Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

viernes, 31 de agosto de 2018

SOBRE EL GOLPE DE ESTADO DEL SEÑORITO SÁNCHEZ.

El señorito Sánchez, y su gobiernillo de retales, de rectificadores impenitentes y de encajagoles cualificados, ha decidido -dice El Mundo- cambiar la Ley de Enjuiciamiento Criminal para darle una "perspectiva de género", porque no hacerlo supondrá que continuemos impartiendo una Justicia deficiente y parcial, que trata igual a los que son desiguales y se aleja de la equidad a la que debemos aspirar como sociedad avanzada.

Es decir: que la Ley tratará de forma distinta a las personas, según sean sus órganos reproductores.

Y con esto, la señora Ministra de Justicia -cuyo nombre desconozco y me importa una higa saberlo- establece la desigualdad ante la Ley como principio jurídico, a la par que el señorito Sánchez se pasa el artículo 14 de la Constitución por los susodichos órganos reproductores.

Esto es lo que pasa cuando se piensa con... bueno, ya ustedes se hacen una idea.

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