Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

miércoles, 4 de mayo de 2011

SOBRE LAS LISTAS "CONTAMINADAS".

Que, según el Tribunal Supremo, son las de Bildu, coalición trufada de etarras. Tanto como las varias candidaturas de grupos de electores que han sido admitidas, todo sea dicho.

Pero no es esa la contaminación que quiero citar, sino la de otros grupos y partidos.

Ayer mismo -véase El País- los filoterroristas de Bildu fueron llevados de la manita por ERC e ICV al Parlamento, al objeto de que, desde allí, ofrecieran una rueda de prensa, cosa que el acuerdo entre PSOE y PP, a instancias del señor Bono, logró evitar, aunque no la publicidad obtenida por los criminales.

Pero no es sólo esto. También el PNV -el que, Arzallus dixit, recoge las nueces- se ha mostrado muy alterado por haber el Gobierno instado a la impugnación de las candidaturas de Bildu, y se declara dispuesto a dejar en suspenso su apoyo al Ejecutivo.

Y uno, en su ingenuidad, se pregunta si el hecho -evidente- de proporcionar altavoces mediáticos a los terroristas, los unos; y de chantajear al Gobierno para favorecer al terrorismo, los otros, no pueden ser buen motivo para que el señor Fiscal tome cartas en el asunto y solicite la ilegalización de las candidaturas de ERC, de ICV y del PNV.

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