Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

sábado, 5 de julio de 2014

SOBRE LA DISCRIMINACIÓN HOMÓFILA.

Se queja El País elegíacamente de que el pasado 28 de junio un grupo de personas -que el panfleto cifra en 50- celebrara un partido de fútbol sala “por la familia” en el polideportivo de La Elipa de Madrid.

De entrada, uno se pregunta qué tienen El País y la UGT -que son los denunciantes del nefando crimen- en contra de la familia. ¿Acaso ninguno de ellos la tiene? ¿Han nacido por generación espontánea? ¿Por partenogénesis, tal vez? ¿O es que, pese a tenerla, no la conocen?

La explicación es que UGT -dice El País- detectó la intención del grupo de celebrar un torneo de fútbol en favor del matrimonio “oficial” y en contra de los enlaces homosexuales. Me extraña que España en Marcha -organizadores del evento, según el periódico- se manifestase en contra de los enlaces homosexuales o de cualquier otra cosa. Los nacionales no somos propensos a estar en contra de nada; somos lo que somos, y allá ellos si están en contra nuestra. No necesitamos a nadie para ponernos enfrente, porque estamos en nuestro sitio y sabemos cual es. 

Pero en todo caso, si a los homosexuales -y a las locas loquitas exhibicionistas-, se les permite manifestarse pidiendo derechos antinaturales, díganme por qué coño no se pueden otros manifestar a favor de la norma natural. 

(Entre paréntesis: no me vengan con gillipolleces de homofobia ni demás chorradas; lo natural es el matrimonio entre mujer y hombre, y lo demás es contra natura, puesto que de no ser así haría muchos siglos que la Humanidad se habría extinguido. Fin del paréntesis)

También las locas loquitas exhibicionistas y zafias -que, repito, no tienen nada que ver con las personas que viven su vida a su aire, sin groserías- se manifiestan contra todo y contra todos -particularmente contra el buen gusto, en sus atuendos zarrapastrosos y sus lorzas al viento- y este mismo fin de semana, avisa La Gaceta, volverán a ocupar calles y plazas para mostrarse orgullosos se ser estrafalarios, sinvergüenzas, exhibicionistas y feos, feas fees. Y nadie les dirá nada, ni por nudismo público, ni por superar los decibelios permitidos por la normativa municipal, ni por defecar en las calles, ni por llenar de mierda Madrid. No digo ya de los insultos a los que piensan de forma distinta, porque para esta piara cualquiera que no se revuelque en su zahúrda es digno de odio, de insulto y de mofa. Están seguros de que nadie les puede responder en igualdad de condiciones, porque para eso los Gobiernos mariconófilos del ancho mundo los protegen, los cuidan, los miman y los elevan a los altares de la giliprogresía.

Pero volvamos a lo del partido: El Ayuntamiento asegura que los operarios del recinto, apenas a unos metros de distancia de un campo de béisbol con población de origen dominicano, llamaron al 112, que a su vez puso en marcha a los efectivos de Policía Municipal y Nacional... (quienes) retiraron la simbología (la normativa municipal impide colocar banderas o pancartas en los polideportivos) y la megafonía, que no estaba autorizada. 

En verdad, me parece lamentable que el Ayuntamiento reconozca que hay población de origen dominicano que vive en un campo de béisbol, que es lo que se desprende literalmente de lo que escribe El País. Dando por hecho que el plumilla no tiene ni idea de gramática, como suele ocurrir en los de su especie, habrá que interpretar que se refiere a que en la zona del campo de béisbol abunda la población de origen dominicano.

¿Y...? ¿Qué pasa; que los dominicanos, por el hecho de serlo, han de ser homosexuales? Oiga, ¿esto no es discriminar por razón de nacimiento? ¿Es que los dominicanos no pueden estar a favor de la familia y del matrimonio natural? ¿Por qué oscura razón el Ayuntamiento, la UGT, El País, o quien diablos sea, infravalora a los dominicanos?

De la misma opinión parece ser el barandilla sociata del Ayuntamiento, Jaime Lissavetzky, que condena el partido: “Este torneo nunca debió celebrarse. Madrid no es esto. La inmensa mayoría de los madrileños nos avergonzamos de este tipo de manifestaciones y la casa de todos, como es el polideportivo de La Elipa, no puede ser sede de un acto que, además de xenófobo, podría llegar ser ilegal.”

Oiga, señor Lissavetzky: qué coño tiene que ver el matrimonio natural con la xenofobia. ¿También usted piensa que los extranjeros son, por narices,-las reclamaciones a la RAE- maricas

Quizá lo que le pique al señor Lissavetzky, al Ayuntamiento, a la UGT y a El País sea que el grupo colocó banderas preconstitucionales como la cruz celta o el águila imperial en el recinto.

¡Acabáramos! Lo que les preocupa es la preconstitucionalidad. Supongo que entonces, todos ellos empezarán una batida a la caza y captura de símbolos preconstitucionales, porque ya se sabe que antes de la mierda de Constitución de 1978 no existía el mundo.

Lamentablemente -para ellos, los tontos- el mundo lleva muchos siglos girando. Y, si nos ponemos a ello, no solo son preconstitucionales las águilas imperiales o las cruces celtas. También lo son las cruces latinas; los obeliscos y pirámides egipcias; el crómlech de Stonehenge; los kuroi griegos; las pirámides mayas; las pinturas de Altamira; los Toros de Guisando -más que fascistas, que en su entorno acogieron los acuerdos que hicieron de Isabel la reina indiscutida de Castilla-; el Cristo que fue capitán en Lepanto -otro fascista xenófobo-; el Monasterio de El Escorial, o la plaza de toros de Las Ventas. Igualmente lo es la banderilla de la II República, por cierto, que además de preconstitucional es claramente anticonstitucional, cosa que no es la bandera de España con el Escudo del Águila de San Juan, que figura en el ejemplar príncipe de la Constitución, como tengo más que demostrado con imágenes.

También, si seguimos la enumeración, es preconstitucional la Monarquía española, el béisbol y la República Dominicana. Y la UGT y el PSOE. Incluso el señor Lissavetzky.

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