Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

domingo, 20 de julio de 2025

SOBRE MI CAMARADA ARTURO Y UN OLVIDO.



Llevo tiempo sin centrarme lo suficiente en el día a día; tanto como para no saber en que día vivo, si es que se le puede llamar vivir a transitar por esta sociedad de energúmenos y de hideputas.
Pero eso no es excusa.
Llevo semanas liado con arreglos, obras menores y trastornos mayores en mi casa; llevo semanas, también, con enfermos próximos de los que preocuparme, una vez que -parece- mi organismo ha decidido no morirse aún. Y no se si alegrarme de eso, o tomarlo como un obstáculo más. 
Pero eso no es excusa.
Y es que no tengo excusa -no la hay- para el olvido de una de las pocas fechas que cada año me hacen salir de la cueva al camino, y vocear a quien guste que me falta uno de los buenos, uno de los grandes.
Que me falta mi camarada Arturo.
Perdóname, maestro, amigo, camarada, hermano. Perdona el olvido del día en que estoy viviendo, nunca de los camaradas que están en los luceros.
Perdóname, Arturo. Y recibe mi saludo brazo en alto, aunque llegue unos días tarde.
Arturo Robsy, ¡Presente!

Publicidad: