casa episcopal y, según se va comprobando, espesa- las palabras textuales -así las entiendo al estar entrecomilladas- de Santiago Abascal:

«Los mismos que han dejado a Europa indefensa, destruyendo su industria y su capacidad de generar energía, los mismos que le dieron a Rusia la posibilidad de invadir Ucrania, los mismos que facilitaron la agresión de Putin condenándonos a la dependencia energética», afirmó el líder de Vox.

Lo cual, evidentemente, se parece a lo dicho por los sinvergüenzas opinólogos de la COPE como un huevo a una castaña. 
No obstante, espero también una declaración clara del señor Abascal -declaración que se traduzca en hechos a lo largo del tiempo y no se quede en salida por la tangente- con respecto a la agresión rusa, al imperialismo de corte soviético que mantiene Rusia, y a la canallesca posición de Trump.
Y sobre la manipulación de los tertulianos de la emisora episcopal, poco que decir. Su peperismo es patológico y vergonzante, al igual que el de los Obispos. Y aunque a uno no le extraña lo más mínimo, si le da un poco de pena.


viernes, 14 de febrero de 2025

SOBRE LA RESPONSABILIDAD.

José Antonio enseñó a quien lo hubiera menester -que en la Segunda República era la mayoría de los imbéciles y de los asesinos que poblaban el parlamento- que los Gobiernos se suceden para lo bueno y para lo malo, y que ningún Gobierno puede dejar de cumplir los compromisos internacionales del anterior. Aunque -esto lo digo yo- no le gusten, porque para eso existe una solución normal, ética y decente, que es renegociar los acuerdos.
Por supuesto, no espero que ningún sinvergüenza gubernamental de "estepaís" tenga capacidad intelectual para entender algo que, en el fondo, es tan sencillo. Mucho menos espero que Donald Trump sepa quién fue José Antonio y conozca las razones jurídicas que asistieron su razonamiento. Ni que decir tiene, que las razones de dignidad, de honor y de simple decoro no pueden caber en un individuo tan impresentable como el mandamás de los yanquis.
Viene esto a cuento del abandono de los EE.UU de Ucrania, para facilitar la vida del mandamás ruso, tan amigo del yanqui. 
Donald Trump se propone dejar a Ucrania a su suerte, tras los años de ayudas del Gobierno de Estados Unidos para repeler la agresión rusa. Esto es abandonar los compromisos internacionales adquiridos previamente, y esto es la falta de responsabilidad del yanqui.
No soy antiamericano. No soy antinada. Ni antisemita, tan de moda últimamente, ni antinazi, que es el lugar donde se colocan los que han seguido el argumento putinesco de que había que "desnazificar" Ucrania. Entre ellos, para mi asombro -a estas alturas, poco- los que pensé que eran "los míos". Nada más extraño -para mi, que siempre he estado en el mismo sitio- que leer documentos de algún grupo falangista criticando los gobiernos nazis de Ucrania y aplaudiendo la invasión de este país por una Rusia que cada día parece más soviética. 

Todo ello, en mi modesta opinión de dinosaurio trasnochado y obsoleto, que no comprende la situación internacional, que no entiende que ya no estamos en la guerra fría y cuya imbecilidad manifiesta le impide darse cuenta de que los países que tienen la razón y la verdad de su lado son Rusia y China, tal como me ven los que creí que eran "los míos".
Sigo siendo lo que siempre he sido. Lo que empecé a ser en 1975, suficiente tiempo como para cambiar ahora. Si seguir pensando lo que he pensado siempre me impide ser falangista de hoy, no pasa nada. Por eso llevo décadas definiéndome como nacionalsindicalista, no fuera a decirme algún falangista puro que mi modesta opinión y mi modesta persona no era digna de entrar en su torre marfileña.
En fin -perdonen la digresión- que los prorusos desnazificadores estarán terriblemente agradecidos a Trump, que ha sacado a su Vladimir del atolladero cuando la realidad había demostrado que Rusa era un gigante con pies de barro y no tiene potencia económica, ni militar, ni demográfica para vencer a un país infinitamente más pequeño en territorio y población, y que ha recibido algo de ayuda de Europa y USA, bastante mediatizada por el miedo a enfadar a Putin. 
Estados Unidos, con el payaso Trump, ha vuelto a poner a Rusia en primera línea de potencia mundial, pero los prorusos desnazificadores estarán también terriblemente cabreados, porque ellos han sido siempre antiamericanos y antisemitas, y ellos odian a USA porque consideran que protege a los judíos. Esos mismos judíos a los que ahora acusan de genocidas cuando arremeten contra los terroristas que les agreden continuamente.
Por lo tanto, los prorusos desnazificadores deben estar hechos un auténtico lío. Porque tienen que odiar a Estados Unidos -es su mantra del anticapitalismo-, pero tienen que agradecer que los Estados Unidos ayuden a la Rusia que han colocado en su altar ideológico modernizado. Es lo que tiene ser "anti"; que luego pasan estas cosas y no saben donde meterse ni a donde mirar.
En cambio, yo me puedo permitir seguir diciendo que Trump es un individuo soez, grosero, maleducado e impresentable, y que abandonando a Ucrania es un traidor a los compromisos de su país. Que con esta acción, nadie volverá a creer en la palabra de los Estados Unidos de América -si es que alguien creía aún-, y que causa un daño irreparable a la credibilidad de su país.
Pero también me puedo permitir decir que Donald Trump tiene toda la razón del mundo cuando le dice a eso que llaman Unión Europea que se vaya buscando la vida, porque USA ya no le va a sacar las castañas del fuego. Que Estados Unidos no va a seguir pagando la defensa de un chiringuito que no cumple sus obligaciones con la OTAN, que no suelta un euro para su propia defensa pero los reparte a manos llenas para toda aberración antinatural. Y que encima mira a los Estados Unidos por encima del hombro, que les dice que se vayan a su casa mientras les pide que ponga los soldados, los aviones y los tanques.
Son cosas perfectamente compatibles para los que no tenemos amo. Porque Trump no tiene razón al abandonar a Ucrania de la forma que anuncia, y eso hundirá la credibilidad de Estados Unidos y le dará vida a una Rusia que no ha dejado de comportarse como la bestia soviética cuyos vicios siguen presentes; pero tiene razones sobradas para no hacer caso a los charlatanes de la UE, en prescindir de marrulleros pedigüeños a los que toda la fuerza se les va por la boca. Por más que nos moleste tener que reconocerlo.

miércoles, 1 de enero de 2025

SOBRE EL AÑO DE LA CELEBRACIÓN.

Porque este año 2025, que estrenamos -unos preparándose para les practiquen la rima, y otros dispuestos a evitarlo- es el año de la celebración.

El gobierno -con minúsculas, como le corresponde a su capacidad- actual, sus ayudantes, siervos y clientes, sus presuntos opositores y los ciudadanos memócratas en general, van a celebrar de la mano del cabrón mayor del reino que el Excelentísimo señor D. Francisco Franco Bahamonde, Capitán General de los Ejércitos y Caudillo de España por la Gracia de Dios, falleció en la cama de uno de los hospitales de la Seguridad Social que bajo su mandato creó el falangista José Antonio Girón de Velasco. 

Triste celebración, que pone a la vista la pequeñez de los enanos que ni siquiera fueron capaces de enredársele en los pies al gigante. 

Entre paréntesis: señor fiscal del gobierno socialista, las frases que anteceden no son un delito de odio hacia los afectados de acondroplasia, ni de menosprecio de ninguna clase de enfermo con capacidades diferentes, o como coño eludan ustedes hoy la realidad. Son, sencillamente, una referencia a un artículo de José Antonio Primo de Rivera en referencia a los mindundis -borbones incluidos- que provocaron la muerte de don Miguel, su padre. Fin del paréntesis, y dejo fuera de comentario a los que piensen que cometo un sacrilegio aplicando las palabras de José Antonio al Caudillo contra el que también ellos luchan valientemente hoy en día.

Triste celebración, que no deja de ser un pleno reconocimiento de incapacidad, de inutilidad, de impotencia, porque los antecesores de estos pequeños canallas no pudieron nada contra el hombre que, sobre darles de collejas en la guerra, les venció ampliamente en la paz. En esa paz que los microscópicos hideputas niegan, contra la experiencia de millones de españoles -y cientos de millones de extranjeros que nos visitaron- que no sólo disfrutaron de paz, sino de bonanza económica, de posibilidades de ganarse un futuro mejor con su trabajo, y ahí debe estar el problema de los cabritos de hogaño, mas inclinados a la sopa boba del vago. Futuro mejor que la inmensa mayoría logró, sin echar en falta ninguna libertad fundamental, salvo para aquellos que deseaban vivir del cuento que tan ferozmente llevan cincuenta años exprimiendo.

Triste celebración, que no podrá impedir que haya quedado en las hemerotecas el reconocimiento de que, de no ser por la canalización del Turia realizada en los años 50 -pleno fascismo, ya ven ustedes- la reciente riada en Valencia habría tenido consecuencias aún mas graves. 

Triste celebración, de mentiras mil veces repetidas por los falseadores de la Historia y de la verdad, por periodistas amarillos y profesores vendidos, por ineptos y borregos, por incompetentes y sinvergüenzas, por canallas y ladrones, por corruptos y por tontos. Triste celebración en un aquelarre de necios, golfos y golfas. Y golfes, faltaría más. 

Triste celebración, de perdedor comido por el odio porque es consciente de su propia pequeñez, de su minúscula categoría humana -¿o ni siquiera humana, sino puramente animal y rabiosa?-, que no trascenderá más allá de una nota a pie de página en los libros de Historia, mientras que el odiado cuya muerte -en la cama y de viejo- piensan celebrar, será recordado por los siglos.

Triste celebración, la de un perfecto inútil que, incapaz de solucionar cualquiera de los problemas reales y de los que su ineptitud crea a diario, no tiene más remedio que sacar de paseo a sus canallas de guardia, a sus productores de bulos, falsedades y -él lo dice- fango. 

Triste celebración, cuando lo único que puede oponer a los violadores puestos en la calle por sus leyes; a los asesinatos y robos cometidos por sus inmigrantes ilegales beneficiados; a los alquileres cada vez más altos por su ineficacia y su sectarismo de patio de colegio; al hartazgo de la gente normal y corriente que lo abuchea -y apedrea, si tiene con qué- allí donde vaya; cuando lo único que puede presentar como logro es haber sacado de su tumba a quien falleció en su cama hace medio siglo. Cuando lo único que exhibe como logro, es el antifranquismo. Cuando la única baza que tiene, como presunto gobernante, es el fantasma de un Franco que nunca existió salvo en las mentes calenturientas de los degenerados que le acompañan.

Triste celebración, cuando todo lo que puede responder a la corrupción de su esposa, de su hermano, de sus ministros y otros altos cargos, es que hay que seguir luchando contra Franco.

Triste celebración, que reviviendo a los muertos de hace medio siglo, revive igualmente a los triunfadores de hace casi 90 años. Triste celebración, que nos vuelve a poner en el camino del odio fratricida y abre una brecha cada día más insalvable entre la gente normal, que se revuelve ante tanta infamia a poca vergüenza que tenga y poca educación que haya admitido, y la piara de botarates manipulada y feliz de hozar en su zahúrda.

Triste celebración, porque con una sociedad que sigue la ególatra psicopatía de un fullero para celebrar el fallecimiento natural de los que considera enemigos, sin tener parte alguna en el acontecimiento, no cabe más futuro que el que nos espera. Y que Dios reparta suerte. Y buena mano.

Triste celebración. Pero es que no lo pueden evitar, porque ellos -como todos los acomplejados, como todos los rencorosos, como todos los pobres de espíritu- son tristes. 

Ellos no saben poner arriba los ojos, siempre arriba.



lunes, 23 de diciembre de 2024

SOBRE LA NAVIDAD.


Navidad que -pese a memos de solsticios de invierno y otras pequeñas hideputeces- sigue siendo la celebración del nacimiento de Dios
Los memos astronómicos pueden meterse por donde les quepan -que les cabrán, por supuesto-  las fiestas, y no digamos el solsticio. Y los hijoputas que felicitan el Ramadán a quienes se lo obliga su religión, pero eluden la palabra Navidad como si les quemara -que si, que les quema como el agua bendita al diablo- pueden irse dando por no felicitados, ni saludados, ni bien deseados.
Porque aquí, en estepaís -que antes era España- y en este diario -que es mi casa- sólo se desea felicidad, paz y -en lo que los rojos y los progres y los memócatas en general lo permitan- prosperidad, a los españoles que lo son y lo sienten y lo tienen a gala, y se desea feliz Navidad -o sea, Natividad del Señor- a los católicos. 
A ser posible, tridentinos a machamartillo, lo cual -me temo-, excluye a la mayoría de los curas presuntamente católicos, a los los directivos eclesiásticos de relaciones públicas -Obispos por otro nombre- y a ese señor al que suelo llamar cura Paco para no faltarle a ningún inmerecido respeto.
Y que Dios -ese Dios que nace para quien lo quiera recibir- me perdone la falta de caridad. Pero -en mi modesto y creo que no equivocado modo de ver las cosas- no estamos en tiempos de tibieza, ni de permisividad, ni de tolerancia mansa y culpable, sino de -como Pedro- sacar a paseo la espada.


miércoles, 20 de noviembre de 2024

SOBRE HOY, 20-N.

Hoy, que es el único día del año en que no quiero escribir, pero en el que no hacerlo sería cobardía.

No quiero, porque la única palabra posible para un día como hoy, en esta España que ya no es España ni tiene esperanza de volverlo a ser, sería la invocación al santo patrón de España: Sanseacabó.

Pero eso está lejos, quizá irremediablemente perdido también.

Por eso, hoy, que tendría mucho que escribir, sólo quiero dejar constancia de que sigo siendo el que siempre he sido desde aquél lejano día de 1975 en que el asco por los vivos, los vivillos y los vivales, me hizo interesarme y conocer la fecunda idea de vida humana que representa el Nacionalsindicalismo. Gracias -y que lo olvide quien quiera, pero no yo- a Francisco Franco, que quiso que la conociéramos, como quiso que supiéramos de José Antonio.

Nada más que decir, salvo lo que procede:

José Antonio, ¡Presente!

Francisco Franco, ¡Presente!

¡Arriba España!


lunes, 4 de noviembre de 2024

SOBRE LA UBICUIDAD DE LA ULTRADERECHA.


Como mis habituales saben –si queda alguien aún que me lea- no soy de ultraderecha. Menos aún de derechas. Pero también mis habituales -y cualquier persona medianamente culta- saben que hoy en día los políticos sinvergüenzas, los periodistas sinvergüenzas, los rojos sinvergüenzas y los imbéciles que no saben como se escribe la palabra vergüenza, llaman ultraderecha a todo lo que les suene a decente, a limpio, a responsable y a español. Es decir, a todo lo que no sea socialista bananero, comunista resabiado, estalinista asesino y demás maravillas de la modernidad progresista.
Por lo tanto, resulta que -como nacionalsindicalista, que para los hideputas vale por ultraderechista aunque no lo sea ni por el forro- me he convertido en ubicuo. 
Estoy en todas partes. 
No paro un segundo de tirarle fango a doña Begoña, virginal doncella que jamás ha cometido la menor intrusión en el ámbito académico, ni ha influido en concesiones administrativas, ni ha metido cuchara en ningún plato de software ajeno.
No paro un momento de buscarle las vueltas al sabio hermano de Perico -él si de verdad ubicuo, según la cantidad de domicilios que la prensa canallesca dice que tiene-, que sólo busca con su ausencia habitual del puesto de trabajo el ahorro de espacio, calefacción y mobiliario de la administración que le emplea, por supuesto sin la menor sombra de influencia de su señor hermano en la contratación.
No descanso un momento de mentir sobre las condiciones de los trenes, sobre los retrasos, sobre la falta de material y de mantenimiento, sobre los accidentes por dejadez de los irresponsables que mangonean en el asunto. 
Y ahora, para colmo, resulta que he provocado al pueblo doliente de la inundación de Valencia para que exprese, de forma poco democrática, su opinión respecto a los visitantes que van a lucir palmito para las fotos y las televisiones. Soy yo, la ultraderecha, la que cabrea al personal. 
Yo, no la ausencia de ayudas, de guardia civil, de policía, de bomberos, de soldados, de oenegés trinconas que no han aparecido con sus mantas, ni sus botellas de agua, ni sus bocadillos, ni sus voluntarios tan dedicados a fomentar la delincuencia. Yo -la ultraderecha- soy el culpable de que la gente de Valencia no haya recibido refuerzos de policía y guardia civil ni haya recibido la presencia militar -con su maquinaria de zapadores y su disciplina de soldados- ni haya visto la llegada de bomberos, de material, de personal de otras provincias. Y no porque las otras provincias de España no los haya querido enviar, sino porque alguien ha rechazado esa ayuda. De la misma forma que dos helicópteros andaluces se desplazaron para unirse a los esfuerzos, y tuvieron que volverse a sus bases porque nadie les daba trabajo. 
Y soy yo -la ultraderecha- quien tiene la culpa de que los inútiles de la autonomía valenciana, de que inútiles de los ministros del Gobierno, no hayan sabido qué diablos hacer y hayan escurrido el bulto para que lo lleve otro. Y quienes lo han llevado han sido los afectados por la inundación que ni siquiera -unos por otros- fueron capaces de avisar.
Y, por supuesto, soy yo -la ultraderecha- quien ha azuzado los ánimos de los ciudadanos cabreados que ayer abuchearon y rociaron de barro a los Reyes y al Presidente del Gobierno, al grito de asesinos y de fuera, fuera.
Estoy en todas partes. Tanto es así, que si los ciudadanos españoles supieran leer y lo ejercieran, tal vez lo identificarían con el 1984 de Orwell y ese Goldstein, enemigo público siempre presente. Pero el pueblo español no ejerce la lectura más allá de los montajes literarios prefabricados, ni sabe sacar consecuencias de lo que alguna vez pueda haber leído. Ya le va bien con la televisión del régimen democrático, con la prensa del régimen democrático, con la partitocracia del régimen democrático. La ultraderecha es muy mala, y ya iremos descubriendo que las inundaciones las ha provocado Francisco Franco. (En lo cual posiblemente tengan algo de razón, porque de haber vivido veinte años más habría hecho más obras de las que ahora reclaman los ingenieros para evitar estos desastres).
Pero no hagan caso. Esto son infundios de la ultraderecha. Ya se limpiarán las calles, ya les darán a los afectados los papeles para que dentro de unos años -los del volcán de La Palma aún están esperando- los den unos euros por su vida destrozada. Ya se enterrarán los muertos. Y se olvidará todo para las próximas elecciones.
Y parece mentira que el señor Sánchez y sus cómplices no se den cuenta de que si la ultraderecha está en todas partes y es culpable de todo, probablemente sean algo más que dos o tres exaltados.
Pero el mensaje oficial es que la ultraderecha está en todas partes, acechando, lanzando fango sobre la pureza de don Pedro Sánchez; de sus amigos los terroristas baskos y los golpistas de Catalunlla; la ultraderecha es ubicua, y todos los que despotrican del Gobierno socialcomunista son unos malditos fascistas, como ha sido siempre desde el abuelito Lenin y el padrecito Stalin. 
La ultraderecha es la que ha colocado en la prensa las fotos de los Reyes aguantando en su visita a Valencia el chaparrón -de insultos y de barro-, pero ha ocultado la gallardía con que Pedro Sánchez ha huido del lugar.
Y son  ellos -la ultraderecha y nada más que la ultraderecha- los que han respondido al señor Sánchez. Si necesitan algo, que lo pidan, dijo don Pedro. 
Pues te lo han dicho, imbécil: fuera, fuera.


martes, 22 de octubre de 2024

SOBRE MI CAMARADA LUIS.

Que como ustedes ya saben de sobra, es el Ilustrísimo Señor Coronel don Luis Tapia Aguirrebengoa, al que -como también saben de sobra- quiero rendir homenaje cada año en esta fecha. Esto lo digo también cada año, como conocen los habituales o incluso los visitantes esporádicos a este diario, si es que queda alguno.

Me temo, Luis -amigo, camarada- que lo que yo pueda escribir ya no le importa a nadie, y me parece bien. Cada cosa tiene su tiempo y el mío ya ha pasado. Me gustaría volver a aquel tiempo -difícil pero hermoso- en el que tu, y tantos otros camaradas, y yo, aún creíamos que España era posible. 

Y pienso si tu, Luis -amigo, camarada, maestro- ya habías llegado a la misma conclusión que yo he llegado ahora; si ya sabías que España estaba perdida para siempre, y que sólo nos quedaba -como al soldado romano que citaba Spengler-, permanecer sin esperanza en el puesto ya perdido. Si tu ya sabías -hermano, camarada-, que sólo nos quedaba clavar la bandera y tratar de sembrar la verdad que conocemos para que -acaso dentro de décadas- florezca de nuevo.

Y pienso que si. Pienso que tú, -amigo, camarada, maestro, hermano- ya sabías lo que iba a pasar, pero te mantenías firme en tu puesto, sin una concesión al desaliento, siendo ejemplo y acicate para todos los demás. Como el capitán de los viejos Tercios -del nuevo Tercio- que nunca se rendía.

Eso es grandeza, eso es tener raza. Ese honroso final es lo único que no se le puede quitar al hombre.

Presente, Luis. ¡Siempre presente, mi coronel!


sábado, 12 de octubre de 2024

SOBRE OTRO AÑO.

Un año más -y ya van 36- sin Rafael.


Rafael es -evidentemente, y más en este día-, Rafael García Serrano, cosa que cualquiera habrá adivinado sin necesidad de más pistas. Al menos, cualquiera que sea español de bien, aficionado a las buenas letras, amigo del humor fino y las verdades recias.

Rafael García Serrano es -sigue siendo- el mejor escritor en lengua española de todos los tiempos, con permiso de don Miguel y de don Francisco, los dos gigantes de las letras hispanas. Aclarado para camaradas y amigos despistados: Cervantes y Quevedo. Para el resto, toda aclaración es insuficiente, y no tengo hoy el día para desasnar percebes.

Otros años, Rafael, te he contado las aberraciones de la actualidad, las canalladas que sacuden a esto que ya no es España, porque me niego a pensar que pueda ser España esta mezcla de desvergüenza y cobardía, de podredumbre y falsedad, de ilegalidad y estulticia. 

Fíjate, Rafael: este año, el cura Paco ha recibido al canalla Perico, y se habrán reído de los tontos que les siguen a ambos, y el cura Paco habrá callado sobre la persecución religiosa que los católicos padecemos en estepaís, y el sinvergüenza Perico habrá obtenido la bendición del hereje para seguir destruyendo la mayor obra humana alzada a la mayor Gloria de Dios, en Cuelgamuros.

Otros años, Rafael, te he contado sobre esta sociedad aberrante, suicida y esperpéntica. Pero hoy no. Hoy sólo quiero decirte que te echamos de menos -¡cada vez más!-, y pedirte que, desde ahí, desde tu Lucero, nos eches una manita.

Siempre ¡presente!, Rafael.


martes, 17 de septiembre de 2024

SOBRE LA POLÍTICA DE LA IGLESIA.


La Iglesia, en este caso de la Diócesis de Cartagena, cuyo departamento de migraciones dirigido por el sacerdote Ignacio Gamboa Gil de Sola, juez auditor del Tribunal Eclesiástico de la Diócesis de Cartagena, ha incendiado la política murciana tras emitir un comunicado en donde acusaban al ex vicepresidente de la Región de Murcia, José Ángel Antelo de carecer «de humanidad, empatía y compasión y veracidad» por vincular inmigración con inseguridad ciudadana. Todo por compartir un vídeo en redes sociales denunciando una paliza de dos marroquís a un joven en pleno centro de Murcia para robarle.

Y vuelve el cura a los tópicos de costumbre, como que  «están normalizando, con mucha osadía y total impunidad los discursos de odio que atentan contra uno de los grupos de personas más vulnerables: los de origen inmigrante»; y que en España hay «redadas racistas» que hacen «muy difícil la vida de las personas migrantes y refugiadas».

Para el cura xenófilo inútilmente llamado Ignacio, los migrantes  tienen en España una vida muy difícil, probablemente porque los malvados autóctonos no se dejan robar aunque les den una paliza. Que es que hay que ser mala persona, y racista, y xenófobo, para no dejarse robar por un inmigrante. Y para pensar que, si tan mal lo pasan, por qué coño vienen. 

Tan molestos han debido sentirse los fieles de la región, que el obispado de Cartagena se ha visto obligado a retirar esa nota de su página web y a emitir una aclaración.

Aclaración que, por supuesto, no ha conllevado la destitución del cura xenófilo e injuriador, porque tomar partido en la política a favor de los rojos y de los delincuentes -disculpen la redundancia- es cosa normal en los curas de estas tierras hispanas.

Mientras tanto, la Conferencia Episcopal guarda un silencio -más que discreto, culpable- sobre el asunto. Que sus curas mientan, patrocinen criminales y ultrajen a quienes no se pliegan a la moda, sigue sin ser asunto suyo, como no lo fue en su día la venganza exhumatoria contra el Excelentísimo Señor Don Francisco Franco Bahamonde.

Pero, eso si, seguirán esperándonos con la mano pedigüeña y sucia, para que sus curas canallescos sigan insultándonos y faltando a la verdad.


sábado, 14 de septiembre de 2024

SOBRE LA VERGÜENZA DEL CURA PACO.

Muchos no lo habrán conocido, y otros muchos acaso lo hayan olvidado. Allá por los años de la llamada Transición -traición, para cualquier persona decente- hubo un famoso cura más cercano a Stalin que a Jesucristo, al que sus amiguetes comunistas, la prensa procomunista de la época –o sea, toda menos El Alcázar- y los canallas de la política –o sea, casi todos- llamaban el cura Paco. La wikipedia lo idealiza -como todo lo relacionado con la rojez-, pero lo cierto es que el tipo fue un singular canalla y un tonto útil mientras duró.

Sirva lo que antecede como explicación de por qué motivo llamo cura Paco al llamado Papa Francisco, tan lamentable jesuita como aquél de la Tra(ns)ición española, cada día más relativista y cada hora más montonero. 

Cuenta hoy la prensa -también la radio pero el enlace de periódico es más fácil de encontrar- que el cura Paco ha declarado: «Estoy pensando en ir a Canarias, porque allí hay situaciones de inmigrantes que vienen del mar y me gustaría estar cerca de los gobernantes y del pueblo»

Lo cual, así dicho, no tiene nada de malo. Las islas Canarias constituyen una región española bien hermosa y bien merecedora de ser visitada y conocida. Los gobernantes de Canarias me son desconocidos, luego no puedo comentar al respecto, pero supongo que una visita de Su Santidad no les hará daño. Dudo de si la presencia de un Papa digno de su puesto le causará alguna erupción a los socialistas-comunistas-separatistas-ladrones-terroristas del Gobierno Central, pero eso me la trae al pairo.

Lo que ya me parece fuera de lugar es que una las condiciones de inmigrantes y del pueblo con el que quiere estar, porque creo que en las hermosas islas Canarias, e incluso en el resto de España, hay mucho más pueblo español que inmigrante, y con esas palabras parece que el Papa sólo se interesa por los venidos de fuera. Porque no discutiré que la Iglesia cuide de los necesitados y ayude al que lo necesita. Pero si empezamos por hacer de menos a los demás, luego que no se extrañen de que los católicos -los que, con todos nuestros errores, al menos no somos hipócritas- prescindamos de una Iglesia que nos considera de categoría inferior a los musulmanes que vienen a delinquir. 

Y no me salgan con gilipolleces: si no tienen papeles no pueden trabajar, y si no pueden trabajar tienen que mendigar o delinquir. Y si trabajan ilegalmente, también delinquen. Y quien promueva o defienda esto, es otro delincuente.

Pero es que, además, el cura Paco añade: 
Uno de los periodistas preguntó que, como católico, a quién se debería votar en los comicios presidenciales de Estados Unidos: ¿A Donald Trump o a Kamala Harris?
«Ambos están contra la vida», sentenciaba el Pontífice. El republicano, por querer expulsar a 11 millones de inmigrantes. «Seamos claros: expulsar a los inmigrantes, no darles la posibilidad de trabajar, no darles la posibilidad de trabajar, no darles hospitalidad es un pecado grave», explicaba. Por su parte, la demócrata «mata niños».

Bien: pues si para el señor Bergoglio es lo mismo echar delincuentes -véanse los párrafos anteriores- que asesinar nonatos, a mi que no me cuente entre los suyos. 

A la hora de marcar la casilla de la Iglesia en la Declaración de la Renta, tampoco.


lunes, 29 de julio de 2024

SOBRE LO ESPERADO EN VENEZUELA.

Por mucho que la prensa, y alguna radio se asombre por el hecho de que Maduro -el pajarito de Chávez, ya saben- haya vuelto a nombrarse ganador de las elecciones en Venezuela.
Ustedes perdonen si son de opinión distinta, pero creo que el pucherazo era más que evidente. Lo que me extraña a mi es la extrañeza de los que se dicen periodistas, de los que se dicen expertos, de los que se atreven a sentar cátedra en los micrófonos. 
Porque hay que ser muy tonto -o muy sinvergüenza- para creer que de una dictadura comunista -menos mal que estos gilipollas aún no han dicho que Madura es fascista- se sale con unas elecciones siempre amañadas.
De las dictaduras comunistas, ultraizquiedistas, rojas -Zapatero dixit- no se sale con votos. De las dictaduras izquierdistas como Venezuela, o como España, sólo se sale con botas.

sábado, 27 de julio de 2024

SOBRE LA AUSENTE GALLARDÍA OLÍMPICA.

No vi ayer la mascarada de apertura de los juegos olímpicos mas que a saltos. No vi, por tanto -en uno de esos saltos-, el paseíllo de la delegación española.

Hoy me encuentro la foto, en la que -bajo la bandera actual de España, que no lleva el escudo que a mi me gustaría, pero que sigue siendo la bandera de España- figura la palabra Spain.

Y miren, podría incluso entender que hubieran escrito Espagne, en el idioma del país donde se celebraba la ceremonia y se celebrarán las pruebas. Pero ¿Spain

Y esto, evidentemente, sin que ninguno de los, las y les participantos se negara a subir a ese barco, se negara a desfilar -más bien hacer el canelo- bajo ese cartel anglófono. Sin que ninguna autoridad española dijera que ya podían ir haciendo otro cartel y metiéndose ese por el camino recto, y menos aún retirando la participación española en el acto. Y, si me apuran, en los juegos.

Hoy, nada más ver esa foto en la prensa, me ha venido el recuerdo de una tarde en la que don Manuel Rodríguez, viendo en la plaza de toros de Méjico la bandera de la Segunda República, se negó a hacer el paseíllo hasta que la sustituyeran por la de España. La España por la que él combatió, voluntario de primera hora en su Córdoba natal.

Es el primer español, desde Cortés, que no ha hecho el ridículo en Méjico -dijo en aquella ocasión un hombre enemigo, Prieto, que estaba allí.

Otros tiempos, otros hombres. Y -a mi modo de ver- mejores.


lunes, 15 de julio de 2024

SOBRE CELEBRACIONES Y RECUERDOS.

Estamos celebrando triunfos deportivos -impresionante Alcaraz en Winbledon, cumplidora selección de fútbol en Berlín- que, al menos por un rato, han hecho olvidar a la prensa de derechas sus consignas contra VOX. 

Dicen que nos sentimos felices por estos triunfos deportivos. Dicen que esta actual Selección de fútbol nos ilusiona. Yo me quedo en opinar -desde mi confeso desconocimiento- que el juego de la Selección Española de fútbol se ha parecido, por momentos, al del Real Madrid. Lo cual está muy bien, qué duda cabe.

Pero hoy -que el fútbol o el tenis parecen no ser ya el opio del pueblo que eran cuando el franquismo atroz- a mi lo que me importa es el recuerdo de mi camarada Arturo.

No estoy ahora mismo en condiciones para escribir algo digno de ti, Arturo. Este año, amigo, camarada, sólo puedo ofrecerte mi recuerdo y mi ¡Presente!

Y, por si aún hay alguien que venga por este diario, lo que escribí hace unos años para ti.


Mi camarada Arturo. 

15 de julio de 2020.


Mi camarada Arturo es, por si alguien no lo sabe, Arturo Robsy, que está en los luceros.

Recuerdo -creo que lo dije el año pasado- cómo nos conocimos -por desgracia, sólo epistolarmente-; cómo puso a disposición de Juntas Españolas y de EJE, nuestra publicación, los recursos que atesoraba en su BBS, cómo luego nos reencontramos al cabo de los años a través de otro camarada en esta Internet que nos acerca y separa de nuestros semejantes y cómo, en fin, fue maestro, amigo y, sobre todo, fundamentalmente, camarada.

Desde que se nos fue con los mejores quiero rendirle el mínimo homenaje del recuerdo escrito cada año. Y este, por si no lo conocieron ustedes, deseo decirles quien fue Arturo Robsy.

Arturo fue -eso se sobreentiende con lo que va dicho- falangista. Fue hombre de una cultura enorme y de una tremenda sabiduría -que son cosas que no siempre van de la mano-, sin envanecerse de ello, sembrando la semilla del conocimiento en cuantas mentes quisieron recibirla. A veces las mentes no eran tierra fértil, sino estéril roca de estereotipos y complejos, y entonces trataba de desasnar burros con el humor inteligente, la ironía fina como navaja de barbero o -si era menester- como navaja cabritera. Ciertamente, nunca le faltó trabajo, porque los cabritos abundan y él los venteaba a distancia.

Fue Arturo hombre de buen humor, como toda persona inteligente. Como aquellos paladines que retrata Rafael García Serrano, guardaba una seriedad absoluta para el rito propio, y una benevolente  actitud, casi la ternura de quien ve un cachorrillo dar sus primeros pasos, por los tópicos ajenos: esos que llenan la boca -y generalmente la cartera- de quien los promulga, pero luego practica algo diametralmente opuesto. Me imagino, por ejemplo, lo que hubiera escrito sobre don Pablo Iglesias y su casita serrana, y me desjarreto de risa; lo que hubiera dicho de don Pedro Sánchez y su gorrilla tendida en busca de compañeros de viaje, y se me alegran las pajarillas. 

No alcanzó a ver este esperpento, estas caricaturas de gobernantes, esta zahúrda de farsantes; pero si vio, y conoció, y definió, a sus antecesores, y sobre ellos escribió mucho y bien. Generoso como sólo puede serlo un señor, un hidalgo español, dejó su obra abierta a quien la quisiera leer, y quien quiera la puede encontrar en esta dirección:

https://www.textos.info/arturo-robsy

Me imagino, también, lo que hubiera comentado de esta España mortuoria y alegre sin consciencia; de esta España incapaz de contar los muertos, acaso más por incapacidad que por falseamiento; más por el desbarajuste como sistema de supervivencia política de los inútiles que por decisión voluntaria. Habría tronado con las mejores galas de una inteligencia superior, porque para Arturo -como para mi, como para todas las personas decentes- los muertos eran exigencia permanente y referencia fundamental, hayan caído por un virus ayudado por la ineptitud o por bala roja ayudada por los traidores.

Por eso, Arturo, somos muchos los que te tenemos como referencia de amistad y camaradería. Tu nos enseñaste con tu sabiduría y -lo que vale aún más- con tu ejemplo. Y te echamos mucho de menos, coño.


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