Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

sábado, 23 de julio de 2011

SOBRE EL VALOR DE LOS PISOS.

Detalle que -cuenta El País- no tendrán que declarar los parlamentarios, se trate de pisos, de locales comerciales, de naves industriales o de cualquier clase de inmueble.

¡Coño, señor Bono, por qué poquico.!

SOBRE UNAS PALARAS HISTORICAS.

PALABRAS DE SU ALTEZA REAL EL PRINCIPE DON JUAN CARLOS DE BORBON Y BORBON, PRONUNCIADAS ANTE EL PLENO DE LAS CORTES ESPAÑOLAS EL DIA 23 DE JULIO DE 1969

Mi General,
Señores ministros, Señores Procuradores:
Plenamente consciente de la responsabilidad que asumo, acabo de jurar, como Sucesor, a título de Rey, lealtad a su Excelencia el Jefe del Estado y fidelidad a los Principios del Movimiento Nacional y Leyes Fundamentales del Reino.
Quiero expresar, en primer lugar, que recibo de Su Excelencia el Jefe del Estado y Generalísimo Franco, la legitimidad política surgida el 18 de julio de 1936, en medio de tantos sacrificios, de tantos sufrimientos, tristes pero necesarios, para que nuestra Patria encauzase de nuevo su destino.
CIMIENTOS PARA EL FUTURO
España, en estos últimos años, ha recorrido un importantísimo camino bajo la dirección de Vuestra Excelencia. La paz que hemos vivido, los grandes progresos que en todos los ordenes se han realizado, el establecimiento de los fundamentos de una Política Social son cimientos para nuestro futuro. El haber encontrado el camino auténtico y el marcar la clara dirección de nuestro porvenir, son la obra del hombre excepcional que España ha tenido la inmensa fortuna de que haya sido y siga siendo por muchos años, el rector de nuestra política.
Pertenezco, por linea directa, a la Casa Real española y, en mi familia, por designios de la Providencia, se han unido las dos ramas. Confío en ser digno continuador de quienes me precedieron.
SERVICIO A ESPAÑA
Deseo servir a mi país en cauce normal de la función publica, y quiero para nuestro pueblo: progreso, desarrollo, unidad, justicia, libertad y grandeza, y esto solo será posible si se mantiene la paz interior. He de ser el primer servidor de la Patria en la tarea de que nuestra España sea un Reino de justicia y de paz. El concepto de justicia es imprescindible para una convivencia humana, cuyas tensiones sean solubles en la ley y se logren dentro de una coexistencia cívica en libertad y orden.
Ha sido preocupación fundamental de la política española en estos años la promoción del bienestar en el trabajo, pues no puede haber un pueblo grande y unido sin solidaridad nacida de la Justicia Social. En este campo nunca nos sentiremos satisfechos.
Las mas puras esencias de nuestra gloriosa tradición deberán ser siempre mantenidas, pero sin que el culto al pasado nos frene en la evolución de una sociedad que se transforma con ritmo vertiginoso en esta era apasionante en que vivimos. La tradición no puede ni debe ser estática: hay que mejorar cada día.
Nuestra concepción cristiana de la vida, la dignidad de la persona humana como portadora de valores eternos, son base y, a la vez, fines de la responsabilidad del gobernante en los distintos niveles de mando.
CERCA DE LA JUVENTUD
Estoy muy cerca de la juventud. Admiro en ella , y comparto, su deseo de buscar un mundo mas auténtico y mejor. Sé que en la rebeldía que a tanto nos preocupa, esta viva la mejor generosidad de los que quieren un futuro abierto, muchas veces con sueños irrealizables, pero siempre con la noble aspiración de lo mejor para el pueblo.
Tengo gran fe en los destinos de nuestra Patria. España será lo que todos y cada uno de los españoles queramos que sea, y estoy seguro de que alcanzará cuantas metas se proponga, por altas que éstas sean.
La monarquía puede debe ser un instrumento eficaz como sistema político si se sabe mantener un justo y verdadero equilibrio de poderes y se arraiga en la vida auténtica del pueblo español.
A las Cortes Españolas, representación de nuestro pueblo y herederas del mejor espíritu de participación popular en el Gobierno, les expreso mi gratitud. El juramento solemne ante vosotros de cumplir fielmente con mis deberes constitucionales es cuanto puedo hacer en esta hora de la Historia de España.
CUMPLIMIENTO DEL DEBER
Mi General: Desde que comencé mi aprendizaje de servicio a la Patria me he comprometido a hacer del cumplimiento del deber una exigencia imperativa de conciencia. A pesar de los grandes sacrificios que esta tarea pueda proporcionarme estoy seguro de que "mi pulso no temblará" para hacer cuanto fuese preciso en defensa de los Principios y Leyes que acabo de jurar.
En esta hora pido a Dios su ayuda, y no dudo que El nos concederá si, como estoy seguro, con nuestra conducta y nuestro trabajo nos hacemos merecedores de ella.
(Por gentileza de Rafa España)

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