Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

jueves, 8 de julio de 2021

SOBRE LOS MARICONAZOS.

Disculpe, señor fiscal, pero antes de empapelarme le ruego que compruebe, en el artículo a que esta entrada hace referencia, que no soy yo -carca, facha, ultra y todo eso- quien llama así a los simpáticos energúmenos que han convertido un asesinato inmundo en un reclamo publicitario. Son ellos lo que lo dicen, muy orgullosos -dicho sea con segundas, evidentemente- y muy aborregados en su seguidismo de la ultraizquierda.

Una izquierda que, en esa IIª República cuyo regreso anhelan, les enchiqueraba en campos de concentración bajo la Ley de Vagos y Maleantes de su adorado Manuel Azaña, todo sea dicho.

En fin, si el señor fiscal y si alguna persona de bien quiero enterarse de por qué digo todo esto, puede ir a mi artículo en El Correo de España.



Publicidad: