Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

jueves, 11 de julio de 2024

SOBRE BARCOS, HONRA Y UN IMBÉCIL.


España prefiere honra sin barcos que barcos sin honra
es una frase más que conocida del Almirante Don Casto Méndez Núñez, y sólo un iletrado puede ignorar lo que significa. Bueno, también puede ignorarlo quien no sepa lo que es un barco. O lo que es el honor.
Ayer por la tarde, en la cadena COPE, el presunto periodista Fernando de Haro intentó hacerse el gracioso comentando las declaraciones del Vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo, que afirmó: Entre el honor y los barcos, escogemos el honor.
Don Fernando de Haro es un ser balbuciente, al cual da una mezcla de grima y pena escuchar. Pero es un fiel pepero y un ocultón enemigo de VOX. Desde hace ya mucho tiempo no hay elección a la vista ante la que no alegue que no se divida la derecha y que se vote al PP.
Y ayer se permitió hacer el chiste preguntándose de qué barcos hablaba Juan García-Gallardo, si Castilla y León no tiene mar. Muy gracioso. 
O muy imbécil. O muy iletrado. O muy sinvergüenza. Porque un periodista debe saber un mínimo de Historia y debe conocer un mínimo de figuras literarias y retóricas, y sólo desde la mala voluntad se puede preguntar qué barcos y qué honra cuando se emplea una metáfora que sólo para idiotas requiere explicación.
Pues mire, señor de Haro, está muy claro a que barcos se refería el Vicepresidente Juan García-Gallardo: se refería a que, dado que el PP vuelve a traicionar los acuerdos firmados con VOX, el PP se puede meter la Vicepresidencia de Castilla y León por donde le plazca porque VOX prefiere la honra.
¿Qué honra? - se preguntaba también el mostrenco -2ª acepción- diciendo que no había honra en abandonar niños.
No hay honra en abandonar niños, efectivamente. Y menos aún en llamarlos, en animarlos a que vengan ilegalmente, sabiendo que luego -en cuanto cumplan la edad reglamentaria- van a acabar abandonados en la calle, sin papeles, sin trabajo, sin techo. En El Debate de ayer lo tiene, y el periódico es de su propia empresa.
¿Qué honra hay, señor de Haro, en animar a que vengan niños a la futura esclavitud o a la futura delincuencia? Que no es una falsedad, que no es un invento de la ultraderecha, que no es populismo; que un inmigrante que no tiene permiso de residencia y permiso de trabajo no puede trabajar, y queda abocado a la mendicidad o a la delincuencia de trabajar ilegalmente. Y eso es lo que hace usted, señor de Haro. 

Por otra parte, si que hay honra en salir de la Junta de Castilla y León si el PP vuelve a traicionar los acuerdos con VOX. Hay la honra de cumplir lo prometido a sus electores. Algo que a usted, y a su siempre defendido PP ni se les ocurre, porque están acostumbrados a mentir, a incumplir promesas, a despreciar la voluntad de los ciudadanos.
Gracias a Dios, su gracieta de adolescente iletrado, señor de Haro, pone a cada cual en su sitio y me da razones para votar a VOX. Porque yo no soy militante de VOX, ni siquiera soy simpatizante muy próximo. Como he escrito muchas veces, lo he votado cuando me ha parecido que era lo menos malo -que no significa ser lo mejor-, pero cada vez que oigo a un necio balbucear en contra de VOX, me dan más razones para votarlo. Aunque solo sea por jorobar.


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