Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

sábado, 31 de julio de 2010

SOBRE EL VIAJECITO JUDICIAL.

Cuenta El Mundo que el juez Pedraz ha ordenado busca y captura e ingreso en prisión para los tres militares estadounidenses sospechosos de la muerte de José Couso, el cámara de televisión que resultó muerto en Iraq en 2003.
Ni que decir tiene el pánico que se ha adueñado del ejército estadounidense, el miedo que amenaza oxidar las cadenas de sus tanques, el agarrotamiento de sus armas automáticas, el trepidar desbocado del motor de sus vehículos de transporte.
Ni que decir tiene, también, que el señor juez Pedraz ha solicitado autorización al Consejo General del Poder Judicial para darse un garbeo por Irak entre Octubre y Noviembre, a fin de inspeccionar en persona el lugar de los hechos. Porque es evidente que habrá quedado tal cual, sin tocar un ladrillo ni una mota de polvo durante estos siete años, para que los jueces españoles puedan verlo. Lo mismo que quedaron los trenes del 11-M en Madrid.
Y, por supuesto, casi es innecesario añadir que los periodistas que fueron testigos de los hechos se han mostrado dispuestos a acompañar al juez, ¡faltaría más!.

viernes, 30 de julio de 2010

MAS SOBRE LOS TOROS.

Mi camarada Rafa España -que temía no ser comprendido por ello- se mostraba a favor de la abolición de la fiesta de los toros, con una buena serie de razones.
Razones con las que no estoy de acuerdo, pero que no voy a discutir, porque en estos casos todo depende mucho de la valoración personal de cada uno.
Lo que quiero decir es que respeto profundamente tanto las razones, como las emociones, como la postura de mi camarada -de todos mis camaradas que piensen como Rafa España sobre el tema de los toros-, por una razón sencilla: porque a él -a ellos- si les creo.
Creo que mi camarada Rafa España abomina de lo que para el significa tortura hacia un animal. Creo en su buena fe y veo la lógica de sus razones. Creo en él -en ellos, que mas de uno habrá- y lo respeto, porque se que es sincero en su preocupación por la vida y es consecuente consigo mismo.
Por esa misma razón, no puedo creer a tantos otros -los abajofirmantes separatistas, los animalistas animales, los ecologistas sandía- que defienden a los animales mientras piden aborto libre y a caño abierto.
A esos no los puedo creer, así es que no me queda más remedio que despreciarlos como hipócritas y sinvergüenzas.

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SOBRE EL MAPA DE TRAFICO.


Dice El Imparcial que en el mapa de desplazamientos previstos que ofrece la DGT no figuran ni Vacongadas ni Cataluña, cosa que le llama poderosamente la atención.
Lo que a mi me llama la atención, es que en El Imparcial no sepan que hace ya muchos años que la DGT no tiene competencias sobre la regulación del tráfico en esas dos regiones; que las competencias fueron traspasadas en cambalache a los votos necesarios en el Congreso para el partido de turno, y que ni siquiera son fiables los datos de accidentes con víctimas mortales ocurridos en ellas, porque los mandamases de sus chiringuitos autónomos envían los partes cuando y como les sale de las chapelas y barretinas.
Cosa muy de lamentar y muy escandalosa, si. Pero menos que la causa primera, el traspaso de competencias y, en suma, el despiporre autonómico, del que nadie dijo ni mú en su día.

SOBRE LA LAUREADA VALLISOLETANA.


La que -dice Público- el alcalde de Valladolid, Francisco Javier León de la Riva, del PP, se niega a retirar del Escudo de la Ciudad, a la que le fue concedida por Francisco Franco en 1940, por méritos de guerra.
Dice el señor alcalde vallisoletano que lo que va a intentar es que el Ministerio de Defensa modifique la concesión, y "se convierta en "un reconocimiento a la ciudad" por sus buenas relaciones con el Ejército.
El problema, señor León, es que la Cruz Laureada de San Fernando se concede única y exclusivamente por méritos de guerra, hasta el punto de que una buena parte lo son a título póstumo. Para arreglitos y componendas, que les den las que se autoconcedió Bono por la emplumada huída de Irak, y luego tuvo que devolver porque hasta a sus hijos les daba vergüenza.

Por cierto, que los cagurrines de Público hablan de cruz franquista, cuando un simple vistazo en Google demuestra que la condecoración se creó en 1811.

jueves, 29 de julio de 2010

DEL TORO AL BUEY.

Define la RAE la palabra toro -en el avance de la vigesimotercera edición- como macho bovino adulto, en primera acepción, y como hombre muy robusto y fuerte, en segunda.
En cambio, de buey no hay ninguna actualización disponible, de manera que se queda en lo que siempre ha sido, sin más florituras ni especificaciones: macho vacuno castrado. Sólo por aproximación, y en lo que a tauromaquia se refiere, puede admitirse por toro de lidia mansurrón. Y en Méjico, Nicaragua y Guatemala lo podremos decir de la persona tonta, mentecata.
Y traigo esto a colación porque la prohibición de la fiesta de los toros perpetrada ayer en Catalunya -no Cataluña- tiene más de semántica de lo que puede parecer.
¿Qué pueden ser, sino personas tontas y mentecatas, las que condenan una especie a la extinción? ¿Qué pueden ser, sino pobres castrados, los que no entienden que el toro -no el buey, el toro- nace y vive para morir en la plaza?
Acaso sean -sobre capones y mentecatos- pobres aldeanos. La Cataluña moderna, que presumía con razón de europeísmo, se ha revuelto sobre su catetez más acérrima separándose también -con tal de distanciarse de España- de la Francia taurófila con la que linda. Expulsa de su tierra a los que quieran disfrutar de un espectáculo cultural, obligándolos a ir al país vecino del Norte, o a cualquier provincia española donde no manden los capados. Expulsa esta Catalunya -no Cataluña- pija y plebeya, los versos de Federico García Lorca; expulsa a Hemingway y a Ava Gardner. Expulsa a los ciento y pico periodistas de los más prestigiosos medios de comunicación que ayer habían venido atraídos por las noticias sobre los toros, y que hoy ya no tienen noticia.
Acaso sean nada más que hipócritas. Hipócritas que se comen tan a gusto un pollo, un solomillo, un buen jamón de jabugo, un cordero asado. (Cabrito seguramente no, por aquello del canibalismo). Hipócritas que saben perfectamente cómo han sido criados los pollos y las terneras; cómo han sido muertos los cerdos, cómo los corderos.
Idiotas cuyo objetivo en la vida es una pretendida defensa de los animales -animales que condenan a la extinción-, pero que jamás dirán nada de, por ejemplo, el cada vez mayor número de hijos que maltratan a sus padres. ¿Cuantos de esos maltratadores a los padres -o a los hijos- se despepitarán porque el toro de lidia, el toro bravo, el toro a secas, muera en la plaza?
Decía Público que los animalistas habían reunido 180.000 firmas para presentar esa iniciativa legislativa popular para prohibir las corridas de toros con "argumentos éticos", ya que es "una cuestión de sufrimiento".
No me voy a molestar en sugerir a los animalistas que presenten la misma iniciativa contra las leyes que permiten el aborto de seres humanos. No les voy a dar el argumento ético de que quitar una vida humana se llama asesinato, término que ellos aplican tan indebidamente a la vida animal. No les voy a dar el argumento del sufrimiento de la criatura cuando la despedazan en el vientre materno. Ni siquiera les voy a dar el argumento científico de que cada ser vivo es único e irrepetible.
Los animalistas se consideran iguales a los animales, y no seré quien se lo niegue. Lo son. Por ello no caben razonamientos, ni se puede esperar que entiendan la diferencia entre un toro, un manso y un buey.
Para los no animales; esto es, para los seres humanos, aquí les dejo unos fragmentos de LOS TOROS DE IBERIA, de Rafael García Serrano:

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-Ahora podríamos estar en el prado alto, debajo de los pinares. Oleríamos el humo que trae el viento del anochecer. El hijo del amo tocaría la flauta.
-Oh, no, sólo por eso ya merece la pena estar aquí -dijo un esteta cornigacho de malas costumbres-. Toca muy mal. Son silbidos insoportables, sus músicas. Tan insoportables como el chistu.
Se calló un momento y aclaró las cosas. La elocuencia razonadora siempre echa a perder las afirmaciones dogmáticas.
-A mí, sin poder remediarlo, me suena el chistu como un latigazo. ¿Y a vosotros?
-A nosotros... Bueno, primero tú te callas. En cuanto al chistu opino que es maravilloso. Mi amo danza en la puerta de su casa y yo lo veo desde el prado. O danza en el manzanal. A mí me gusta. ¿Y a ti?
El esteta guardó un prudente silencio. Hay que reconocer su razón.
Sin embargo, su interlocutor no era del mismo parecer y repitió la pregunta:
-¿Y a ti? He dicho que a mí me gusta. ¿Y a ti, elegante sarnoso, a ti te gusta? ¿Crees que puedes dejar de contestarme? Anda, dilo.
-No mucho, claro, pero es indudable que pueda encontrarse en él cierta belleza. La belleza está en todas partes, aquí y allá. Depende de cómo se mire, incluso del estado de ánimo. Confieso que a veces me emociona, aun en contra de mi voluntad me gana por la mano y me llega hondo... Que me emociona, compadre...
-Compadre, ¿qué? Nadie te ha pedido tu opinión.
Lo rotundizó con esa irrebatible lógica de los flamencos y el pobre esteta regresó de nuevo a lo que después llamarían Sancho. Pero la conversación, imperceptiblemente, comenzaba a madurar de nostalgia, a amarillear como un otoño improvisado y todos querían vaciar el odre de los recuerdos.
-No está mal el baile entre los manzanos. ¿Y la prusalda y la mutildanza?
-¿Pero y hacerlo sobre el pretil de un puente, jugándose el tipo, porque el río, además de no ser hondo, tiene el lecho todo cubierto de piedras?
-Hay mérito en eso. Ahora que te aseguro una cosa: a mi amo cuando baila le da lo mismo un prado, que una plaza, que un camino, que un pretil, que la punta de una cucaña, que la punta de un cuerno. Menea las patas con tal fe, tan abstraído, tan fuera de lo que le rodea, que sus pies tienen el talento de un cabestro, la agilidad de un añojo y la malicia de una vaca vieja. Así es imposible que pierda el equilibrio.
-Es cierto. Mi hermano lo quiso hacer. Se alzaba de manos y corcoveaba lindamente. Se desgajó una pezuña y los amos lo apuntillaron diciendo que estaba loco.
-A veces no hay quien los entienda.
-Todo eso está muy bien, compadres. Sin embargo, por mi parte, prefiero el pienso a la música y la danza. Después de trabajar todo el día me gusta el vaho del encerradero y el comer sin pensar en nada.
-Tragayerbas, ¿y la poesía?
-No la conozco. ¿Tú eres de la Regata?
-No: soy de los Montes Altos -respondió el joven torete mirando al buey con descortesía. La verdad es que dijo los «Montes Altos» casi con impertinencia, como quien escupe a la Regata desde la cima de una nobleza imponente. Y los Montes Altos no son desdeñables, pero jamás poseerán el salmón y las truchas que guardan las venas de la Regata. Unas truchas rubiales, cubiertas de pecas rojas como las campesinas de Holanda. Quizá más sabrosas.
-Así que de los Montes Altos. Es decir, no muy lejos de la Regata. ¿Poesía es algo bueno?
-Algo maravilloso: da la vida...
-Comprendo: entonces no me llames tragayerbas. También en la Regata comemos heno.
-... aunque a veces quita el apetito.
-Ah.
El torete intelectual mugió despreciativamente y le hizo coro el esteta. No puede negarse que en aquel momento los dos simpatizaban mucho, cosa que al buey le traía sin cuidado. Rumiaba con indiferencia, con calma suprema, demostrando hasta qué punto la superioridad vital va ligada al modo de digerir. El superhombre debe tener estómago bovino.
Todo el campamento conversaba con cautela. La noche pesaba sobre los rebaños y terminada la marcha comenzaban los toros a inquietarse por su destino. Esto se nota siempre en el tono de la plática. Cuando los animales se ponen levemente nostálgicos, o están a dos pasos del miedo, ya pastando zozobras, o están a dos pasos del amor, que es una delicada zozobra. Allí de amor no había ni que hablar: las hembras quedaron en las tierras lejanas y esto era la primera vez que ocurría. Un remusguillo como de indigestión les pesaba en la tripa, sobre todo a los animales de labor. En la barriga les hormigueaba un miedo sutil que algunos aún llamaban poesía y por eso charlaban cercando la danza, el chistu, los pinos, el manzanal, el prado y hasta el pienso.
-¿Por qué nos habrán traído aquí?
-Y qué te importa, tonto. Manda el amo y obedeces. El hombre lo puede todo.
-Me extraña sobremanera que protestéis vosotros que vivís como esclavos -apuntó gallardamente uno de los colorados-. Nosotros a veces combatimos contra él...
-No.
-Contra él, sí. Nos cita desde lejos y vamos hacia su cuerpo. Él espera erguido, firme como la garrocha que tiene en sus manos y cuando ya parece que lo vamos a enganchar en la cuerna, que vamos a hendir su carne y oler su sangre y azotarlo en el aire como a una pluma, salta sobre nosotros y queda detrás, más allá de la cola, riéndose. A veces, sin embargo, le falla la vista o se le quiebra el palo, y entonces...
-¿Qué ocurre?
Tenían la cara de ansiedad que sólo conocen las abuelas cuando interrumpen a la mitad un bello cuento de miedo. O la que se saben de memoria las coquetas cuando nos niegan un beso después de haber autorizado los dulces pensamientos. En fin, una cara que no conocemos nosotros porque en ninguno de los dos instantes estamos con humor de mirarnos al espejo.
-Imagínatelo. Si no acuden los suyos a tiempo, con los mantos, con las garrochas o con los caballos, muere.
-¿Muere?
-¡Qué costumbre más estúpida, eh! -despreció el narrador.
-¿Os atrevéis a tanto?
-Ése es el juego. Bah, vosotros no podéis entenderlo. Solamente trabajáis como siervos. Eso no deja espacio al talento. Y luego os comen.
-También a vosotros.
-Pero antes nos sacrifican a los dioses. Esto es un honor. No es lo mismo ser destinado a un banquete sagrado que a la comida de todos los días.
-A mí me daría igual.
-A ti, sí, arrastrador de carretas, esclavo de una rueda. Me dais tanto asco como los griegos.
-¿Qué son los griegos?
-Unos hombres que viven de perfil. Su tierra está más allá de donde termina el río. Son comerciantes y huelen que apestan.
-Y tú, ¿tienes idea de por qué estamos aquí todos? Nosotros, los de labor y vosotros los...
-Vosotros los esclavos y nosotros los toros libres. Sí, lo sé. Hay guerra.
-Siempre la hay. Pero es negocio de ellos.
-Esta vez no, y apréndelo para siempre. Han venido extranjeros.
-¡Qué más da!
-Todos los que no son mi amo o los amigos de mi amo, son extranjeros.
-Sois tardos como mansos. Los que vienen quieren dominarnos.
-¿Y qué tenemos que ver nosotros con eso?
-Mira: existe una magia en el mundo que se llama civilización. Eso quiere decir que los que la poseen saben matar mejor y más de prisa que los demás. ¿Me sigues? Nuestros amos son valientes y libres. Pero son menos numerosos que los extranjeros y, según rumores, no demasiado civilizados.
-Pues de vez en cuando se dan cada tute de civilización... La última guerra dejó casi sin hombres a mi tribu.
-Pero sin orden, sin armonía, sin pensarlo. Oh, es muy distinto. Bien. Como ahora se trata de una batalla a vida o muerte, ya no van a combatir ellos solos. Les vamos a ayudar nosotros.
-¿Y no tienen bastante con las levas del Llano, de la Montaña, de la Ribera?
-Te aseguro que yo no tengo nada que ver con sus guerras. Con todos los respetos, nada, ni un poco.
-Para terminar en la barriga de un hombre, me es igual una que otra. No tengo caprichos.
-Ah, no, eso no. Prefiero yacer en la barriga de mi amo. Él me protege, me cura y en las fiestas sus hijos me cuelgan guirnaldas de los cuernos. Además -rememoró meditabundo-, es tan lustrosa, tan oronda...
-¿Ves? Éste lo entiende mejor. Apuesto a que tu abuelo era de mi casta.
-Confieso que la idea no me cabe entre los cuernos.
-Claro, tú sabes lo que es trabajar, pero no lo que es servir. Viéndote tan imbécil casi le tengo simpatía al caballo. Ése sí que sabe de guerras. Y es valiente.
El obtuso animal fue a contestar, pero no le dejó hacerlo el bramido terrorífico del Toro Rojo. Destacaba su hermosa planta sóbre una leve ondulación del terreno. Mugió a los cuatro vientos y todos los cornúpetas volvieron sus cabezas hacia él.
-Escuchad, vosotros, los montañeses; escuchad los del Llano; acercaos a mí, vosotros, los fieles toros colorados, los de mi casta, los hijos del Río.
Un inquieto rumor de apiñamiento se produjo entre las manadas. Se empujaban ciegamente para acercarse al Toro Rojo, por oír de cerca su voz potente que daba valor. Parecían los toros un apretado racimo de cuernos, un enorme racimo de uvas negras, de uvas color de vino, sin madurar y entre ellas algunos granos con el color desvaído del moscatel. Los hijos del Río, los carriquiris, sentían un frío orgullo y los tranquilos bueyes de la Montaña, los toros labradores del Llano, las vivientes despensas de los hombres, participaban de aquel orgullo porque también a ellos les había convocado el mugido del soberbio Toro Rojo, que se alzaba sobre los demás con el sublime despotismo de una fogarata. Resultaba bello y terrible, igual que un incendio en los bosques.
-Nuestros amos obedecen al príncipe. Orison se llama y combate contra los cartagineses. Los cartagineses son unos comerciantes que a cambio del oro dan cuchilladas. Un comerciante armado es un bandido. Ahora se les ha subido el poder a la cabeza y quieren pisotear nuestros pastos y hacer esclavos a nuestros amos. Quieren tostarnos ante sus dioses de boñiga, como si fuésemos despreciables bueyes de cuernos retorcidos, a nosotros que combatimos contra el amo y pastamos en los Bosques Sagrados que él adora. Vosotros, los de la Montaña y el Llano, debéis fidelidad a los hombres que os poseen. La fidelidad obliga a todo. Nosotros, los toros rojos de la Ribera, no solamente trabajamos y servimos a nuestros amos: también jugamos con ellos. La garrocha, el quiebro y la carrera. Servir y jugar, luchar con ellos, hace que nos sintamos doblemente obligados. También dicen de sus guerreros valientes: son fuertes como toros.
Un murmullo de aprobación salió de la asamblea. ¡Cómo respetaban al hombre, cómo lo querían en aquel momento! Las mujeres y las multitudes -aunque sean de toros- se regodean con el piropo. Ni por uno solo de los animales cruzó ese tan corriente pensamiento: «Está vendido al pienso del hombre.» Ni por uno solo. Tenían más talento que los asistentes a un mitin.
-Yo sé que vamos a participar en la batalla, sé que vamos a ser utilizados contra los cartagineses.
Sinceramente hay que decir que las opiniones comenzaron a dividirse. Los toretes riberos se inquietaban con la impaciencia de los adolescentes antes de una pedrea. Los sesudos bueyes de la Montaña iban dándose cuenta de que la muerte, una muerte incierta, tenebrosa, rondaba en su torno y se les hacía más difícil soportar esta idea recordando su vida apacible en las tierras altas, en los verdes bosques, en los prados gentiles. Los del Llano conservaban su impasibilidad: para ellos cualquier decisión era prematura.
-Debo deciros que no sé de qué modo van a utilizarnos. Pero me tranquiliza pensar que todos estarán de acuerdo en obedecer a los hombres. Lamentaría una disensión aunque reconozco que cada cual es libre de pensar como quiera. Sin embargo, quien no obedezca a los hombres será un cobarde y antes o después se las entenderá conmigo. O con cualquiera de los de mi casta.
Hubo un silencio que subrayó el río. Los toros se miraban unos a otros, con la duda en los ojos, con la disconformidad expectante a flor de piel. Los carriquiris braveaban como veteranos, escarbaban con la vista puesta en los corrillos dubitativos. El Toro Rojo, lentamente, recorrió con la mirada toda la asamblea. Se levantaban rumores, mugidos espontáneos que apagaba con su paso. Había algo irónico en sus maneras, una como mueca burlona ante el pasmo de la mayor parte de los que tenía ante sí.
Los pastores que velaban se inquietaron observando la agitación del ganado. Se oían a lo lejos los gritos de los centinelas y la ardiente media luna del castro era un presentimiento que sólo descifraba la sabiduría añeja del Toro Rojo. Y la estrategia elemental y cruel de Orison.
-Entonces, ¿todos de acuerdo?
(En el fondo uno disfruta al comprobar, a través de la Historia, que el pucherazo heroico siempre ha sido igual y que las asambleas deliberantes terminan en un poderoso corte de mangas del más fuerte.)
Los pastores escarbaron la hoguera, echaron un trago y volvieron al sueño de las liebres.

***


Arrimaban los hombres la leña. Leña seca, bien segada en los bosques, bien trabajada después con las vertiginosas hachuelas. Ramas gigantescas, cargas enormes de sarmiento tan propicio al fuego como una cortesana de Gades. Y al fondo las carretas, desbordantes de más leña, y tras de las carretas, nuevas pilas de leña, torrecillas simétricas que también habían sido movilizadas para la guerra de Orison. Se trabajaba en silencio, como si ya el enemigo pisara en el caliente mediodía, como si un pie indiscreto pudiese revelar la presencia de aquel campamento que preparaba su añagaza.
Orison regalaba a sus capitanes con una feroz alegría que pocas veces habían observado en él. Fuera de su habitual distanciamiento, como si hubiese saltado el cerco de su linaje para aproximarse a los hombres que le veneraban, el príncipe se mostraba exuberante, campechano, casi demasiado popular, como un borbón remoto y autárquico. Hablaba por los codos y de vez en cuando se volvía hacia Megara, con un gesto impaciente que cortaba de momento la cordial exhibición principesca. Entonces Megara lo devolvía a su jubiloso estado de ánimo con este reconfortante sin novedad.
-Amílcar aún no se ha movido, señor.
Y como si de golpe necesitase amarrar bien su confianza, remachar los clavos de su plan, disparaba preguntas en su torno, preguntas que ya habían sido contestadas repetidamente aquella misma noche.
-Amcon, ¿los pastores están listos?
-Sobre los caballos, señor.
-¿Hay voluntarios para los bueyes de tiro, Edesco?
-Todos los del Llano, señor. Y si fuera necesario, Herennio, el jefe de los del Toro Rojo, se ofrece con sus hombres para montar los novillos.
-No me sirve eso. Que vayan a caballo, a un paso de los cuernos, conduciéndolos a su destino, si es que son capaces. Los toros se van a volver locos y habrá que tener mucho aguante. Edesco: tu hermano Herennio y sus hombres van a morir.
-Esto es lo que suele pasar, señor.
-Quiero una guardia segura en los flancos de la torada. Que no se me dispersen porque entonces todo sería inútil. ¿Los de la Ribera, no?
-Alcidio y Lónico, uno a la derecha, el otro a la izquierda. Avaros está ya sobre el campamento cartaginés: sus hombres esperan la ocasión que les brindas. Y Amílcar -insistió Megara- no se ha movido. Avaros me envía mensajeros constantemente. Puedes estar tranquilo: si Amílcar intentase cualquier movimiento inconveniente, Avaros se divertiría mucho. De él puede esperarse todo, y cuando está frente a Amílcar, hasta paciencia.

***

-Más madera en el testuz. ¿Querrán transformarnos en ciervos?
-Yo podría estar en mi pasto, junto al viejo buey que nos cuenta leyendas del Primer Toro, y ahora, lejos de su sabiduría voy a morir y no sé de qué horrible manera.
-Calla.
-Si supieses cómo mi amo acariciaba mi carne, cómo la boca se le hacía agua calculando mi sustancia. De mi piel hubiese sacado un par de abarcas, un morral y un escudo. Para la fiesta de la Montaña Gris hubiese ido al sacrificio. Pero no como aquí, en esta tierra seca y sucia, sino por el camino verde, con rosas silvestres en los cuernos, y danzarines en la pradera, y los hijos de mi amo sobre el lomo, gritando de júbilo.
-Yo no, yo no me dejaré, quia. Estoy seguro de que van a intentar algo horrible con nosotros. Mira, ¿sabes lo que te digo? Pues es bien claro: que-se-las-en-tien-dan-e-llos. En la primera ocasión, deserto. Sé de una collera lenta. Hay que marchar hacia arriba, siempre hacia arriba, dejando el río a la cola. Cuando se vean los montes azules ya el viento nos traerá un rastro de felicidad. ¿Vendrás conmigo?
-Oh, yo...
-Sí, no seas cobarde, vente...
-Pero es que precisamente por eso...
-¿Todavía no lo has comprendido, buey de mil años, pasto de cuervos? ¿Qué ganas tú en este asunto? Te repito.
Y más alto aún, más desafiante, buscando una pelea por huir de otra, que es lo que les pasa en definitiva a todos los amotinados, volvió a la carga.
-Nada me importa su guerra. Ellos la ganan y ellos la pierden. Pues que se las entiendan ellos. ¿Quieres más? Escucha entonces: ni-mi-a-mo-me-im-por-ta-na-da. Te lo juro por el Primer Toro.
Aliviaban su temor hablando en este tono. Pero a cada instante veían acercarse el peligro y se estremecían sus vísceras y temblaban sus arrobas como la leve hojarasca otoñal. Eran una manada sin moral, dando diente con diente, murmuradora y soez. Porque insultaban al amo y lo que es peor, al Toro Rojo. Los toros de la Ribera se miraban entre sí con ganas de liarse a trompicones, pero un prudente recelo ante la masa les colocaba al margen de la decisión. Solemne, el Toro Rojo, el bravo entre los bravos, renunció a defenderse cuando seis hombres se dispusieron a sujetarle un haz de leña sobre la soberbia cornamenta. Dejó hacer con serenidad comprensiva. Esto elevó la moral de los rebaños que obedecieron disciplinadamente la contraseña de las colleras.

***

-Ya es la hora.
Lo dijo Orison. Lo oyó el Toro Rojo y por vez primera sintió ese frío inexplicable que cualquier psicólogo poco experimentado confunde con el temor. Temía el pánico en los suyos, temía no poder dominarlo con su intervención.
Los hombres de la Ribera prendieron fuego a las hachas de mano y con las teas encendidas fueron rodeando a las manadas. Todo el horizonte ardía. Ardían las colinas. El Toro Rojo miraba a su alrededor. Un hombre arrimó su fuego a los cuernos de un novillo. Saltó la llamarada. Entonces se oyó un mugido doloroso, alarmante.
-Tú dijiste que los extranjeros nos querían tostar para sus dioses. También los amos lo hacen y no sabemos...
Se abalanzó el Toro Rojo sobre el quejica. Enfurecido buscó la puñalada certera, el cornalón mortal: lo buscó con tal chulona habilidad que cayó al suelo el que protestaba, entre sangre y fuego. La sangre era como un tizón. Después comenzaron a llover sobre la manada teas encendidas, puñados de llamas, brasas, yerbas ardiendo.
Los toros trataron de huir. Querían matar a los vaqueros y los vaqueros se dejaban perseguir manteniendo las cabalgaduras próximas a los cuernos, en un jugueteo bravío. La manada descendió la colina vertiginosamente. La rodeaban jinetes de Orison arrojándole teas incendiarias. Ardía la manada.
En el testuz del Toro Rojo prendió el fuego. Aumentó el dolor y la ira. Después, poniéndose al frente de los rebaños fingió perseguir a los guías, pero a los hijos del Río que corrían junto a él les dijo:
-Hay que seguirlos hasta el fin.

***

Y entonces se encendió de nuevo el horizonte, otra vez tembló la tierra, otra vez los gritos y los bramidos hicieron de la noche un ara de sangrientos sacrificios. Los soldados palidecieron de espanto. Solamente Amílcar aceptó el envite con pulso firme. Ordenó abrir filas a la Legión Sagrada y colocó al frente a los elefantes cachazudos, buscando en su fortaleza un baluarte en el que se estrellase la rabia inconcebible de aquel ataque. Los pesados animales maniobraron con pausa. Pronto se vieron envueltos por el torbellino córneo. Los toros pateaban con furia, ciegos de dolor; prendían en sus cuernos los cuerpos que tropezaban y los dejaban caer al suelo para huir de su propio pánico. Los vaqueros guías cayeron bajo una lluvia de flechas y desaparecieron pisoteados en aquel sangriento lagar. Los toros bramaron, acribillados por banderillas militares.
Hirtuleio sintió a su caballo herido alzarse de manos, con sorpresa de alta escuela. Repentinamente le ganó lo pavoroso del momento. Después se encogió de hombros, miró a su alrededor y de un brinco fue a caer sobre el lomo del Toro Rojo. Gritaba como un poseído, con sus uñas clavadas en el cuerpo del Toro. Sabía que iba a morir despedazado, que su cuerpo -fuerte, joven, sabio en la guerra y en el amor- chascaría un instante, un solo instante, pero no temía nada de esto. Temía perder el espectáculo, la bravura infernal de aquella carga, la visión próxima de las filas cartaginesas desconcertadas, deshechas, trituradas. Frente a la Legión Sagrada aquel batallón de los toros del fuego, de los toros sagrados. La sed de muerte le llenaba el alma y como un general de las fuerzas silvestres, como un mariscal de las tranquilas fuerzas que el horror levanta en los pacíficos animales de la destreza, la carne y el trabajo, como un mítico conductor de la tierra, su voz -que él creía omnipotente- arengaba la furiosa manada de los toros de Iberia.
Ardía la noche. Ardían los animales. Ardían los hombres y las estrellas. Todo el campo ardía y los ayes espantosos y los gritos de terror eran una ligera llamarada, unos simples fuegos fatuos, en mitad de aquella gigantesca hoguera. Junto a las carretas y los toros muertos, ardían los elefantes. Desesperados, usaban de su poder para golpear a los toros, que rodaban como pelotas, y caían animales sobre animales y las pezuñas se hundían en el pecho de los hombres, rompiendo las costillas con golpes secos y pateaban en los vientres y pulverizaban las cabezas. De nada servían las armas diestras y el valor sereno. Todo el suelo de lberia combatía contra los intrusos y en torno a la degollina, los montañeses -a la espera y casi con reclamo, como en las palomeras del país verde-, los del Llano y los de la Ribera, acuchillaban a los fugitivos. Corrían los soldados alocadamente, se mataban entre ellos mismos buscando una salida inexistente. Galopaban las colleras circundando el campamento y arrojaban teas y pronto el campamento fue otra brasa en la hoguera nocturna. Con alaridos jubilosos, algún jinete, garrocha en mano, derribaba a un cartaginés con el aire tranquilo de los tentaderos.
Amílcar se cruzó de brazos y esperó la muerte. El Toro Rojo, acribillado, con los ojos rotos, corría hacia él. Sobre el lomo cargaba con Hirtuleio. Hirtuleio había muerto y aún se mantenía -con uñas y dientes, con las piernas apretadas al vientre del animal- sobre el lomo del Toro Rojo.
Amaneció Dios sobre la matanza. Un viento cariñoso -de mano blanca, no de soplillo plebeyo- aventaba cenizas. La muerte estaba allí, más fea que nunca, más descarnada que nunca, más risueña que nunca, perfumándose en la chamusquina, paseando entre los cadáveres pisoteados. En las colinas cantaban los hombres de Orison. Cantaban la victoria, cantaban la ira y el ataque, cantaban a los héroes, a la sangre, a las muchachas lejanas, a la bandera y al príncipe. Chirriaban los chistus como vencejos primaverales. Más allá del campo de batalla el gran Toro Rojo seguía su carrera.
Ciego, le colgaban los ojos de las órbitas; desgarrado el cuerpo, ya no tenía sobre su escudo viviente a Hirtuleio. En sus cuernos llevaba clavado a un cartaginés que apagó con sangre el incendio de su testuz. Marchaba calmosamente, aspirando el frescor del río cercano. Quería llegar hasta él y beber agua y luego dejarse arrastrar por la corriente, por la dulce corriente, y morir olvidando las brasas vivas y los haces de leña, olvidando a sus compadres achicharrados. Tomaba el rastro del río por el aroma verde de los juncos. Cuando sus patas notaron el agua, se detuvo. Entonces quiso desprenderse del cartaginés. Cabeceó con violencia y el cuerpo deshecho de Amílcar Barca fue recogido por el dios Ebro. Lo arrastró lentamente, con una pausa de exequia, de portador de trofeos.
Y cuando el Toro Rojo cayó muerto, la fresca lengua del río le lamió las heridas. Era una devolución de la ofrenda. Como una caricia a los toros de Iberia.

miércoles, 28 de julio de 2010

SOBRE MAS MEMORIA HISTORICA.

En los años inmediatamente anteriores a la muerte de Franco, y en especial durante la llamada transición -que mejor le cuadraría sin las letras n y s- la Iglesia española tuvo una actitud, como poco, pusilánime. Eran los tiempos en que algunos, que veían crecer la hierba y se olían la tostada, gritaban aquello de Tarancón al paredón, consigna a la que muchos nos sumamos al poco tiempo.
Mi idea sobre el papel de la institución eclesial en aquél tiempo es conocida. En ocasiones me ha costado discusiones dolorosas, pero sigo pensando que la jerarquía tuvo un papel importante en la destrucción del espíritu de España que allí comenzó. Tuvo demasiado interés en el aggiornamiento al itálico modo, tuvo demasiado miedo, demasiada cobardía, demasiada apatía y demasiada comodidad. Por tanto, demasiado incumplimiento de sus deberes pastorales y de sus deberes sagrados de magisterio.
Ahora, por gentileza de una amable comunicante, me llega el enlace a una pastoral de Monseñor Marcelo González Martín sobre el referéndum de la Constitución; pastoral que no conocía hasta ayer, no se si porque no se le dio en su momento la debida publicidad o porque ya el taranconismo me había distanciado de la institución eclesiástica.
El caso es que es de justicia reconocerle a Monseñor González Martín la vista que tuvo, y el valor que derrochó en aquella ocasión, y es bueno que todo el que quiera lo pueda comprobar:

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ANTE EL REFERÉNDUM SOBRE LA CONSTITUCIÓN

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Instrucción Pastoral del 28 de noviembre de 1978
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(Publicada en el Boletín Oficial del Arzobispado de Toledo de diciembre de 1978,
páginas 597-600)
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Queridos diocesanos:
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El momento en que los ciudadanos españoles han de dar su voto sobre la nueva Constitución está próximo. Los católicos saben que este momento compromete gravemente su responsabilidad ante Dios.
La Conferencia Episcopal ha invitado a que cada uno decida el sentido de su voto, no arbitrariamente, sino formando criterio, según la conciencia cristiana. Pero numerosos fieles de nuestra Diócesis, sacerdotes y seglares, nos piden más luz, para ayudarles a formar su juicio. La petición corresponde a un derecho de los hijos de la Iglesia. Y está ciertamente fundada: porque advierten que en un examen del proyecto de Constitución a la luz de la concepción cristiana de la sociedad aparecen elementos negativos o, como dice la nota del Episcopado, “ambigüedades, omisiones, fórmulas peligrosas” ante las cuales se suscitan reservas lógicas desde la visión cristiana de la vida.
El hecho de que haya valores políticos que se estiman positivos no dispensa de ponderar seriamente los elementos negativos. ¿Estos elementos son acaso deficiencias tolerables, bien porque no pudiendo evitarlos se compensan con los valores positivos, bien porque tolerándolos se evitan males mayores? ¿O, por el contrario, son gusanos que inficionan toda la manzana, haciéndola dañina o inaceptable?
Queremos cumplir con nuestro deber irrenunciable de responder a las consultas de los fieles y, vamos a hacerlo desde una perspectiva puramente moral y religiosa. Nos lo impone la misión que Cristo y la Iglesia nos han encomendado. Seguimos con ello el ejemplo de la Santa Sede y de otros obispos del mundo entero en situaciones parecidas.

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En el examen que paso a hacer me detengo, bajo mi exclusiva responsabilidad, en algunos puntos que estimo exigen una mayor aclaración. He aquí los principales:
1. La omisión, real y no solo nominal, de toda referencia a Dios.
Estimamos muy grave proponer una Constitución agnóstica –que se sitúa en una posición de neutralidad ante los valores cristianos- a una nación de bautizados, de cuya inmensa mayoría no consta que haya renunciado a su fe. No vemos cómo se concilia esto con el “deber moral de las sociedades para con la verdadera religión”, reafirmado por el Concilio Vaticano II en su declaración sobre libertad religiosa (DH, 1).
No se trata de un puro nominalismo. El nombre de Dios, es cierto, puede ser invocado en vano. Pero su exclusión puede ser también un olvido demasiado significativo.
2. Consecuencia lógica de lo anterior es algo que toca a los cimientos de la misma sociedad civil: la falta de referencia a los principios supremos de ley natural o divina. La orientación moral de las leyes y actos de gobierno queda a merced de los poderes públicos turnantes. Esto, combinado con las ambigüedades introducidas en el texto constitucional, puede convertirlo fácilmente, en manos de los sucesivos poderes públicos, en salvoconducto para agresiones legalizadas contra derechos inalienables del hombre, como lo demuestran los propósitos de algunas fuerzas parlamentarias en relación con la vida de las personas en edad prenatal y en relación con la enseñanza.
Por falta de principios superiores la Constitución ampara una sociedad permisiva, que –según advirtió oportunamente el Episcopado Español- no es conciliable con una sociedad de fundamento ético; y por lo mismo es contraria al ejercicio valioso de la libertad. La libertad no se sirve con la sola neutralidad o permisividad o no coacción. Se sirve positivamente en condiciones propicias que faciliten el esfuerzo de los que quieren elevarse hacia el bien. Al equiparar la libertad de difundir aire puro y la libertad de difundir aire contaminado, la libertad resultante no es igual para todos, pues en realidad se impide la libertad de respirar aire puro y se hace forzoso respirar aire contaminado.
3. En el campo de la Educación, la Constitución no garantiza suficientemente la libertad de enseñanza y la igualdad de oportunidades. Somete la gestión de los centros a trabas que, según dice una experiencia mundial, puede favorecer a las tácticas marxistas. La orientación educativa de la juventud española caerá indebidamente en manos de las oligarquías de los partidos políticos.
Sobre todo, no se garantiza de verdad a los padres la formación religiosa y moral de sus hijos. Porque no basta consignar el derecho de los padres o los educadores a recibir la formación que elijan. Es también derecho sagrado de niños y jóvenes, reafirmado por el Concilio Vaticano II, que todo el ámbito educativo sea estímulo, y no obstáculo, para “apreciar con recta conciencia los valores morales” y para “conocer y amar más a Dios” (Grav. Ed., 1). Pues bien, la Constitución no da garantías contra la pretensión de aquellos docentes que quieran proyectar sobre los alumnos su personal visión o falta de visión moral y religiosa, violando con una mal entendida libertad de cátedra el derecho inviolable de los padres y los educandos.
El mal que esto puede hacer a las familias cristianas es incalculable.
4. la Constitución no tutela los valores morales de la familia, que por otra parte están siendo ya agredidos con la propaganda del divorcio, de los anticonceptivos y de la arbitrariedad sexual. Los medios de difusión que invaden los hogares podrán seguir socavando los criterios cristianos, en contra de solemnes advertencias de los Sumos Pontífices dirigidas a los gobernantes de todo el mundo, y no solamente a los católicos.
Se abre la puerta para que el matrimonio, indisoluble por derecho divino y natural, se vea atacado por la “peste” (Conc. Vat.) de una ley del divorcio, fábrica ingente de matrimonios rotos y de huérfanos con padre y madre. Como han señalado oportunamente los Obispos de la Provincia Eclesiástica de Valladolid y otros, la introducción del divorcio en España “no sería un mal menor”, sino ocasión de daños irreparables para la sociedad española.
5. En relación con el aborto, no se ha conseguido la claridad y la seguridad necesarias. No se vota explícitamente este “crimen abominable” (Conc. Vat. II). La fórmula del artículo 15: “Todos tienen derecho a la vida”, supone, para su recta intelección, una concepción del hombre que diversos sectores parlamentarios no comparten. ¿Va a evitar esa fórmula que una mayoría parlamentaria quiera legalizar en su día el aborto? Aquellos de quienes dependerá en gran parte el uso de la Constitución han declarado que no.
Estos son, a nuestro parecer, los riesgos más notables a los que la Constitución puede abrir paso. Su gravedad es manifiesta, los que por razones de orden político se inclinen a un voto positivo consideren ante Dios si realmente hay mayores males que justifiquen la tolerancia de un supuesto mal menor, sin olvidar que no es lo mismo tolerar un mal, cuando no se ha podido impedir, que cooperar a implantarlo positivamente dándole vigor de ley.
Recuerden los ciudadanos creyentes que, como dice el Concilio Vaticano II, “en cualquier asunto de orden temporal deben guiarse por la conciencia cristiana, dado que ninguna actividad humana, ni siquiera en el dominio temporal, puede sustraerse al imperio de Dios“(LG 36). Por tanto su voto ha de favorecer aquellas estructuras sociales que no estén en pugna con la ley de Dios y que resulten estimulantes para la moral pública y la vida cristiana.
Lamentamos que muchos católicos se vean coaccionados a votar globalmente un texto, algunos de cuyos artículos debieran haber sido considerados aparte. Hay muchos creyentes que, con toda honradez y con la misma elevación de miras que invocan los demás, sienten repugnancia en el interior de su espíritu a votar a favor de un texto que muy fundamentalmente se teme que abra las puertas a legislaciones en pugna con su concepto cristiano de la vida. Su repugnancia nace d emotivos religiosos, no políticos. Decirles simplemente que es después de la Constitución cuando tiene que luchar democráticamente para impedir el mal que puede producirse, y negarles que también ahora democráticamente tengan derecho a intentar evitarlo, es una contradicción y un abuso.
Cuando por todas partes se perciben las funestas consecuencias a que está llevando a los hombres y a los pueblos el olvido de Dios y el desprecio de la ley natural, es triste que nuestros ciudadanos católicos se vean obligados a tener una opción que, en cualquier hipótesis, puede dejar intranquila su conciencia hasta el punto de que si votan en un sentido, otros católicos los tachen de intolerantes, y si votan en sentido diferente hayan de hacerlo con disgusto de sí mismos. A aquellos precisamente me dirijo para decirles que hagan su opción con toda libertad según se la dicta su conciencia cristiana, y sepan contestar a los que les atacan por su actitud negativa, si es que piensan adoptarla, que la división no la introducen ellos, sino el texto presentado a referéndum. Es solo su conciencia, rectamente formada con suficientes elementos de juicio, la que debe decidir, sin aceptar coacciones ni de unos ni de otros.

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Deseamos de todo corazón que la intervención de los católicos en la próxima votación sea tan consciente y elevada que atraiga sobre España las bendiciones de Dios y que nuestra Patria “disfrute de los bienes que dimanan de la fidelidad de los hombres a Dios y su santa voluntad” (DH 6).
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Fdo. † MARCELO GONZÁLEZ MARTÍN
Cardenal Arzobispo de Toledo

SOBRE EL COMUNICADO PROMETIDO.

Aquél que me comprometí a hacer acerca del desarrollo del diálogo con un sindicalista desconocido, sobre el tema de la huelga de Metro de Madrid y la anterior de funcionarios.
El caso es que, a mi pregunta sobre qué es el que, siéndole bajado el sueldo por el Gobierno, no hace huelga contra el Gobierno, aún no ha habido respuesta.
Esto podría significar que aún sigue en profunda introspección, preguntándose de donde vino, a donde va, a qué huelen las nubes y qué será eso de trabajar. Pero más bien creo que no es el caso.
El caso debe ser que desde hace varias semanas el sindicalista de marras no ha pisado el tajo, o bien que el escribano era sindicalista -o tontolaba sin graduación- foráneo al centro de trabajo, que vino a ladrar sin saber de qué iba la guerra.
Total, amigo Apañó, que acertaste un pleno al decir que no me iba a durar nada la distracción.

martes, 27 de julio de 2010

SOBRE LA MODERNIDAD DE FRAGA.

Que -dice Público- está contra el aborto y lo critica afirmando que la sociedad española se ha vuelto muy súper moderna.
Este señor Fraga, que nunca ha sido muy inteligente aunque sí memoriudo, está empezando a perder lo que tenía: memoria.
Porque decir que el aborto es moderno significa desconoce realidades históricas como el antigüo Egipto, la Esparta envidiable pero salvaje, la Roma clásica. A aquellos siglos nos retrotrae el aborto: a los siglos de la barbarie. Nada extraño, si atendemos a otro espíritu bárbaro -la barbarie asiática y torva que definiera José Antonio- que es el que anima a los giliprogres.
Por otra parte, el señor Fraga se sitúa contra la ley pero defiende que no hay que derogarla.
Postura de la que espero -eso sí, sentado- tomen nota los votantes.

SOBRE LA FINANCIACIÓN DE PEPIÑO.

Dicho sea de don José Blanco, que se mostró de acuerdo con el fracasado empresario Díaz Ferrán en cobrar a los usuarios de infraestructuras y en subir el precio de los transportes, diciendo -según Minuto Digital- que “en materia de infraestructuras nada es gratis y, o contribuyen a financiar su construcción y conservación en mayor medida quienes las usan o al final las pagamos todos”.
Hombre, señor Blanco, las infraestructuras públicas ya las hemos pagado entre todos, lo mismo que su sueldo de Ministro encargado de hacerlas y conservarlas. Si quiere usted hacer las autovías y las carreteras de peaje, ¿para qué queremos un Ministerio de Fomento con un presupuesto tan abultado?
Además, piense usted -bueno, si puede- que no todo el uso de infraestructuras es directo. Se lo explico: yo no suelo ir a Valladolid, pero la leche que consume mi familia asegura estar producida en esa provincia. El arroz que consumo no se de donde viene, pero seguro que no de Madrid capital; y lo mismo digo de las patatas, las zanahorias, el azúcar, la sal -lo siento, señora Jiménez, pero consumo ambas cosas, ya puede usted decirle a mi médico que no me atienda, si gusta-; y tampoco suelo viajar a los lugares típicamente productores de esos alimentos. Pero ya se ve que, si usted cobra por usar las carreteras a los camiones que los transportan, me va a repercutir.
Otra cosa es el AVE, que dice el señor Díaz Ferrán, su aliado, que resulta carísimo de construir y mantener, y que no cubre gastos. Pues oiga, don José, ¿para qué coño hacer tantas líneas de AVE, si no se usan lo suficiente para que merezca la pena? ¿para fardar a costa del contribuyente?
Porque usted -al parecer asesorado por ese ejemplar empresario que lleva arruinadas varias empresas-, lo que quiere es que entre todos le paguemos un negocio para su Ministerio, que cobrará por el uso de lo que nosotros hemos pagado.
Para eso -esto es, para que el contribuyente pague la construcción y luego el Gobierno gestione nuestra inversión como negocio privado-, quédese usted con ocho o diez ingenieros y otros tantos auxiliares administrativos que gestionen la concesión a las empresas privadas, y deje de gastarse nuestros cuartos.

lunes, 26 de julio de 2010

SOBRE EL RADICALISMO.

A través de la web Cuartopoder se nos avisa de que ya está establecida en Europa la policía del pensamiento.
Gran logro conseguido bajo la presidencia española de la UE aunque, curiosamente, poco o nada publicitado.
El documento 8570/10, invita a investigar desde el “grado de compromiso ideológico o político” del sospechoso, hasta si su situación económica es de “desempleo, deterioro, pérdida de una beca o de ayuda financiera”, dando cobertura legal a la vigilancia policial de cualquier individuo o grupo sospechoso de haberse radicalizado.
Dado que -para medir esa radicalización- se proponen preguntas como: “¿ha hecho la persona comentarios sobre asuntos, principalmente de naturaleza política, usando argumentos basados en mensajes radicales? ¿Ha hecho comentarios sobre su intención de tomar parte en un acto violento?”, tenemos el pastel completo, y el que en un calentón haya dicho tomando unas cañas que como su jefe le vuelva a tocar las narices le da una bofetada, ya está listo.
Por mi parte, y a fuer de generoso y algo fanfarrón, reconozco que además de mis antecedentes policiales por pegar carteles -que no le gustaron a la Policía, aunque el juez dictaminase posteriormente que vaya gilipollez de detención- que datan de hace casi treinta años pero que me juego lo que sea a que aún están accesibles en los recovecos ruGALcabianos, estoy plenamente inserto en los motivos de espionaje.
Que he hecho -y hago, y seguiré haciendo- comentarios sobre asuntos de naturaleza política es evidente. Lo es -ahorremos horas de trabajo a los investigadores- desde 1979, y en la página de este diario titulada ediciones anteriores pueden encontrar las pruebas los espías del pensamiento.
Que los he hecho usando argumentos radicales es más discutible, por cuanto los radicales ya se sabe que son, lo primero, jovenes; y, lo segundo, de ultraizquierda. Pasé hace tiempo la juventud, y jamás he sido de izquierdas. Ni de derechas. Lo cual -ya se dijo en sede parlamentaria en la primera legislatura de este circo- me convierte en exterior al sistema. De manera que acepto la radicalidad en lo que tenga de apesebrismo, aborreguismo, individualidad y pensamiento.
Sobre la intención de tomar parte en actos violentos, ya pueden clasificarme como elemento peligroso, porque a la vista está en estas mismas páginas todas las veces que he dicho que cualquier día de estos habrá que correr a los rojos a gorrazos otra vez. Y que tendremos que liberar Cataluña de nuevo. Y que para limpiar la mierda aldeanoseparatista no quedará más remedio que llenarse las manos de mierda y acaso de sangre.
También -y para ahorrar esfuerzo a los olisqueadores se lo enlazo claramente- me confieso culpable de todo lo que sigue:

- De haber dicho que Zapatero se meta su Alianza donde le quepa, porque en lo que estamos es en una guerra de civilizaciones.
(http://milibreopinion.zoomblog.com/archivo/2006/02/01/sobre-La-Alianza.html)
- De haber llamada a la rebelión -de la mano de Robespierre, eso sí- cuando, como es el caso, los gobernantes vulneran las leyes.
(http://milibreopinion.zoomblog.com/archivo/2006/02/06/sobre-El-Precio.html)
- De considerar la gilipollez histórica de Rodríguez como una invitación a la próximo guerra civil, y de estar dispuesto a recoger el guante porque, mejor matarnos todos de una vez, para que podamos vivir en paz, que morirnos de asco poco a poco.
(http://milibreopinion.zoomblog.com/archivo/2006/02/21/sobre-Las-Comparaciones.html)
- De haber escrito que a mi me hubiera gustado estar con los caballeros del 23-F.
(http://milibreopinion.zoomblog.com/archivo/2006/02/23/sobre-Si-Merece-La-Pena.html)
- De haber puesto la fecha de la aprobación del nuevo estatuto catalán como el inicio de la próxima guerra civil, y haberme congratulado de poder aún coger un fusil, y haber pedido a Dios que me concediera el privilegio de morir matando.
(http://milibreopinion.zoomblog.com/archivo/2006/03/30/sobre-La-Defuncion.html)
- De haber recordado, con gratitud y emoción, al General Mola, el Director, -fascista, sublevado, golpista, todo eso- cuando la fecha ha sido propicia.
(http://milibreopinion.zoomblog.com/archivo/2006/07/19/sobre-El-Director.html)
- De haber recordado también a José Antonio Girón, otro faccioso como la copa de un pino.
(http://milibreopinion.zoomblog.com/archivo/2006/07/25/sobre-El-Mejor-Mes-De-La-Historia-En-C.html)
- De haber mandado a la mierda a Rodríguez y su circo.
(http://milibreopinion.zoomblog.com/archivo/2006/07/30/sobre-La-Ley-De-La-Memez-Historica.html)
- De haber llamado al señor Rodríguez unas cuantas cosas muy chuscas, que aquí confieso por si a los avezados espías no les salta a la vista.
(http://milibreopinion.zoomblog.com/archivo/2006/08/01/sobre-El-Plante.html)
- He ofrecido un amplio muestrario de posibles acciones violentas contra el terrorismo, en respuesta a los que me tildaban de violento por unas bromejas de nada.
(http://milibreopinion.zoomblog.com/archivo/2006/08/24/sobre-La-Enorme-Satisfaccion.html)
- Me he choteado de la tolerancia profesional de muchos gilipollas, como en el siguiente enlace se puede ver
(http://milibreopinion.zoomblog.com/archivo/2006/10/03/sobre-La-Legalizacion-De-Latin-King.html)
- Y además, llevo pronunciándome a favor de Israel desde hace tiempo.
(http://mi-libre-opinion.blogspot.com/2009/01/sobre-israel-gaza-y-todo-eso.html)
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Por todo lo cual, espero ser espiado -más que de costumbre, quiero decir-, vigilado, y considerado peligroso y -por tanto- sujeto a esta nueva norma europea sobre la intolerancia hacia el pensamiento.
Y cuando alguien me diga que estamos en una democracia, me cagaré en su puta madre.

SOBRE LOS PUNTOS DE LA GUARDIA CIVIL DE TRAFICO.

Nos decía ayer La Gaceta que el Ministerio del Interior -el de RuGALcaba, ya saben- ha establecido un sistema de puntos para valorar el rendimiento de la Guardia Civil en carretera. De esta forma -dice la Asociación Unificada de Guardias Civiles, que es quien lo cuenta- los auxilios en carretera darán 1 punto, la intervención en accidentes y denuncias de seguridad vial 2 puntos y las denuncias de transportes 4 puntos.
Habrá que advertir que las multas por denuncias de transportes son bien suculentas, del orden de miles de euros, lo cual justifica el interés ministerial.
Y lo cual demuestra cual es el objetivo de las medidas de la DGT: sacar pasta, y punto. No importa tanto que se mate menos gente, como que se la pueda multar antes de que se mate. Y si no se mata, mejor; pero no porque no pierda la vida, sino porque sigue siendo objeto de la rapiña.
Así es que ya saben ustedes cuales son las órdenes de la Guardia Civil de Tráfico: multar, multar y multar. Acaso una próxima reforma del Reglamento de Conductores permita sancionar a los muertos en accidente, y habremos rizado el rizo.

domingo, 25 de julio de 2010

SOBRE HOY.


Que es el día de Santiago y -dicho sea para irracionales, topiqueros, estereotípicos y tontos sin graduación- del Patrón de España.
Así es que aquí lo tienen ustedes, con su famoso caballo blanco y en funciones de descabezar moránganos, porque entonces aún no estábamos aliados ni -gracias a Dios-, civilizados en la giliprogresía actual, con lo que anduvo Santiago repartiendo cintarazos a base de bien.
Y si no cabalgó en presencia, lo hizo en espíritu; en el de los que se batían el cobre y acabaron por echar al agua a los invasores.
Invasores que no han sido sólo los sarracenos a lo largo de la Historia, porque en otras épocas también ayudó Santiago a sacudir estopa contra invasores de espíritu asiático y torvo, y no hace aún un siglo.
Y, por último, ahí en la barra de música suena el Himno Nacional de España, en honor del Santo Patrón. Más que nada, porque se que jode.

SOBRE LOS VICIOSOS NEOLITICOS.

Dice 20 Minutos que el paleopatólogo riojano Julio Martínez Flórez ha documentado el que considera que es el primer hallazgo de una vértebra cancerosa perteneciente a un hombre del Neolítico.
Coño, abuelo... ¡mira que te dije que no fumaras!

sábado, 24 de julio de 2010

LA PESADA CARGA DEL IDIOMA.

Comentaba ayer mi camarada Rafa España -UNA DE BASKOS Y BASKAS- que a los chiquillos de un campamento de la Diputación Foral de Gipuzkoa, los monitores les impidieron ver la final del Mundial, y encima les engañaron diciéndoles que había ganado Holanda.
En un comentario le prometí buscar entre mis viejos papeles lo que en su día escribí sobre un caso parecido, y aquí está:


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La pesada carga del idioma


En una colonia veraniega, patrocinada por la Diputación Foral de Vizcaya, los niños que eran sorprendidos hablando en lo que los papanatas llaman castellano —es decir: en español— fueron castigados a cargar con una mochila llena de piedras, como justo castigo por su insolencia españolista.
Está muy bien esa táctica. El batúa con piedra entra, debe ser la máxima de los prebostes separatistas de Vascongadas. Y no es de extrañar, tratándose de una lengua berroqueña, dura, estancada en el neolítico, que no tiene más opción que recurrir a deformar el español para poder expresar conceptos inasequibles al hombre de las cavernas, tales como aeroportúa, que eso sí que es vascuence claro y nítido.
Por cierto: los cuidadores del campamento leían las cartas de los niños, y si presentaban alguna queja las retenían o confiscaban. El batúa con censura entra podría ser otra máxima peneuvera.
Lo que no nos han explicado, es el castigo que han sufrido los cuidadores del campamento. No por utilizar a los niños como bestias de carga o imponerles —por hablar español entre ellos— una pena propia de faltas verdaderamente graves en los famosos pelotones de castigo legionarios, sino por entender el odiado idioma.
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LA NACIÓN.
Núms. 254-255 - Extra de septiembre de 1997

viernes, 23 de julio de 2010

SOBRE COMENTARIOS ACERCA DE HUGO CHAVEZ.

Comentarios que aparecen en mi entrada SOBRE LA RESURRECCION BOLIVARIANA, y que transcribo:

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Old Nick dijo...
¡Pobrecito el tiranuelo... ¡Se va a "traumar" cuando saque el ADN de Bolívar, lo compare con el y descubra que NO ES SU PADRE! ¡A lo mejor se mete a monjo!
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Rafael C. Estremera dijo...
Peor será cuando se entere de que el ADN de Bolívar y el suyo son de especies distintas ;)
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Old Nick dijo...
JA JA Podria acogerse a la Ley Zapaterina del "Proyecto Gran Simio" y pedir Papeles de Residente en el Zoo de Madrid...
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Anónimo dijo...
Saludos, y enhorabuena antes de nada por el blog, suelo visitarlo con relativa frecuencia aunque pocas veces he escrito.
Y respecto a esta entrada en cuestión, y dejando claro que no es santo de mi devoción el sr. Chavez, quería hacer una serie de apuntes... más que nada porque no deja de sorprenderme el tratamiento que un "Caudillo del pueblo" recibe por parte de elementos que en teoría son (o dicen ser) fascistas... y que en muchos casos se quedan en pseudofachas de banderita y 20-N.
Porque, ¿no es acaso una política de nacionalización y redistribución entre sus gentes la que está llevando a cabo Chavez en Venezuela?
¿No es Chavez acaso el que está quitándole la explotacion de los recursos a los grandes magnates y multinacionales para socializar dichos recursos?
¿Eso es lo que nos molesta de Chavez? ¿Que expulse a Repsol para explotar el Estado los recursos y dar la tierra a quienes la trabajan?
O acaso lo que nos molesta es que debido a ello las acciones de Repsol se le han devaluado a alguno que otro porque más que un verdadero revolucionario lo que es , es un jodido capitalista de mierda...
De otro lado, Chavez es uno de los actuales bastiones del antiimperialismo, uno de los que claman contra las injusticias de los putos yanquis y sus socios de Sión, denunciando sus abusos y haciéndoles frente junto con Bolivia o Irán.
¿No es esa acaso la posición de un verdadero fascista? ¿la del antiimperialismo militante?
Y no quisiera tampoco dejar de reseñar las creencias cristianas de Chavez y sus continuas referencias a Dios y a la Biblia en sus alocuciones... para todos aquellos analfabetos que encasillan de antemano a todo mandatario por el mero hecho de ser "rojo" y que en cambio se la cascaban con gentuza como Pinochet porque ese "si era de su palo"...
Asi es que, por aquello de que "al Cesar lo que es del Cesar", y dejando claro las salidas de tono y las paranoias del "gorila rojo", pongámosle en el sitio que le corresponde si tan fascistas somos, y analicemos si tenemos más en comun con este que con el parásito del Borbón... aunque visto los comentarios anteriores, a más de uno se le pondría dura el famoso dia del "por qué no te callas"... sin duda un heroico y patriota momento de nuestro líder Juan Carlos I de España...
Un saludo
VELASCO
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Old Nick dijo...
Anónimo, hombre, no confundas la Velocidad con el Tocino y sonríe mientras puedas... ;) Ah y respecto a la fachez del personaje en cuestión, tampoco te confundas...Chavez es tan fiel a sus juramentos y a su pueblo como JC I... Que "se ha callado" siempre las mejores...
Entro por aquí y suelo leer cosas tan interesantes como graciosas, que las Verdades no están reñidas con el Sano Humor.
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Anónimo dijo...
No estoy confundiendo nada, ¿eh?
Si hablo del supuesto "tiranuelo" es para romper una lanza en su favor, ya que el que para tí, para los peperos, los sociatas, los de PRISA, Obama, Bush o los directivos de Repsol o Endesa es un "tiranuelo" o un "dictador", para mí es simplemente un Caudillo de su pueblo y un bastión contra el imperio genocida judeoamericano, y por tanto, y salvando lo que me separa de él (que son unas cuantas cosas) merece todos mis respetos por estar de acuerdo en puntos muy importantes y afines a postulados fascistas (nacionalización de la banca y los recursos, reparto de la tierra para aquellos que la trabajan, expulsión de las multinacionales explotadoras, clara oposición al Imperio, libertad e independencia de los pueblos, etc.)
Saludos romanos
VELASCO
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Old Nick dijo...
VALE. No pretendía POLEMIZAR. Pero no olvides que aunque existan puntos similares,--No en valde el Tío Benito y el Tío Adolfo--,distinguían muy bien quien era el verdadero enemigo...
Lo peor, es que Chávez y otros "Caudillos" Sudamericanos, lo único que son es marionetas del Imperialismo que dicen combatir...
Como dijo aquel:
"En este mundo traidor,
nada es verdad ni mentira,
todo es según del color,
del cristal con que se mira".
Un saludo.
--

Anónimo dijo...
¿Y quien es el verdadero enemigo en pleno s.XXI? ¿Los mismos que los del Tio Adolfo y el Tio Benito hace 80 años?
Porque los tiempos han cambiado desde que mi abuela se moceaba, ¿eh? Y las circunstancias ahora son otras... pero vamos que intentando captar tu mensaje, supondré que el verdadero enemigo de los pueblos en la actualidad sigue siendo el comunismo (o los rescoldos que de él quedan) y no el imperialismo yanqui-sionista...
VELASCO

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Vaya por delante, amigo VELASCO, que en esta entrada lo que intento es identificar a Zapatero con Chávez, y que la crítica es hacia el primero.
Vaya por delante, también, que yo no soy fascista. Desconozco lo suficiente del fascismo para saber si hay más similitudes que diferencias, o viceversa, con el Nacionalsindicalismo. Eso es lo que soy, Nacionalsindicalista, y espero que comprendas que llamarme pepero, pseudofacha, capitalista de mierda de Repsol, analfabeto, etc., y esas presunciones sobre las incitaciones sexuales de algunos personajes, me pueda sentar mal.
Confiando en que estas calificaciones sean un exceso de entusiasmo y no un insulto, responderé con la razón. Veamos, pues.
Chávez no es un antiimperialista; es un imperialista opuesto al imperialismo de USA, que es otra cosa. Es un individuo tan corto de ideas y tan largo de antipatías como Zapatero, que pretende ser la cabeza de un nuevo imperio exportando su revolución socialista.
Chávez es un individuo que no tiene amigos, sino pelotas. Los que le bailan el agua y le ríen los chistes tienen petróleo baratito o gratis; los que denuncian que apoya a terroristas, son enemigos capitalistas.
En resumen, Chávez es una mala copia de Fidel Castro, un imperialista del socialismo soviético, un egocéntrico patológico como suelen serlo todos los dictadores -véase la iconografía estalinista, castrista, guevariana- que no tienen ideas, sino improvisaciones y egolatría.
Chávez expulsa o mediatiza a las empresas extranjeras, pero poco de ese presunto beneficio repercute en el pueblo. Por una sencilla razón: porque no se ha ocupado antes de tener la capacidad suficiente para explotar las riquezas que nacionaliza.
Chávez es un tiranuelo que vive -como Zapatero- en sus propias elucubraciones de paranoico, y así te encuentras con que Venezuela, país riquísimo, sufre una carencia alarmante de alimentos de primera necesidad. Por mala gestión, no por imperialismos extranjeros.
Chávez es un rojo de guardarropía -una versión bananera de Stalin pasada por el Caribe-, y cualquiera que no doble el espinazo ante él es un contrarevolucionario. Él es el amo y señor, y como todo tirano, desconfía hasta de su sombra. De ahí que todo en Venezuela pase por sus manos; y de ahí que, como no llega -nadie podría llegar- esté el país manga por hombro, exportando revolución bolivariana y careciendo de lo básico que se pudre en contenedores de los que nadie se acuerda.
Hoy día, Venezuela no es un país, sino un cortijo de Chávez, que se comporta según la peor tradición del señoritismo. Señoritismo comunista, por cierto; esto es, internacionalista y desestabilizador de los países que no le rinden pleitesía.
Pero todo esto son asuntos internos que a mí no me incumben. Lo que sí me incumbe, es la animadversión que muestra hacia España, el odio a lo español, los insultos a quienes le han hecho todo lo persona que es, que no es mucho porque tampoco había materia. Chávez ha acusado a España de imperialismo por el Descubrimiento -que va el tontolaba y dice que ellos no estaban perdidos, como si acaso él se hubiera encontrado-, de genocidios por masacrar a los indígenas, como si no fuera él una prueba viviente de que los autóctonos gozan de buena salud, y de unas cuantas cosas más que ahora no me es posible comprobar. Y lo dice un individuo que gracias a España puede comunicarse con el mundo.
A mi, con eso me basta para que Chávez no me sea simpático. En cambio, si me lo resultaba Pinochet, ya ves tú. ¿Y sabes por qué? Porque en 1976 ó 1977, asaltado por la TVE pijoprogre del momento con no se qué pregunta insolente, respondió: Sentí mucho la muerte del Generalísmo Franco.
Tampoco, lo que son las cosas, sufrí ninguna reacción con el por qué no te callas del rey. Y te diré la razón: que lo que tenía que haber hecho, no es soltarle un exabrupto tabernario y populachero, sino haberse levantado con toda solemnidad y haberse marchado de la sala, a falta de condiciones físicas o espirituales para cascarle una leche.
Un verdadero fascista no se; pero un verdadero Nacionalsindicalista, no es antiimperialista ni anti nada. Es lo que es, y tiene muy claro lo que quiere. No necesita que nadie diga o haga algo para estar a la contra. Mi referencia son los Puntos Programáticos de la Falange, y de ellos se puede deducir todo lo que sea necesario para cada momento y cada situación.

MEMORIA HISTORICA SIN COMENTARIOS.

PALABRAS DE SU ALTEZA REAL EL PRINCIPE DON JUAN CARLOS DE BORBON Y BORBON, PRONUNCIADAS ANTE EL PLENO DE LAS CORTES ESPAÑOLAS EL DIA 23 DE JULIO DE 1969
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Mi General,
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Señores ministros, Señores Procuradores:
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Plenamente consciente de la responsabilidad que asumo, acabo de jurar, como Sucesor, a título de Rey, lealtad a su Excelencia el Jefe del Estado y fidelidad a los Principios del Movimiento Nacional y Leyes Fundamentales del Reino.
Quiero expresar, en primer lugar, que recibo de Su Excelencia el Jefe del Estado y Generalísimo Franco, la legitimidad política surgida el 18 de julio de 1936, en medio de tantos sacrificios, de tantos sufrimientos, tristes pero necesarios, para que nuestra Patria encauzase de nuevo su destino.
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CIMIENTOS PARA EL FUTURO
España, en estos últimos años, ha recorrido un importantísimo camino bajo la dirección de Vuestra Excelencia. La paz que hemos vivido, los grandes progresos que en todos los ordenes se han realizado, el establecimiento de los fundamentos de una Política Social son cimientos para nuestro futuro. El haber encontrado el camino auténtico y el marcar la clara dirección de nuestro porvenir, son la obra del hombre excepcional que España ha tenido la inmensa fortuna de que haya sido y siga siendo por muchos años, el rector de nuestra política.
Pertenezco, por linea directa, a la Casa Real española y, en mi familia, por designios de la Providencia, se han unido las dos ramas. Confío en ser digno continuador de quienes me precedieron.
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SERVICIO A ESPAÑA
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Deseo servir a mi país en cauce normal de la función publica, y quiero para nuestro pueblo: progreso, desarrollo, unidad, justicia, libertad y grandeza, y esto solo será posible si se mantiene la paz interior. He de ser el primer servidor de la Patria en la tarea de que nuestra España sea un Reino de justicia y de paz. El concepto de justicia es imprescindible para una convivencia humana, cuyas tensiones sean solubles en la ley y se logren dentro de una coexistencia cívica en libertad y orden.
Ha sido preocupación fundamental de la política española en estos años la promoción del bienestar en el trabajo, pues no puede haber un pueblo grande y unido sin solidaridad nacida de la Justicia Social. En este campo nunca nos sentiremos satisfechos.
Las mas puras esencias de nuestra gloriosa tradición deberán ser siempre mantenidas, pero sin que el culto al pasado nos frene en la evolución de una sociedad que se transforma con ritmo vertiginoso en esta era apasionante en que vivimos. La tradición no puede ni debe ser estática: hay que mejorar cada día.
Nuestra concepción cristiana de la vida, la dignidad de la persona humana como portadora de valores eternos, son base y, a la vez, fines de la responsabilidad del gobernante en los distintos niveles de mando.
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CERCA DE LA JUVENTUD
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Estoy muy cerca de la juventud. Admiro en ella , y comparto, su deseo de buscar un mundo mas auténtico y mejor. Sé que en la rebeldía que a tanto nos preocupa, esta viva la mejor generosidad de los que quieren un futuro abierto, muchas veces con sueños irrealizables, pero siempre con la noble aspiración de lo mejor para el pueblo.
Tengo gran fe en los destinos de nuestra Patria. España será lo que todos y cada uno de los españoles queramos que sea, y estoy seguro de que alcanzará cuantas metas se proponga, por altas que éstas sean.
La monarquía puede debe ser un instrumento eficaz como sistema político si se sabe mantener un justo y verdadero equilibrio de poderes y se arraiga en la vida auténtica del pueblo español.
A las Cortes Españolas, representación de nuestro pueblo y herederas del mejor espíritu de participación popular en el Gobierno, les expreso mi gratitud. El juramento solemne ante vosotros de cumplir fielmente con mis deberes constitucionales es cuanto puedo hacer en esta hora de la Historia de España.
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CUMPLIMIENTO DEL DEBER
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Mi General: Desde que comencé mi aprendizaje de servicio a la Patria me he comprometido a hacer del cumplimiento del deber una exigencia imperativa de conciencia. A pesar de los grandes sacrificios que esta tarea pueda proporcionarme estoy seguro de que "mi pulso no temblará" para hacer cuanto fuese preciso en defensa de los Principios y Leyes que acabo de jurar.
En esta hora pido a Dios su ayuda, y no dudo que El nos concederá si, como estoy seguro, con nuestra conducta y nuestro trabajo nos hacemos merecedores de ella.

jueves, 22 de julio de 2010

SOBRE LA ADVERTENCIA MONTILLANA.

Montillana de Montilla, José, el charnego que aldeaniza en Barcelona; y que -según El País- no tuvo mejor cosa que decir ayer, tras echarse unas parrafadas con su generoso protector Rodríguez, que afirmar que el Estatuto "también es un problema de España".
Dice también El País que además, Montilla ha lanzado un mensaje claro: "Los gestos políticos que espero, espero que aquellos que los tengan que hacer los hagan".
Bueno, será claro -en su literalidad, digo- para El País y para los necios que pastan estereotipos porque, lo que es gramaticalmente, la frase no hay por dónde cogerla. En cambio, si resulta muy claro el contenido. Tan claro, que el señor Rodríguez y la señora Fernández de la Vega lo han entendido.
Lo han entendido tan bien, que están dispuestos a saltarse la sentencia del Tribunal Constitucional con las argucias y leguleyismos que sea menester, cosa que tampoco es de extrañar en esta gente.
Sin embargo, en una cosa estoy de acuerdo con el charnego pijoprogre Montilla: el Estatuto "también es un problema de España"
Problema que tiene una solución difícil aunque clara, y reflejada en la Cosntitución vigente queda: anulación de la autonomía de todas las regiones separatistas, como primera medida.

SOBRE LOS EJEMPLOS PROGRES.

Premiadísimo escritor -al que confieso no haber leído, ni ganas-, ejemplo de progresismo, tótem de la modernidad, ejemplo de coherencia... Bueno, todo eso y más, mucho más, se dijo en su día sobre José Saramago, que antes de fallecer tuvo ocasión de saltar en defensa del prevaricador Garzón.
Y ahora resulta, miren por dónde, que va la Audiencia Nacional y dictamina que el modélico escritor, icono del pijerío rojo, había estafado a la Hacienda española 717.651,78 euros.
Vaya con el difunto don José; se nota que eso de ser comunista está bien, sobre todo, para los demás.

miércoles, 21 de julio de 2010

LA NOCHE TRISTE DE CARRILLO.

Con este título me llega el siguiente vídeo y su explicación:
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Un día fui invitado por la TV33 catalana (catalanista) para participar en nun programa denominado "Agora", tipo de programa dedicado a arremeter, como fuera, contra el llamado "régimen franquista". En un principio, conociendo el paño, me negué, pero al saber que iba Carrillo, y que era en directo, sin apenas tiempo de dejar la maleta en el suelo (acababa de llegar de viaje), y sin previa documentación, muy necesaria en estos caso, me presenté en Esplugas. Yo era, y así lo dije allí, "una isla en el mar rojo".
En este video, salvo una parte inicial previa al enfrentamiento con el genocida, sólo hemos seleccionado la parte central de dicha polémica. Cualquiera puede darse cuenta de que en mi intervención me equivoqué al acusar a Carrilo de crímenes cometidos entre septiembre y diciembre, cuando la parte principal de sus crímnes, "sólo" ocurrieron en noviembre, pero el efecto venía a ser el mismo, la cara de perplejidad de Carrillo al oir aquella acusación y al ver el dedo que le acusaba de criminal. No es este video gran cosa, pero tiene ese matiz que lo hace único: no ha habido nadie que en televisión, y en directo, haya podido acusar a Carrillo de criminal. No deja de ser un récord.
Este es el enlace.

http://www.youtube.com/watch?v=8awEzfpe3zk
Y que Dios reparta suerte.
Jesús Flores Thies
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Pues bien: aquí abajo queda el vídeo subido, el enlace de youtube -por si las moscas- y otro enlace para descargar desde megaupload, por si los mosquitos.
Por si las moscas tsé-tsé, que tan adormecido tienen al pueblo español, o los mosquitos tigre, que tal sarpullido de memos han levantado, hay otro enlace, también en megaupload, pero esta vez protegido por contraseña. Casó de fallar los demás -o si prefieren la aventura- bájenselo de este enlace y cuando se les pida el salvoconducto tecleen esa referida y resaltada palabra.
¿Por qué tantas precauciones y tantas fuentes? Porque no quiero que nadie interesado se pierda la ocasión de ver cómo un español, un señor, un caballero y -ya descendiendo al lenguaje cuartelero, que también da esplendor al idioma- un tío con un par, mi Coronel Flores Thies, le dice a Carrillo a la cara, en público y retransmitido en directo por televisión, que es el responsable de las matanzas de Paracuellos, por no nombrar las de la mina de Camuñas, recientemente descubierta.
Gracias, mi Coronel.

SOBRE LOS CONTROLADORES CIVILES Y MILITARES.

Anda el personal revuelto con el tema de las enfermedades de los controladores aéreos, que si las bajas son verdad, que si son mentira, que si es una huelga encubierta...
Anda más revuelto el señor Ministro de Fomento, don José Blanco, pensando que le quieren devolver la faena de la modificación unilateral y por decreto de sus condiciones de trabajo hace unos meses.
Despotrican los ciudadanitos cabreosufrientes del sueldo tan alto que tienen los controladores aéreos, y aplauden al Ministro Pepiño cuando dice que si están estresados habrá que hacerles pruebas para ver si están en condiciones de seguir en sus puestos de trabajo.
Curiosamente, los mismos que aplaudían la huelga de los metreros de Madrid, ahora se sitúan en contra de los no-huelguistas de las torres de control. Véanse los comentarios a la noticia en Público para mejor comprobación.
Los comentaristas publiqueros -recua representativa del rojerío zapatiestero- lo dicen claro: los de Metro son trabajadores, los controladores aéreos son unos señoritos. ¿Tendrá algo que ver el hecho de que los "señoritos" tienen un sindicato profesional propio, y no se dejan mangonear por los ugeteros y comisionistas de esfinter complaciente?
Porque, si debe haber correspondencia entre el sueldo, la responsabilidad del trabajo que se realiza, y la eficacia desarrollada, hallaremos que el sueldo de un controlador aéreo -por cuyas manos, voz y neuronas pasan millones de personas al año- es parecido al de un diputaducho de mala muerte, de los que no tienen dietas especiales, ni partidas hinchadas, ni carguito suplementario. Hablo de sueldo, no de horas extras obligarorias, de suplencias obligatorias, de turnos dobles obligatorios, etc. Y entre lo que hacen unos y otros, no hay color.
Cuidado, que no estoy diciendo que el sueldo de los controladores aéreos no me parezca elevado, que lo es; pero también es elevada la responsabilidad y son excepcionales las condiciones y la preparación que el trabajo requiere. Lo que quiero dejar patente, es la diferencia de opinión de la ciudadanía vocinglera según de quien sea el afectado por los decretazos del Gobierno o de los gobiernillos, y de la discriminación entre grupos diversos.
Y me llama particularmente la atención la amenaza -porque amenaza es- de don José Blanco, de despedir a los que estén enfermos, y sufran estrés, ansiedad o depresión, causas de despido que no creo que ninguna legislación reconozca y que, de ser adecuada, llevaría a la destitución del señor Rodríguez, claro paranoico.
Más me llama la atención la segunda amenaza -porque amenaza es también- de sustituir a los controladores aéreos civiles con militares. Me extraña por varias razones, siendo la principal la duda -creo que fundada- de si habrá en España suficientes controladores militares. En ningún caso dudo de que tengan capacidad sobrada para hacerlo, porque por simple lógica debe ser más difícil localizar un avión de combate, que tiene un tamaño mucho menor y vuela a dos o tres veces la velocidad del sonido, que uno de pasajeros, que no la alcanza.
Y conste que no me desagradaría que los controladores militares se hicieran cargo de la navegación aérea, como me hubiera complacido hace unas semanas que los soldados movieran los trenes del Metro de Madrid. Pero me parece inaceptable que el Gobierno, o los gobiernillos, se ahorren una pasta gansa poniendo a los militares -de sueldo ínfimo- a sacar del fuego las castañas que ni les van ni les vienen.
El Ejército está para lo que está, y sólo nos faltaba que, en una emergencia, nuestros escasos aviones de combate no pudieran despegar por estar el controlador aéreo militar facilitándole las vacaciones a la gente.
Pero más me extraña aún que don José Blanco, tan socialista, tan demócrata, tan progre, se atreva siquiera a insinuar que está dispuesto a reventar una huelga, y que los rojos de guardarropía le aplaudan. Vivir para ver.

martes, 20 de julio de 2010

SOBRE LA RESURRECCION BOLIVARIANA.

Conste que lo dijo El País: Chávez 'resucita' a Bolívar para salvarse.
Y subtitula: El presidente venezolano ordena la exhumación de los restos del Libertador para tapar los problemas presentes.
¡Coño! Cambien ustedes la nacionalidad, y díganme si desenterrar muertos -física o metafísicamente- no es lo mismo que hace Zapatero, que lleva seis años viviendo contra Franco tan ricamente.

lunes, 19 de julio de 2010

SOBRE LAS BARRICADAS.

Lo cuenta Qué! -edición papel, Madrid, pág. 4-:
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Así es como explica "Jota", joven de 17 años, los antecedentes de la batalla campal que se vivió este fin de semana durante las fiestas de Torrelodones.
La gente empezó a insultar a la Policía, hubo algunos empujones y alguien tiró una botella a una "lechera". Entonces empezó la bronca.
Éramos unos 600 y todo el mundo tiraba botellas y piedras. Algunos hicieron barricadas para para evitar las pelotas que disparaban y seguir tirando cosas.
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Así dicho, parece que ese batallón de jovenes -y jóvenas, que hubiese dicho doña Carmen Romero, ex de González, que no todo el pijerío idiomicida es cosa de doña Bibiana- estuviera, al fin, protestando por el desempleo juvenil; por el bajísimo nivel educativo; por los trabajos basura y la esclavitud de las ETT.
Que protestasen airadamente contra la corrupción política, contra la usura bancaria, contra las multimillonarias ayudas estatales a los bancos, contra la burocracia de tres administraciones distintas para un mismo papeleo; contra el racismo y la xenofobia de los inmigrantes hacia los españoles; por la discriminación por razón de raza o nacimiento o religión a favor de los foráneos.
Que levantasen barricadas exigiendo contundencia contra la criminalidad, aplicación de las leyes por igual a todos los ciudadanos, reducción de los astronómicos sueldos de algunos políticos, y algún mayor decoro en los de todos.
Que apedreasen a la Policia que les impedía protestar por la subida del IVA, por la subida trimestral de la energía eléctrica que se prevee; por la insolencia del separatismo insolidario y trincón.
Todo esto parecería lógico y -dentro de lo que cabe- normal en una juventud que siempre ha tenido, como mayor tesoro, la rebeldía. A veces sin causa, y a veces con ella.
Pero no. Los jovenes de la noticia protestaban, hacían barricadas, apedreaban a la Policía, porque la organización de las fiestas les dijo que ya estaba bien de botellón.
Sin palabras.

SOBRE EL MUSEO DE TOLEDO.

Carta de mi camarada Jesús Flores Thies, Coronel de Artillería-retirado, en respuesta a un artículo sobre el nuevo Museo del Ejército en Toledo, escrita por el que ha sido hasta hace unos meses su Director.
Ambas se han publicado en la Revista Atenea.

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CARTA AL GENERAL NUÑEZ MARTINEZ SOBRE EL MUSEO DE TOLEDO
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Mi general:
He leído tus comentarios en ATENEA sobre el Museo Militar de Toledo, y al hilo de tus palabras, quiero comentarte lo siguiente:
Escribes que “(.…) y conseguir que el resultado final de tan discutida decisión como fue el traslado del Museo resultase en un beneficio para el patrimonio cultural español. Beneficio que conviene recordar que tenía dos vertientes: de un lado ampliar los espacios destinados al Museo del Prado y del otro dotar al Museo del Ejército de unas instalaciones que hasta el momento eran insuficientes”.
Lo de las dos vertientes no es del todo cierto, porque cuando se decidió desahuciar el Museo del Ejército de Madrid (idea de la socialista Alborch), se hizo con la insana intención de hacer sitio para el Prado, sin que se dijera nada de mejorar el museo expulsado (posteriormente por el “PoPular” Aznar). Lo que se sacó del Palacio del Buen Retiro, no tenía sitio previo para reinstalarse cuando ya se iniciaba el desalojo. Se empezó a hablar de meterlo, entre otros lugares posibles, en el cuartel de Conde Duque o en el del Infante don Juan, y parte se empezó a almacenar en los sótanos de la Escuela Superior del Ejército; unas pieza de artillería se enviaron a “Baterías” en Segovia, donde se morían de herrumbre y abandono, etc.
No es admisible lo de la “nostálgica visión”, porque somos muchos los que seguimos considerando aquel Museo desahuciado, como algo más que una continuada exposición de trofeos y cuadros, cerámica…., al estilo “Moneo”, especialmente en todo lo expuesto anterior al siglo XX. Durante muchos años, ese museo se ha visitado así y se consideraba, tal como estaba, como uno de los mejores del mundo. No nos imaginamos a “Los Inválidos” modificado por las ”nuevas ideas museísticas”.
Otras zonas del antiguo museo sí necesitaban un menor amontonamiento, que se hubiera solucionado perfectamente enviado a Toledo todo lo referente a los siglos XX y XXI, con lo que los sectarios políticos se habrían quedado más tranquilos al no ver en Madrid la maqueta del Alcázar destruido, la paloma mensajera del capitán Cortés o el excepcional cuadro del artista cubano Izquierdo sobre “Paracuellos”, donde fueron asesinados varios miles de militares que con toda seguridad conocerían este museo que entonces se llamaba “Museo de Artillería”. Aquello de “Virgencita, déjame como estoy” o lo de “los ensayos con gaseosa”, viene perfectamente a esta situación artificialmente creada.
Escribes sobre “la acusación de la dispersión de las colecciones”. Es indudable que la desinformación ha permitido todo tipo de elucubraciones y temores, y gracias a la prensa, que cuenta las noticias como quiere, puede o según la secta política que paga, hemos ido siguiendo las vicisitudes de aquel inaudito desahucio. Aunque también gracias a la amistad personal con algún compañero metido en la operación, hemos tenido acceso a los diferentes proyectos, ideas, planes…., que iban cambiando con los años, al igual que los presupuestos y al igual las comisiones, patronatos etc… Pero lo de la dispersión es real, aunque se diga que ha sido en un porcentaje mínimo, lo que no quiere decir que en el futuro se disperse más. Cinco sextas partes de fondos almacenados son carne de exposiciones itinerantes o de cesiones “temporales” que se pueden eternizar, que la eternidad también es tiempo.
Apoya tristemente nuestros temores el triste ejemplo de la pasión, agonía y muerte del Museo Militar de Montjuich del que, aparte el vergonzoso abandono de Defensa, en algunas ocasiones se nos dieron toda clase de seguridades sobre su continuidad, incluida alguna carta de un Ministro de Defensa que conservo para la Antología del Disparate. Resulta estremecedor el hecho de que los mismos que eliminaron sin contemplaciones aquel Museo, sean los que hoy quieren darnos lecciones de cómo ha de ser un Museo Militar. Hasta ahora, la única lección perfecta es cómo se destruye impunemente un Museo Militar, y sin que los militares chisten.
Los esfuerzos para quitar importancia a “los políticos” (¿por qué entre comillas?) caen en saco roto, porque la importancia de estos a la hora de decidir, incluso si un Museo Militar ha de sobrevivir, es indudable. Volvamos a repetir lo de la falta de información al no haber investigado de “primera mano”. Eso quisimos hacer en el ya reiterado caso del Museo de Montjuich con resultados desoladores.
Los propios responsables militares del Museo de Toledo son los que deberían haber hecho lo imposible para salir al paso de esas informaciones de prensa que al parecer eran falsas. No, mi general, no le quites importancia a las imposiciones de los políticos, esta vez sin comillas, que ellos van a lo suyo, y en lo suyo está la reacción sectaria contra la Historia de España reciente, cuya consecuencia más inmediata es la destrucción u ocultación de nuestro Patrimonio Histórico más reciente. Ahí tenemos a la ministra Chacón haciendo propaganda en Barcelona, de la mano del señor Montilla, el President(e) de la Generalidad, en apoyo de la reacción nacionalista contra el Tribunal Constitucional sobre el Estatut(o). No olvidemos que ella, como ministra, fue la responsable de la eliminación de un museo militar en Cataluña.
En cuanto a lo de la División Azul, no somos nosotros responsables de vuestra desinformación. Hace algún tiempo apareció en la prensa la noticia de que nada de la División Azul iría al “nuevo” museo ¿dónde está el desmentido de Defensa que lógicamente debería haber sido inmediato? En cuanto al despacho de Moscardó, y nos imaginamos que otras muchas cosas relacionados con el sitio ¿has leído lo que dice ese señor llamado Constantino Méndez? Lo ha dicho la prensa ¿lo habéis desmentido?
Podría seguir hablando de este tema, pero, mi general, no nos engañemos, quienes imponen cómo y dónde se ha de instalar el museo desahuciado de Madrid son los políticos, y los actuales se consideran enemigos de todo lo referente al alzamiento nacional, considerándose, además, herederos políticos y morales de aquel criminal Frente Popular. Ellos llevan las riendas con puño firme. Vosotros sólo podéis ir paliando sus odios tratando de conservar lo esencial en espera de mejores vientos y tiempos, no os quitamos estos posibles méritos, pero, por favor, no quieras ocultarnos lo que a la vista está cada día y cada hora: el odio y el rencor a una parte de la Historia de España, de nuestra Historia de España.
Un día nos acercaremos a Toledo a visitar el museo, apretaremos los dientes y pasaremos por la puerta de esa pétrea y funcional fachada. Hemos visitado tantas veces el museo de Ejército madrileño, que sabremos comprobar sin dificultad qué es lo que se expone, qué es lo que falta y, en definitiva, observar en directo eso tan emblemático de la “moderna idea museística”.
Hemos perdido. Es indudable que quienes luchábamos por la conservación de nuestro museo, hemos perdido, y al final el rencor político ha ganado, pero lo peor de esta derrota es que han conseguido, después de muchos esfuerzos, dividirnos, han dividido al Ejército. Por un lado los “nostálgicos”, ¿y por el otro?
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Jesús Flores Thies
Coronel de Artillería-retirado

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