Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

miércoles, 20 de noviembre de 2013

20-N

Hundidos, como estamos, en la mierda hasta el cuello, se hace muy difícil escribir sobre una fecha como la del 20 de Noviembre. Máxime, este año que la ya referida vicisitud con mi ordenador casi me dispensaría de hacerlo.
 
Pero -creo- esa es precisamente la actitud que no puedo permitirme. La apatía, la dejadez, la desgana, el "ya lo hará otro", son las actitudes que nos han traido hasta donde estamos.
 
No fueron apáticos, ni cedieron al desánimo, ni dejaron que dieran la cara otros los que en esta fecha recordamos. Que son José Antonio Primo de Rivera -asesinado por el Frente Popular republicano, pero puesto en la lista por liberales, derechistas, y centristas-, y Francisco Franco, vencedor del frente Popular asiático y torvo, de obediencia soviética; pero que también son todos los que dieron su vida por una España mejor.
 
Los que dieron su vida por España a un lado y a otro, porque tan dignos son de recuerdo los falangistas, los requetés, los militares que dieron el primer paso al frente, los legionarios, los regulares, los soldaditos de reemplazo de la España Nacional, como los que -al otro lado- combatían también por España. No, desde luego, los que luchaban -o paseaban en la retaguardia- por la Internacional, por la madrecita Rusia o la madrastra URSS. A esos ya los recuerdan los que -al final- han ganado la guerra en la batalla de la propaganda, incapaces de echarle riñones entonces aunque sobrados de mentiras y canalladas ahora.
 
Así es que, como sé que joroba, y aunque este año no les puedo dejar el Toque de Oración y la Oración por los Caídos, sí les dejo mi oración personal:
 
Caídos por Dios y por España, ¡Presentes!
José Antonio Primo de Rivera, ¡Presente!
Francisco Franco, ¡Prsente!
¡Arriba España!
 
 
 

domingo, 17 de noviembre de 2013

SOBRE LA DESAPARICION.

La mía, desde hace cosa de un par de semanas, y lo que cuelga.
 
Para conocimiento de camaradas y amigos -y aviso de los que nolo sean-, debo explicar que una vez más me encuentro fuera del "mundo" gracias a que mi ordenador ha tenido a bien ponérseme en huelga. Acaso imitando a los juerguistas de la basura madrileña, que ahora se dedican a esparcir la que antes recogían.
 
El caso es que mi ordenador dijo hace unos días que hasta allí había llegado, se apagó, y se mantiene en sus trece, así es que tengo que recurrir a un ordenador prestado para dar este aviso, en tanto le miro las tripas al mío o -caso extremo- lo llevo al técnico.
 
No quiero aburrir a los habituales con mis peripecias para intentar poner en uso un ordenador viejo, el cual también ha considerado oportuno dejarme tirado. Las historias sobre formateos, particiones, instalaciones de sistema, etc., darían para mucho, y regocijarían a cuantos empezaron en este mundillo de la informática cuando el señor de los sistemas era el MS-DOS. Pero valga de momento un saludo a todos, como explicación de por qué no escribo aquí, ni puedo recibir correo, ni responderlo.
 

miércoles, 6 de noviembre de 2013

SOBRE LA NOTICIA A MEDIAS.

Noticia -la de repetir el juicio al asesino abortista Morín- que han ofrecido algunos medios de comunicación, de mejor o peor gana según su afinidad con el genocida y sus cómplices. Cómplices que, evidentemente, no son sólo los sicarios que le ayudaban a descuartizar niños, sino los que le daban negocio, los que le permitían tener abierto el negocio -PSOE y PP, fundamentalmente- y los que le juzgaron en el primer juicio, ahora anulado.

La noticia -completa- la pueden ver en Diario Ya; pero como quizá algún lector haya tenido conocimiento de la misma por otros medios -por ejemplo, la cadena de los Obispos, tan cómplice del PP- que no han dado cuenta más que de su parte de la información, aquí les adjunto la Nota de prensa de AES, Alternativa Española, que es el partido que presentó la denuncia y que ejerció -junto a otros grupos que sí tienen suficiente publicidad en otros sitios- la acusación particular.


martes, 5 de noviembre de 2013

SOBRE LA NECEDAD GUBERNAMENTAL.

Necedad -ya ustedes lo saben, y si no, se lo digo con el auxilio de la RAE- es el desconocimiento de lo que se debería saber.

Evidentemente, nadie puede saberlo todo -sólo los muy necios creen que son omniscientes-; evidentemente, nadie puede estar en todo, hacerlo todo. Pero hay cosas que se caen por su propio peso, y que son claras aún para el más lerdo.

Por tanto, resulta tautológico explicar la necedad del Gobierno del señor Rajoy -de los anteriores también; pero ahora quien hace como que gobierna es Rajoy- cuando necesita -lo dice El Mundo- gastarse 28 millones de euros en asesores

Porque el señor Rajoy no lo puede saber todo, vale; pero sí debe saber que la Administración cuenta con funcionarios de carrera capaces -desde el conocimiento que cada uno tiene de su puesto y sus labores- de darle todas las explicaciones que el Presidente necesite, todos los asesoramientos que quiera; todas las posibilidades que le haga falta valorar para tomar decisiones. 

La Administración no es una banda al servicio de la política del partido que gobierna, sino la que custodia -en la medida que los políticos la dejan, claro- el exacto cumplimiento de la normativa vigente. También es la que debe preparar las nuevas leyes que sean necesarias, siguiendo las directrices del Gobierno, por supuesto; pero asegurando que las reformas se ajusten a Derecho y se hagan por sus pasos legales.

Para conocer la realidad, para conocer las previsiones, para conocer lo que sería bueno, el Presidente del Gobierno y los Ministros no necesitan más que consultar a sus funcionarios, u ordenar que se haga tal o cual cosa, siempre dentro de las normas.

Sentado este principio, la necedad gubernamental consiste en ignorar la función de la Administración y hacernos pagar 28 millones de euros anuales por su desconocimiento.

Cabe otra posibilidad, y es que el Gobierno no ignore el valor y la función de la Administración, y  tome -a sabiendas- decisiones injustas para enchufar a los amiguetes, mientras posterga a funcionarios de carrera -véase Público-. O sea, lo que se llama prevaricar, de toda la vida.


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