Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

lunes, 5 de noviembre de 2018

SOBRE LA CRISPACIÓN DE MARLASKA.

Don Fernando Grande-Marlaska, que ya saben ustedes que es Ministro del Interior del Gobierno de España, cosa de la que él parece no haberse enterado. 

Quizá por eso, ejerciendo de socialista hipotecado a la hez de la política, en vez de hacerlo de gobernante, ha declarado que no está bien irse a Alsasua a apoyar a la Guardia Civil y la españolidad de Navarra, porque eso ya se sabe que puede crear crispación.

Según 20 Minutos, en ese contexto entiende que "de una forma tranquila quizá para defender a la Guardia Civil y la españolidad de Alsasua y de Navarra se pueden plantear acciones que no conlleven o no determinen la posibilidad de crispación o de incidentes, y que se podía haber realizado la misma defensa de la Guardia Civil y de la españolidad de Alsasua y de Navarra en otro formato que incluso no hubiera puesto ante ese contexto a la propia Guardia Civil y a la Policía Foral.

Evidentemente, señor Grande-Marlaska, se puede apoyar a la Guardia Civil en la Academia de Valdemoro, la de Úbeda o incluso la de Mérida; pero convendrá conmigo en que en esos sitios la Guardia Civil no se ve atacada por hijos de puta, ni abandonada por sus jefes políticos. También se podría hacer en otro formato, según dice el señor Ministro. O sea: en casita y en voz baja.

Esto nos da la medida del personaje, que ya teníamos bastante clara desde su nada crispada respuesta a la catalogación que de él hiciera su compañera de gabinete, la señora Delgado. Aquella calificación castiza sobre las preferencias sexuales de don Fernando que le confiaba al Comisario Villarejo, ya ustedes recuerdan.

Lo grave es que el personaje es el que corresponde al Gobierno: individuas, individuos e individues que aplican a rajatabla el refrán de dame pan y dime tonto o, en su caso, dame una poltrona y dime... en fin, eso.

Un Gobierno que, en resumen, favorece a los criminales y a sus cómplices con tal de que los partidos políticos que recogen las nueces les mantengan en la Moncloa, por lo que ir a Alsasua a apoyar a la Guardia Civil es avivar los conflictos, no fomentar la convivencia y fomentar el agravio entre españoles, palabras del portavoz socialista en el Senado, Ánder Gil.

Pero la palma de la desfachatez se la lleva doña Margarita Robles, ministra de Defensa, a la que no le parece "aceptable" que cuando se pretende homenajear a la Guardia Civil, un cuerpo que "es de todos", como las Fuerzas Armadas, un partido político lo utilice con una "finalidad electoral".

Pues doña Margarita, lo tiene usted muy fácil: si le parece que homenajear a la Guardia Civil es utilizar electoralmente el hecho de que siga habiendo cabrones, hijos de puta y canallas que la atacan, no tiene mas que sumarse al homenaje. 

En otro orden de cosas, aunque sólo sea por jorobar, comentaré algo sobre las pedradas con que fueron recibidos los convocantes: cuando iba Blas Piñar a donde le salía de... las narices, nunca hubo nadie que tirara piedras.




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