Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

lunes, 11 de marzo de 2013

SOBRE EL INMOVILISMO.

Hace unos cuantos años escribí para La Nación un artículo en el que comentaba la validez de unas palabras, que transcribía, pese al tiempo transcurrido desde que fueron escritas. Hoy, revisando viejos papeles, he vuelto a encontrar aquél artículo, cuya vigencia sigue siendo plena.

Han pasado sobre España varios Gobiernos, han cambiado los partidos mangoneantes, se ha legislado a torrentes, y nada ha cambiado en el fondo. ¡Y dirán que nosotros somos los inmovilistas!

***

Mientras tenga vigencia la Constitución (...), mientras siga creyendo una gran porción de españoles que el proceso disgregador de la periferia es una simple disputa por la forma que debe adoptar el Estado, la unidad nacional estará en permanente peligro de ser vencida. (Y estar en peligro es ya en muchos aspectos no existir como tal). Pues las erupciones autonomistas de Cataluña y Vasconia se encuentran en la misma línea de liquidación y descomposición de España que ha seguido el derrumbamiento del Imperio, desde Rocroy a 1989.


La unidad en peligro, deficiente y a medias, no puede ser aceptada un solo minuto con resignación, no puede ser conllevada. Sin unidad, careceremos siempre los españoles de un andamiaje seguro sobre el que podamos disponernos a edificar en serio nada. Así, hasta que no se logre la unificación verdadera, hasta que no queden desprovistas de raíces las fuerzas que hoy postulan el relajamiento de los vínculos nacionales, seguirá viviendo el pueblo español su triste destino de pueblo vencido, sin dignidad histórica ni libertad auténtica.

***

Cuanto antecede está tomado literalmente de un libro titulado Discurso a las Juventudes de España, y lo escribió, en 1935, Ramiro Ledesma Ramos. Creo que no hace falta una gran inteligencia para darse cuenta de que de ayer a hoy no va nada, y que estos párrafos transcritos son, en los comienzos del siglo XXI, tan válidos como cuando los escribió el fundador de las JONS.

Por si acaso quedan dudas, lean el párrafo que sigue, y comprueben si no es un retrato al milímetro del día de hoy:

¿No tienen ya éstas la sospecha de que si se prescinde la de dimensión nacional, la sabiduría es pedantería, la riqueza es latrocinio, la justicia es farsa y la milicia es aventurerismo puro?



Publicidad: