Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

viernes, 16 de julio de 2010

SOBRE LA HUMAREDA.

Que es una forma facilona de referirme a los comentarios a la entrada anterior sobre mi confesión nicotínica.


****


Rafa España dijo...
¡Majooooo! No nos libramos del paseo ninguno de los dos!
Lo tenemos crudo. Heteros, franquistas, del Real Madrid... y pa remate, fumadores. Mas perseguidos que el Lute.
-
Apañó dijo...
Vamos a ver, que los fumadores siempre os victimizáis...
El bebedor (yo lo soy) se jode su puñetero hígado, paga también impuestos a porrillo, y "santas pascuas", a nadie más jode. El yonqui que se pega una sobredosis y la palma a nadie se lleva por delante, a no ser que le dé un mal navajazo a alguien por tal de robar y conseguir su dosis diaria.
Ahora bien, los fumadores se joden a sí mismos y al prójimo, lo queráis reconocer o no.
¿Cuántos niños pequeños han inhalado el humo del tabaco de sus padres mientras veían la tele o después de las comidas?
¿Cuántos de estos niños acabaron teniendo problemas respiratorios o aumentaron la probabilidad de ser asmáticos en el futuro?
De todas formas, no creo que la prohibición alcance a la vivienda privada, pues afortunadamente, hoy, el papá fumador sale al balcón o la terraza para fumarse un pitillo, en vez de echárselo a la cara a su hijo en un espacio cerrado.
PD: no os preocupéis, yo intercederé por vosotros, no obstante, para que no os lleven de "paseo". :))
-
27 puntos dijo...
Ya somos tres los pecadores de la nicotina, y, apañó, no somos víctimas somos apestados, que es peor.


********


Empezaré por el comentario de Apañó, que para eso me lleva la contraria.
Soy un fumador muy peculiar, porque no soporto el humo, probablemente a consecuencia de mi breve etapa de arrepentimiento. Quiero con esto decir que me parece perfectamente comprensible que al no fumador le moleste el humo. Quiero también decir que me parece muy bien que no se permita fumar en lugares públicos cerrados. Incluso que en los bares haya sitios separados, o los haya donde no se permita fumar.
Todo esto lo admito, en vista de que la mas elemental educación suele estar ausente, porque con algo de buenas maneras todos podríamos convivir sin mayor problema. Por ejemplo, cuando he ido a casa de algunos amigos no fumadores, he aguantado sin fumar o, caso de mono mayor, les he pedido permiso para salir al balcón cinco minutos. Cuando he ido a casas donde había niños pequeños, exactamente igual. Cuando he estado en la terraza de un bar y he observado que el viento llevaba mi humo a otro cliente próximo que no fumaba, he movido el cigarrillo para que no le llegara, o he vuelto la cabeza para echar el humo en otra dirección. Cuando se podía fumar en el trabajo y a algún compañero le molestaba, me he marchado a otro sitio sin que la ley me lo ordenase... En fin, educación y sentido común.
Tu hígado es tuyo y haces con él lo que quieres, vale. Pero si alguien -no digo que tu- se emborracha, y berrea, y pone la música a tope, y rompe botellas dejándome la acera llena de cristales, y se hace sus necesidades en mi portal, entonces me afecta. Y si cae en un coma etílico, me cuesta dinero que vayan a atenderlo en la santa calle. Y acaso me suponga que no haya efectivos disponibles para atender una urgencia sanitaria de mi madre anciana. Y si el borracho coge el coche y se empotra contra el mío, ni te cuento. Exactamente lo mismo digo para el drogadicto.
Que yo sepa, nadie ha matado por un cigarrillo. Puede que haya empezado a discutir por uno y de ahí hayan llegado las cosas a más, pero no conozco un fumador que esté tan desesperado como para robar, atracar, matar, por un cigarrillo. Se conocen casos de gente que ha muerto por uno, o que se ha jugado la vida por él, y hay una anécdota sobre esto en la gesta del Alcázar, cuando un grupo hizo una salida en busca del tabaco que uno de ellos tenía en su casa, a corta distancia.
Lo que digo, Apañó, es que me parece excesivo perseguir al fumador como al peor criminal, en esta sociedad que tan permisiva se muestra con todo tipo de perversiones.
Te agradeceré la intercesión; pero temo que a Rafa España, 27 Puntos y este que suscribe no nos quita nadie el paseo por el gulag.
Lo que dice mi camarada JF, y aquí está una de sus geniales viñetas.


Publicidad: