Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

miércoles, 20 de noviembre de 2024

SOBRE HOY, 20-N.

Hoy, que es el único día del año en que no quiero escribir, pero en el que no hacerlo sería cobardía.

No quiero, porque la única palabra posible para un día como hoy, en esta España que ya no es España ni tiene esperanza de volverlo a ser, sería la invocación al santo patrón de España: Sanseacabó.

Pero eso está lejos, quizá irremediablemente perdido también.

Por eso, hoy, que tendría mucho que escribir, sólo quiero dejar constancia de que sigo siendo el que siempre he sido desde aquél lejano día de 1975 en que el asco por los vivos, los vivillos y los vivales, me hizo interesarme y conocer la fecunda idea de vida humana que representa el Nacionalsindicalismo. Gracias -y que lo olvide quien quiera, pero no yo- a Francisco Franco, que quiso que la conociéramos, como quiso que supiéramos de José Antonio.

Nada más que decir, salvo lo que procede:

José Antonio, ¡Presente!

Francisco Franco, ¡Presente!

¡Arriba España!


lunes, 4 de noviembre de 2024

SOBRE LA UBICUIDAD DE LA ULTRADERECHA.


Como mis habituales saben –si queda alguien aún que me lea- no soy de ultraderecha. Menos aún de derechas. Pero también mis habituales -y cualquier persona medianamente culta- saben que hoy en día los políticos sinvergüenzas, los periodistas sinvergüenzas, los rojos sinvergüenzas y los imbéciles que no saben como se escribe la palabra vergüenza, llaman ultraderecha a todo lo que les suene a decente, a limpio, a responsable y a español. Es decir, a todo lo que no sea socialista bananero, comunista resabiado, estalinista asesino y demás maravillas de la modernidad progresista.
Por lo tanto, resulta que -como nacionalsindicalista, que para los hideputas vale por ultraderechista aunque no lo sea ni por el forro- me he convertido en ubicuo. 
Estoy en todas partes. 
No paro un segundo de tirarle fango a doña Begoña, virginal doncella que jamás ha cometido la menor intrusión en el ámbito académico, ni ha influido en concesiones administrativas, ni ha metido cuchara en ningún plato de software ajeno.
No paro un momento de buscarle las vueltas al sabio hermano de Perico -él si de verdad ubicuo, según la cantidad de domicilios que la prensa canallesca dice que tiene-, que sólo busca con su ausencia habitual del puesto de trabajo el ahorro de espacio, calefacción y mobiliario de la administración que le emplea, por supuesto sin la menor sombra de influencia de su señor hermano en la contratación.
No descanso un momento de mentir sobre las condiciones de los trenes, sobre los retrasos, sobre la falta de material y de mantenimiento, sobre los accidentes por dejadez de los irresponsables que mangonean en el asunto. 
Y ahora, para colmo, resulta que he provocado al pueblo doliente de la inundación de Valencia para que exprese, de forma poco democrática, su opinión respecto a los visitantes que van a lucir palmito para las fotos y las televisiones. Soy yo, la ultraderecha, la que cabrea al personal. 
Yo, no la ausencia de ayudas, de guardia civil, de policía, de bomberos, de soldados, de oenegés trinconas que no han aparecido con sus mantas, ni sus botellas de agua, ni sus bocadillos, ni sus voluntarios tan dedicados a fomentar la delincuencia. Yo -la ultraderecha- soy el culpable de que la gente de Valencia no haya recibido refuerzos de policía y guardia civil ni haya recibido la presencia militar -con su maquinaria de zapadores y su disciplina de soldados- ni haya visto la llegada de bomberos, de material, de personal de otras provincias. Y no porque las otras provincias de España no los haya querido enviar, sino porque alguien ha rechazado esa ayuda. De la misma forma que dos helicópteros andaluces se desplazaron para unirse a los esfuerzos, y tuvieron que volverse a sus bases porque nadie les daba trabajo. 
Y soy yo -la ultraderecha- quien tiene la culpa de que los inútiles de la autonomía valenciana, de que inútiles de los ministros del Gobierno, no hayan sabido qué diablos hacer y hayan escurrido el bulto para que lo lleve otro. Y quienes lo han llevado han sido los afectados por la inundación que ni siquiera -unos por otros- fueron capaces de avisar.
Y, por supuesto, soy yo -la ultraderecha- quien ha azuzado los ánimos de los ciudadanos cabreados que ayer abuchearon y rociaron de barro a los Reyes y al Presidente del Gobierno, al grito de asesinos y de fuera, fuera.
Estoy en todas partes. Tanto es así, que si los ciudadanos españoles supieran leer y lo ejercieran, tal vez lo identificarían con el 1984 de Orwell y ese Goldstein, enemigo público siempre presente. Pero el pueblo español no ejerce la lectura más allá de los montajes literarios prefabricados, ni sabe sacar consecuencias de lo que alguna vez pueda haber leído. Ya le va bien con la televisión del régimen democrático, con la prensa del régimen democrático, con la partitocracia del régimen democrático. La ultraderecha es muy mala, y ya iremos descubriendo que las inundaciones las ha provocado Francisco Franco. (En lo cual posiblemente tengan algo de razón, porque de haber vivido veinte años más habría hecho más obras de las que ahora reclaman los ingenieros para evitar estos desastres).
Pero no hagan caso. Esto son infundios de la ultraderecha. Ya se limpiarán las calles, ya les darán a los afectados los papeles para que dentro de unos años -los del volcán de La Palma aún están esperando- los den unos euros por su vida destrozada. Ya se enterrarán los muertos. Y se olvidará todo para las próximas elecciones.
Y parece mentira que el señor Sánchez y sus cómplices no se den cuenta de que si la ultraderecha está en todas partes y es culpable de todo, probablemente sean algo más que dos o tres exaltados.
Pero el mensaje oficial es que la ultraderecha está en todas partes, acechando, lanzando fango sobre la pureza de don Pedro Sánchez; de sus amigos los terroristas baskos y los golpistas de Catalunlla; la ultraderecha es ubicua, y todos los que despotrican del Gobierno socialcomunista son unos malditos fascistas, como ha sido siempre desde el abuelito Lenin y el padrecito Stalin. 
La ultraderecha es la que ha colocado en la prensa las fotos de los Reyes aguantando en su visita a Valencia el chaparrón -de insultos y de barro-, pero ha ocultado la gallardía con que Pedro Sánchez ha huido del lugar.
Y son  ellos -la ultraderecha y nada más que la ultraderecha- los que han respondido al señor Sánchez. Si necesitan algo, que lo pidan, dijo don Pedro. 
Pues te lo han dicho, imbécil: fuera, fuera.


martes, 22 de octubre de 2024

SOBRE MI CAMARADA LUIS.

Que como ustedes ya saben de sobra, es el Ilustrísimo Señor Coronel don Luis Tapia Aguirrebengoa, al que -como también saben de sobra- quiero rendir homenaje cada año en esta fecha. Esto lo digo también cada año, como conocen los habituales o incluso los visitantes esporádicos a este diario, si es que queda alguno.

Me temo, Luis -amigo, camarada- que lo que yo pueda escribir ya no le importa a nadie, y me parece bien. Cada cosa tiene su tiempo y el mío ya ha pasado. Me gustaría volver a aquel tiempo -difícil pero hermoso- en el que tu, y tantos otros camaradas, y yo, aún creíamos que España era posible. 

Y pienso si tu, Luis -amigo, camarada, maestro- ya habías llegado a la misma conclusión que yo he llegado ahora; si ya sabías que España estaba perdida para siempre, y que sólo nos quedaba -como al soldado romano que citaba Spengler-, permanecer sin esperanza en el puesto ya perdido. Si tu ya sabías -hermano, camarada-, que sólo nos quedaba clavar la bandera y tratar de sembrar la verdad que conocemos para que -acaso dentro de décadas- florezca de nuevo.

Y pienso que si. Pienso que tú, -amigo, camarada, maestro, hermano- ya sabías lo que iba a pasar, pero te mantenías firme en tu puesto, sin una concesión al desaliento, siendo ejemplo y acicate para todos los demás. Como el capitán de los viejos Tercios -del nuevo Tercio- que nunca se rendía.

Eso es grandeza, eso es tener raza. Ese honroso final es lo único que no se le puede quitar al hombre.

Presente, Luis. ¡Siempre presente, mi coronel!


sábado, 12 de octubre de 2024

SOBRE OTRO AÑO.

Un año más -y ya van 36- sin Rafael.


Rafael es -evidentemente, y más en este día-, Rafael García Serrano, cosa que cualquiera habrá adivinado sin necesidad de más pistas. Al menos, cualquiera que sea español de bien, aficionado a las buenas letras, amigo del humor fino y las verdades recias.

Rafael García Serrano es -sigue siendo- el mejor escritor en lengua española de todos los tiempos, con permiso de don Miguel y de don Francisco, los dos gigantes de las letras hispanas. Aclarado para camaradas y amigos despistados: Cervantes y Quevedo. Para el resto, toda aclaración es insuficiente, y no tengo hoy el día para desasnar percebes.

Otros años, Rafael, te he contado las aberraciones de la actualidad, las canalladas que sacuden a esto que ya no es España, porque me niego a pensar que pueda ser España esta mezcla de desvergüenza y cobardía, de podredumbre y falsedad, de ilegalidad y estulticia. 

Fíjate, Rafael: este año, el cura Paco ha recibido al canalla Perico, y se habrán reído de los tontos que les siguen a ambos, y el cura Paco habrá callado sobre la persecución religiosa que los católicos padecemos en estepaís, y el sinvergüenza Perico habrá obtenido la bendición del hereje para seguir destruyendo la mayor obra humana alzada a la mayor Gloria de Dios, en Cuelgamuros.

Otros años, Rafael, te he contado sobre esta sociedad aberrante, suicida y esperpéntica. Pero hoy no. Hoy sólo quiero decirte que te echamos de menos -¡cada vez más!-, y pedirte que, desde ahí, desde tu Lucero, nos eches una manita.

Siempre ¡presente!, Rafael.


martes, 17 de septiembre de 2024

SOBRE LA POLÍTICA DE LA IGLESIA.


La Iglesia, en este caso de la Diócesis de Cartagena, cuyo departamento de migraciones dirigido por el sacerdote Ignacio Gamboa Gil de Sola, juez auditor del Tribunal Eclesiástico de la Diócesis de Cartagena, ha incendiado la política murciana tras emitir un comunicado en donde acusaban al ex vicepresidente de la Región de Murcia, José Ángel Antelo de carecer «de humanidad, empatía y compasión y veracidad» por vincular inmigración con inseguridad ciudadana. Todo por compartir un vídeo en redes sociales denunciando una paliza de dos marroquís a un joven en pleno centro de Murcia para robarle.

Y vuelve el cura a los tópicos de costumbre, como que  «están normalizando, con mucha osadía y total impunidad los discursos de odio que atentan contra uno de los grupos de personas más vulnerables: los de origen inmigrante»; y que en España hay «redadas racistas» que hacen «muy difícil la vida de las personas migrantes y refugiadas».

Para el cura xenófilo inútilmente llamado Ignacio, los migrantes  tienen en España una vida muy difícil, probablemente porque los malvados autóctonos no se dejan robar aunque les den una paliza. Que es que hay que ser mala persona, y racista, y xenófobo, para no dejarse robar por un inmigrante. Y para pensar que, si tan mal lo pasan, por qué coño vienen. 

Tan molestos han debido sentirse los fieles de la región, que el obispado de Cartagena se ha visto obligado a retirar esa nota de su página web y a emitir una aclaración.

Aclaración que, por supuesto, no ha conllevado la destitución del cura xenófilo e injuriador, porque tomar partido en la política a favor de los rojos y de los delincuentes -disculpen la redundancia- es cosa normal en los curas de estas tierras hispanas.

Mientras tanto, la Conferencia Episcopal guarda un silencio -más que discreto, culpable- sobre el asunto. Que sus curas mientan, patrocinen criminales y ultrajen a quienes no se pliegan a la moda, sigue sin ser asunto suyo, como no lo fue en su día la venganza exhumatoria contra el Excelentísimo Señor Don Francisco Franco Bahamonde.

Pero, eso si, seguirán esperándonos con la mano pedigüeña y sucia, para que sus curas canallescos sigan insultándonos y faltando a la verdad.


sábado, 14 de septiembre de 2024

SOBRE LA VERGÜENZA DEL CURA PACO.

Muchos no lo habrán conocido, y otros muchos acaso lo hayan olvidado. Allá por los años de la llamada Transición -traición, para cualquier persona decente- hubo un famoso cura más cercano a Stalin que a Jesucristo, al que sus amiguetes comunistas, la prensa procomunista de la época –o sea, toda menos El Alcázar- y los canallas de la política –o sea, casi todos- llamaban el cura Paco. La wikipedia lo idealiza -como todo lo relacionado con la rojez-, pero lo cierto es que el tipo fue un singular canalla y un tonto útil mientras duró.

Sirva lo que antecede como explicación de por qué motivo llamo cura Paco al llamado Papa Francisco, tan lamentable jesuita como aquél de la Tra(ns)ición española, cada día más relativista y cada hora más montonero. 

Cuenta hoy la prensa -también la radio pero el enlace de periódico es más fácil de encontrar- que el cura Paco ha declarado: «Estoy pensando en ir a Canarias, porque allí hay situaciones de inmigrantes que vienen del mar y me gustaría estar cerca de los gobernantes y del pueblo»

Lo cual, así dicho, no tiene nada de malo. Las islas Canarias constituyen una región española bien hermosa y bien merecedora de ser visitada y conocida. Los gobernantes de Canarias me son desconocidos, luego no puedo comentar al respecto, pero supongo que una visita de Su Santidad no les hará daño. Dudo de si la presencia de un Papa digno de su puesto le causará alguna erupción a los socialistas-comunistas-separatistas-ladrones-terroristas del Gobierno Central, pero eso me la trae al pairo.

Lo que ya me parece fuera de lugar es que una las condiciones de inmigrantes y del pueblo con el que quiere estar, porque creo que en las hermosas islas Canarias, e incluso en el resto de España, hay mucho más pueblo español que inmigrante, y con esas palabras parece que el Papa sólo se interesa por los venidos de fuera. Porque no discutiré que la Iglesia cuide de los necesitados y ayude al que lo necesita. Pero si empezamos por hacer de menos a los demás, luego que no se extrañen de que los católicos -los que, con todos nuestros errores, al menos no somos hipócritas- prescindamos de una Iglesia que nos considera de categoría inferior a los musulmanes que vienen a delinquir. 

Y no me salgan con gilipolleces: si no tienen papeles no pueden trabajar, y si no pueden trabajar tienen que mendigar o delinquir. Y si trabajan ilegalmente, también delinquen. Y quien promueva o defienda esto, es otro delincuente.

Pero es que, además, el cura Paco añade: 
Uno de los periodistas preguntó que, como católico, a quién se debería votar en los comicios presidenciales de Estados Unidos: ¿A Donald Trump o a Kamala Harris?
«Ambos están contra la vida», sentenciaba el Pontífice. El republicano, por querer expulsar a 11 millones de inmigrantes. «Seamos claros: expulsar a los inmigrantes, no darles la posibilidad de trabajar, no darles la posibilidad de trabajar, no darles hospitalidad es un pecado grave», explicaba. Por su parte, la demócrata «mata niños».

Bien: pues si para el señor Bergoglio es lo mismo echar delincuentes -véanse los párrafos anteriores- que asesinar nonatos, a mi que no me cuente entre los suyos. 

A la hora de marcar la casilla de la Iglesia en la Declaración de la Renta, tampoco.


lunes, 29 de julio de 2024

SOBRE LO ESPERADO EN VENEZUELA.

Por mucho que la prensa, y alguna radio se asombre por el hecho de que Maduro -el pajarito de Chávez, ya saben- haya vuelto a nombrarse ganador de las elecciones en Venezuela.
Ustedes perdonen si son de opinión distinta, pero creo que el pucherazo era más que evidente. Lo que me extraña a mi es la extrañeza de los que se dicen periodistas, de los que se dicen expertos, de los que se atreven a sentar cátedra en los micrófonos. 
Porque hay que ser muy tonto -o muy sinvergüenza- para creer que de una dictadura comunista -menos mal que estos gilipollas aún no han dicho que Madura es fascista- se sale con unas elecciones siempre amañadas.
De las dictaduras comunistas, ultraizquiedistas, rojas -Zapatero dixit- no se sale con votos. De las dictaduras izquierdistas como Venezuela, o como España, sólo se sale con botas.

sábado, 27 de julio de 2024

SOBRE LA AUSENTE GALLARDÍA OLÍMPICA.

No vi ayer la mascarada de apertura de los juegos olímpicos mas que a saltos. No vi, por tanto -en uno de esos saltos-, el paseíllo de la delegación española.

Hoy me encuentro la foto, en la que -bajo la bandera actual de España, que no lleva el escudo que a mi me gustaría, pero que sigue siendo la bandera de España- figura la palabra Spain.

Y miren, podría incluso entender que hubieran escrito Espagne, en el idioma del país donde se celebraba la ceremonia y se celebrarán las pruebas. Pero ¿Spain

Y esto, evidentemente, sin que ninguno de los, las y les participantos se negara a subir a ese barco, se negara a desfilar -más bien hacer el canelo- bajo ese cartel anglófono. Sin que ninguna autoridad española dijera que ya podían ir haciendo otro cartel y metiéndose ese por el camino recto, y menos aún retirando la participación española en el acto. Y, si me apuran, en los juegos.

Hoy, nada más ver esa foto en la prensa, me ha venido el recuerdo de una tarde en la que don Manuel Rodríguez, viendo en la plaza de toros de Méjico la bandera de la Segunda República, se negó a hacer el paseíllo hasta que la sustituyeran por la de España. La España por la que él combatió, voluntario de primera hora en su Córdoba natal.

Es el primer español, desde Cortés, que no ha hecho el ridículo en Méjico -dijo en aquella ocasión un hombre enemigo, Prieto, que estaba allí.

Otros tiempos, otros hombres. Y -a mi modo de ver- mejores.


lunes, 15 de julio de 2024

SOBRE CELEBRACIONES Y RECUERDOS.

Estamos celebrando triunfos deportivos -impresionante Alcaraz en Winbledon, cumplidora selección de fútbol en Berlín- que, al menos por un rato, han hecho olvidar a la prensa de derechas sus consignas contra VOX. 

Dicen que nos sentimos felices por estos triunfos deportivos. Dicen que esta actual Selección de fútbol nos ilusiona. Yo me quedo en opinar -desde mi confeso desconocimiento- que el juego de la Selección Española de fútbol se ha parecido, por momentos, al del Real Madrid. Lo cual está muy bien, qué duda cabe.

Pero hoy -que el fútbol o el tenis parecen no ser ya el opio del pueblo que eran cuando el franquismo atroz- a mi lo que me importa es el recuerdo de mi camarada Arturo.

No estoy ahora mismo en condiciones para escribir algo digno de ti, Arturo. Este año, amigo, camarada, sólo puedo ofrecerte mi recuerdo y mi ¡Presente!

Y, por si aún hay alguien que venga por este diario, lo que escribí hace unos años para ti.


Mi camarada Arturo. 

15 de julio de 2020.


Mi camarada Arturo es, por si alguien no lo sabe, Arturo Robsy, que está en los luceros.

Recuerdo -creo que lo dije el año pasado- cómo nos conocimos -por desgracia, sólo epistolarmente-; cómo puso a disposición de Juntas Españolas y de EJE, nuestra publicación, los recursos que atesoraba en su BBS, cómo luego nos reencontramos al cabo de los años a través de otro camarada en esta Internet que nos acerca y separa de nuestros semejantes y cómo, en fin, fue maestro, amigo y, sobre todo, fundamentalmente, camarada.

Desde que se nos fue con los mejores quiero rendirle el mínimo homenaje del recuerdo escrito cada año. Y este, por si no lo conocieron ustedes, deseo decirles quien fue Arturo Robsy.

Arturo fue -eso se sobreentiende con lo que va dicho- falangista. Fue hombre de una cultura enorme y de una tremenda sabiduría -que son cosas que no siempre van de la mano-, sin envanecerse de ello, sembrando la semilla del conocimiento en cuantas mentes quisieron recibirla. A veces las mentes no eran tierra fértil, sino estéril roca de estereotipos y complejos, y entonces trataba de desasnar burros con el humor inteligente, la ironía fina como navaja de barbero o -si era menester- como navaja cabritera. Ciertamente, nunca le faltó trabajo, porque los cabritos abundan y él los venteaba a distancia.

Fue Arturo hombre de buen humor, como toda persona inteligente. Como aquellos paladines que retrata Rafael García Serrano, guardaba una seriedad absoluta para el rito propio, y una benevolente  actitud, casi la ternura de quien ve un cachorrillo dar sus primeros pasos, por los tópicos ajenos: esos que llenan la boca -y generalmente la cartera- de quien los promulga, pero luego practica algo diametralmente opuesto. Me imagino, por ejemplo, lo que hubiera escrito sobre don Pablo Iglesias y su casita serrana, y me desjarreto de risa; lo que hubiera dicho de don Pedro Sánchez y su gorrilla tendida en busca de compañeros de viaje, y se me alegran las pajarillas. 

No alcanzó a ver este esperpento, estas caricaturas de gobernantes, esta zahúrda de farsantes; pero si vio, y conoció, y definió, a sus antecesores, y sobre ellos escribió mucho y bien. Generoso como sólo puede serlo un señor, un hidalgo español, dejó su obra abierta a quien la quisiera leer, y quien quiera la puede encontrar en esta dirección:

https://www.textos.info/arturo-robsy

Me imagino, también, lo que hubiera comentado de esta España mortuoria y alegre sin consciencia; de esta España incapaz de contar los muertos, acaso más por incapacidad que por falseamiento; más por el desbarajuste como sistema de supervivencia política de los inútiles que por decisión voluntaria. Habría tronado con las mejores galas de una inteligencia superior, porque para Arturo -como para mi, como para todas las personas decentes- los muertos eran exigencia permanente y referencia fundamental, hayan caído por un virus ayudado por la ineptitud o por bala roja ayudada por los traidores.

Por eso, Arturo, somos muchos los que te tenemos como referencia de amistad y camaradería. Tu nos enseñaste con tu sabiduría y -lo que vale aún más- con tu ejemplo. Y te echamos mucho de menos, coño.


viernes, 12 de julio de 2024

SOBRE LO INCREÍBLE.

Y que lo califique de increíble, cuando en España la incredibilidad ha alcanzado cotas altísimas, creo que significa algo. Pero vayamos por partes.

Los que se tienen por periodistas -y algunos tertulianos (políticos echados a patadas de sus partidos) a los que la emisora de los obispos les hace el favor de darles una ayudita para que sigan comiendo, sin echar mucho de menos las mariscadas y, acaso, los lupanares- no dejan hoy de acusar a VOX de todo lo imaginable por haber roto sus acuerdos de Gobierno con el PP en varias comunidades autónomas.

Todo lo achacan a electoralismo, a extremismo, a cualquier cosa que se les ocurra a los amarillistas de derechas de toda su puta vida. Y se congratulan porque, con esta ruptura, el PP "se quita peso", se libera del mal en estado puro que -para los amarillos indecentes- representa VOX, esa malísima ultraderecha, ese populismo nefasto, ese lo que se le ocurra al cuatezón de turno en el micrófono desde el que la COPE defiende el aborto, por ejemplo.

Y eso es lo increíble que les comentaba al principio: que los amarillistas de derechas, que la emisora de los Obispos, haya mostrado la patita debajo de la piel de cordero; que deje ver, tan a las claras, que les escandaliza que un partido político cumpla los compromisos con los millones de votantes que les eligieron; que les sienta fatal que un partido político deje al PP de sus amores con el culo al aire, porque mientras los peperos nunca cumplen, hay quien si lo hace o, por lo menos, lo intenta; porque hay un partido que prefiere mantener sus compromisos a sentarse en una poltrona. Y eso es algo muy malo para ellos.

¡Hay que ver cómo se pone, cómo se altera la prensa del sistema cuando un partido cumple sus promesas electorales!



jueves, 11 de julio de 2024

SOBRE BARCOS, HONRA Y UN IMBÉCIL.


España prefiere honra sin barcos que barcos sin honra
es una frase más que conocida del Almirante Don Casto Méndez Núñez, y sólo un iletrado puede ignorar lo que significa. Bueno, también puede ignorarlo quien no sepa lo que es un barco. O lo que es el honor.
Ayer por la tarde, en la cadena COPE, el presunto periodista Fernando de Haro intentó hacerse el gracioso comentando las declaraciones del Vicepresidente de la Junta de Castilla y León, Juan García-Gallardo, que afirmó: Entre el honor y los barcos, escogemos el honor.
Don Fernando de Haro es un ser balbuciente, al cual da una mezcla de grima y pena escuchar. Pero es un fiel pepero y un ocultón enemigo de VOX. Desde hace ya mucho tiempo no hay elección a la vista ante la que no alegue que no se divida la derecha y que se vote al PP.
Y ayer se permitió hacer el chiste preguntándose de qué barcos hablaba Juan García-Gallardo, si Castilla y León no tiene mar. Muy gracioso. 
O muy imbécil. O muy iletrado. O muy sinvergüenza. Porque un periodista debe saber un mínimo de Historia y debe conocer un mínimo de figuras literarias y retóricas, y sólo desde la mala voluntad se puede preguntar qué barcos y qué honra cuando se emplea una metáfora que sólo para idiotas requiere explicación.
Pues mire, señor de Haro, está muy claro a que barcos se refería el Vicepresidente Juan García-Gallardo: se refería a que, dado que el PP vuelve a traicionar los acuerdos firmados con VOX, el PP se puede meter la Vicepresidencia de Castilla y León por donde le plazca porque VOX prefiere la honra.
¿Qué honra? - se preguntaba también el mostrenco -2ª acepción- diciendo que no había honra en abandonar niños.
No hay honra en abandonar niños, efectivamente. Y menos aún en llamarlos, en animarlos a que vengan ilegalmente, sabiendo que luego -en cuanto cumplan la edad reglamentaria- van a acabar abandonados en la calle, sin papeles, sin trabajo, sin techo. En El Debate de ayer lo tiene, y el periódico es de su propia empresa.
¿Qué honra hay, señor de Haro, en animar a que vengan niños a la futura esclavitud o a la futura delincuencia? Que no es una falsedad, que no es un invento de la ultraderecha, que no es populismo; que un inmigrante que no tiene permiso de residencia y permiso de trabajo no puede trabajar, y queda abocado a la mendicidad o a la delincuencia de trabajar ilegalmente. Y eso es lo que hace usted, señor de Haro. 

Por otra parte, si que hay honra en salir de la Junta de Castilla y León si el PP vuelve a traicionar los acuerdos con VOX. Hay la honra de cumplir lo prometido a sus electores. Algo que a usted, y a su siempre defendido PP ni se les ocurre, porque están acostumbrados a mentir, a incumplir promesas, a despreciar la voluntad de los ciudadanos.
Gracias a Dios, su gracieta de adolescente iletrado, señor de Haro, pone a cada cual en su sitio y me da razones para votar a VOX. Porque yo no soy militante de VOX, ni siquiera soy simpatizante muy próximo. Como he escrito muchas veces, lo he votado cuando me ha parecido que era lo menos malo -que no significa ser lo mejor-, pero cada vez que oigo a un necio balbucear en contra de VOX, me dan más razones para votarlo. Aunque solo sea por jorobar.


miércoles, 29 de mayo de 2024

SOBRE EL FANGOSO SÁNCHEZ.

Hoy hemos visto y oído cómo el señor de Begoña Gómez, de soltero Pedro Sánchez, ha lanzado fango a diestra y ultradiestra -lo que los rojos de mierda llaman derecha y ultraderecha, que hay que aclararlo porque son cortitos de entendederas-, en el curso de una sesión parlamentaria donde ha tenido a bien no contestar las preguntas de la oposición. Cosa, por otra parte, perfectamente normal en las dictaduras bananeras, las dictaduras estalinistas y la -como la llama mi camarada Eloy en su Trincherademocaca española.



Evidentemente -como buen rojo mentiroso y tramposo-, dice que es lo que él llama derecha y ultraderecha la que lanza fango sobre su reputación inmaculada. Sabe perfectamente que su señora esposa quizá sea honrada, pero desde luego no lo parece. Eso fue suficiente para que Julio César repudiara a su esposa, pero es que César era eso: un César. Y el señor de Gómez -de soltero Pedro Sánchez-, no es mas que un mindundi, un tahúr, un sinvergüenza y un canalla que desde la tribuna pública miente más que habla.
Y que persiste en la canallada de considerar que todos los españoles que han votado al PP y sobre todo a VOX no son dignos de consideración, no valen nada, no son nadie. Los votantes de VOX, especialmente, deben ser -como dicen en Méjico, al que debemos este término tan clarificador- "ninguneados."
Este Gobierno es libre y ustedes son esclavos con sus pactos con la ultraderecha. Ni mil palabras de fango van a tapar los gobiernos con Vox, ha dicho el señor de Gómez -de soltero Pedro Sánchez. El señor de los arrejuntamientos con la canalla separatista y terrorista; el señor que amnistía criminales con tal de seguir en La Moncloa; con tal de tener a su servicio a todos los canallas de la prensa, y de mandar en los Tribunales de Justicia -que cada vez son menos justos, si es que alguna vez lo fueron en este sistema pútrido-, en la fiscalía, y en todo el aparato del Estado. Ese señor que se permite decir que el PP forma gobiernos de la vergüenza con VOX.
Ese señor de doña Begoña Gómez -de soltero Pedro Sánchez-, que se permite hablar de VOX, un partido  elegido por millones de ciudadanos, como si fuera un mal a erradicar. 
O acaso es que de eso se trata. De ir haciendo al personal a la idea de que hay que eliminar a VOX de la forma en que ya hizo ademán doña Mónica García, y hace sólo unos días otro diputado autonómico de Madrid, un tal Pablo Padilla.
¿Se trata de eso, señor esposo de doña Begoña? ¿Van a quitarse ya la careta y a empezar lo que ustedes saben hacer? ¿Van a empezar ya a asesinar a adversarios políticos como Calvo Sotelo? Ni se imaginan la ilusión que me hace que se quiten la careta de una vez y den su cara auténtica de asesinos, de ladrones, de dictadorzuelos estalinistas. 
Lo digo por ir sacando el chopo.
Y a quien Dios se la dé, San Pedro se la bendiga.



miércoles, 8 de mayo de 2024

SOBRE EL COMUNISMO PROPALESTINO.

No quería meterme en este charco, porque conozco las querencias antijudías de muchos de mis posibles lectores.

Digo antijudías, no antisemitas, porque -como me ilustró mi camarada Arturo Robsy, conocedor de historias y hasta de idiomas para mí imposibles- tan semitas de origen son los judíos como los palestinos.



Aclarado  esto,  paso  a  lo  que  me  importa  hoy  comentar:  la  acampada  de  gentes  que -supongo- han pagado una matrícula -estudiar, a la vista está que no- en la Universidad Complutense de Madrid, y otros que cobran por pasearse -enseñar, también está a la vista que no- por las aulas. Gentes -presuntos estudiantes y presuntos profesores- que mantienen una acampada indefinida para mostrar su apoyo al pueblo de Palestina y exigir el fin del conflicto en Gaza, indica El Debate.

Cito a este periódico porque suyos son los periodistas que han sido expulsados de la acampada, al grito de «fuera fascistas de la Universidad,» y de que «la extrema derecha abandone el espacio».

No serán estudiantes de Física, me permito aventurar, porque en tal caso sabrían que el espacio no se puede abandonar. Tampoco el tiempo, porque ambas magnitudes definen nuestra existencia y, la verdad, me parece una forma muy rebuscada para indicar a los aludidos que se mueran. Hace falta algo más de inteligencia para un juego de ideas así, y estos son de piñón fijo, de los que -decía Longanessi- no tienen ideas, sino antipatías. Y además, aunque sigan dentro del tiempo, están anclados a los años fastuosos del estalinismo rampante, lo cual les inhabilita para cualquier humorismo.

En fin, a lo que voy: los propalestinos son antifascistas, ergo comunistas. Lo cual me justifica sobradamente para mantener mi postura de siempre sobre Israel, el Estado que nos está salvando el trasero de la invasión musulmana, por más que los imbéciles políticos -y los religiosos- procuren abrir las puertas a todos los que un día u otro nos acabarán acogotando. Merecidamente, además. Por tontos.

Pero de momento, ahí sigue Israel; el único Estado del mundo que se pasa por el arco del triunfo la opinión de los manifestantes comunistas, de los profesores de estalinismo dictatorial, de los mamarrachos al estilo de un tal señor esposo de doña Begoña, y hace lo que tiene que hacer para defender su territorio, su existencia y su esencia.


viernes, 3 de mayo de 2024

SOBRE EL CABESTRO.

Dice la prensa que el ministro -con minúsculas, no es errata- Urtasun, que lo es de cultura -minusculísima- va a eliminar el Premio Nacional de Tauromaquia, porque al minúsculo ministro la Tauromaquia le parece una «actividad injusta, sádica y despreciable, que nada tiene que ver con la cultura.»



Por supuesto, la Tauromaquia no tiene nada que ver con la minúscula cultura del señor Urtasun. La Tauromaquia no trata de llevarse a un toro a dar un paseo sujeto con una correíta, ni de comprarle abriguitos o chubasqueros para el invierno. La Tauromaquia consiste en tratar al toro como el toro bravo merece: con respeto.

A mí, que no soy ministro -¡Dios me libre!-, ni soy nada culto al estilo del minúsculo señor Urtasun, me parece que lo injusto, sádico y despreciable es extinguir una especie. Y el toro -el toro bravo; el buey es otra cosa- no tiene más razón de ser que la plaza, la lidia y la muerte. Nadie va a criar toros bravos por el gusto de verlos en la dehesa, así es que si no fuera por la lidia el toro bravo desaparecería. Como mucho, quedarán unas decenas de toros, metidos en zoológicos -más o menos extensos, pero zoológicos- languideciendo sin fin hasta la muerte. 

Quizá es que al señor Urtasun, como a todos los suyos, le gusta meter incluso a los animales entre cuatro paredes, tenerlos contados, hacerles comer de su mano -o mejor, de su abrevadero, no vayamos a liarla- y disponer de sus vidas para protegerlos. Y para esclavizarlos.

Es una «actividad injusta, sádica y despreciable» condenar al toro bravo a la extinción o a una vida que no es la suya, la vida a que tiene derecho. 

Pero esto es lo que suele ocurrir cuando se quiere poner en la piel de un toro el que no pasará jamás de ser un cabestro.


domingo, 28 de abril de 2024

SOBRE LOS HIDEPUTAS.

Que sí, que ya se que así dicho no hay forma de saber a quien me refiero, porque hay muchos.

Pero hoy me refiero a los hideputas de la puta derecha de mierda.

En una información de El Debate me entero de que el mamarracho de Nuñez Feijóo ha proclamado: «Estamos ante un tic autoritario que desde Franco nunca lo habíamos visto.»

A esa información me he permitido comentar en dicho periódico lo que sigue:

"Por pura casualidad -en nada relacionada, probablemente, con la valiente lucha antifranquista del señor Feijoo- recuerdo unos versos de D. Pedro Muñoz Seca en "la venganza de don Mendo:"

"Es la triste condición
de aquél que nace cabrito,
que o muere de chiquitito
o acaba siendo... un cabrón"

Comentario que, por supuesto, ha sido censurado, por lo que lo publico aquí, en mi diario, donde aún se cumple la Constitución aunque no se comparta ni se respete.

Luego me da por poner la radio, y me encuentro a la señora López Schlichting, que también lucha valientemente contra Franco y recuerda las manifestaciones de la Plaza de Oriente para compararlo con los cuatro cabrones rojos de mierda que llevaron en autobús a Ferraz los sociatas.

En fin, a esta gentuza ya la definió nuestro padre Cervantes con certero calificativo.


sábado, 27 de abril de 2024

SOBRE PERICO EL DESFALLECIDO.

Perico, que es D. Pedro Sánchez para sus amigos. Bueno, para sus amigos y, sobre todo, sus clientes, dicho sea en el sentido que los romanos daban al término.
Perico Sánchez, el presidente del gobierno -ambos en minúscula- que desfallece de amor por su señora esposa hasta el punto de que se retira a sus aposentos moncloacos pensando si mantenerse en el poder vale la pena, habida cuenta de que la susodicha ha sido acusada de facilitar negocios a sus amiguetes a cuenta de los Presupuestos Generales del Estado.
Hombre, don Pedro: si no quería usted que su señora esposa estuviera expuesta a la fiscalización pública, lo primero que tenía que hacer es no buscarle puestecillos universitarios inmerecidos; esto es: no enchufarla.


Lo segundo, no haber permitido que las recomendaciones de su señora esposa fueran mérito sustancial a valorar por sus ministros a la hora de adjudicaciones públicas.
Todo ello, Periquito, está escrito en la prensa y está publicados documentos que parece verdaderos. Y que, en caso de no serlo, usted y sus ministros y sus jueces y sus fiscales ya habrían denunciado, de forma que asumo que los documentos publicados por El Debate, que demuestran que ciertos contratos fueron adjudicados a empresas que no cumplían las condiciones establecidas pero que, eso sí, tenían recomendación de doña Begoña Gómez, son ciertos.
En El Debate de hoy se citan las múltiples defensas y variadas gilipolleces que expelen los socialistas y sus periodistas comprados, y los entrecomillados que siguen pertenecen a dicho periódico.
Por ejemplo, el de una diputada llamada Marta Trenzano -a la cual probablemente conocerán en su casa- que dice: 
«La derecha política, mediática y sociológica tiene una maquinaria que siempre pone en marcha cuando no gobierna. Han acusado al presidente de ilegítimo y a su esposa y su familia de mil barbaridades. Haciendo eso, demuestan que no son demócratas, que no creen en la democrácia (sic). Políticamente la democracia se fundamenta en aceptar estar en la oposición cuando te toca y ellos tienen un sentido patrimonialista del Estado por el cual el poder les pertenece y, si no lo tienen, que salte todo por los aires».
No soy de derechas, doña Marta, pero quizá debería usted tener en cuenta quien -qué persona, qué partido- tuvo como argumento principal en las últimas elecciones eso de que había que impedir que gobernara la derecha. También le convendría darle una vueltecita a lo del sentido patrimonialista del Estado, cuando su amado Perico usa el Falcon hasta para ir al lavabo, y acompañado de sus amistades; lo mismo para ir a conciertos que para pasar unos días en las propiedades del Patrimonio del Estado que son exactamente igual de propiedad de don Pedro Sánchez que mías. Y eso de que salte todo por los aires, doña Marta... Decir eso, a un mes del 11-M... 
Por su parte, más de 3.000 periodistas y profesionales de los medios de comunicación han firmado otro «manifiesto» para reprobar el «golpismo judicial y mediático» que está sufriendo Begoña Gómez." (...) y que "«el ataque de la ultraderecha mediática y judicial contra la esposa del presidente del Gobierno es un nuevo intento de subvertir la voluntad popular expresada en las urnas mediante medios ilícitos.»
Ignorantes como buenos periodistas rojos, mezclan tonterías con las anteojeras del mandato partidista. Veamos: una persona física no puede sufrir «golpismo judicial y mediático», y puesto que doña Begoña Gómez es una persona física, ustedes -los periodistas firmantes- son gilipollas. Y los que se dejan informar por ustedes –entre otros, Silvia Intxaurrondo, Maruja Torres, Ana Pardo de Vera, Rosa Villacastin y Jesús Maraña–, más gilipollas aún.
Muestra de ello es la perla que sigue: «el ataque de la ultraderecha mediática y judicial contra la esposa del presidente del Gobierno es un nuevo intento de subvertir la voluntad popular expresada en las urnas mediante medios ilícitos.»
De entrada, no se sabe si es que los periodistas de marras no saben escribir -nada extraño, por otra parte- o que piensan que la voluntad popular  fue expresada en las urnas mediante medios ilícitos. Porque para querer decir que se intenta subvertir por medios ilícitos la voluntad popular, les falta una coma. Exactamente entre urnas y mediante. De nada, iletrados.
Y eso por lo que respecta a la forma, que en un periodista debe cuidarse algo, digo yo. Por lo que respecta al fondo, meten la pata hasta más arriba del corvejón, porque la voluntad popular expresada en las urnas dio como ganador al PP. Otra cosa es que luego la mayoría de los perdedores se hayan puesto de acuerdo para pervertir la democracia, cosa que -no lo niego- es legal, pero no demasiado acorde con esa voluntad popular.
Pero lo que alcanza cotas dignas de función circense es lo de Patxi López. Pachi Nadie, por otro nombre; el Pachi Nadie del que la madre del asesinado Pagazaurtundúa dijo que haría cosas que le helarían la sangre. Este Pachi Nadie que ha acusado al PP de «falta de humanidad enorme» y de un «corazón de piedra» por criticar a Sánchez.
Bueno, Paquito; el PP ya te dirá lo que tenga que decirte, que eso a mi ni me va ni me viene. Pero la oposición -en los sistemas de democracia liberal- está para criticar lo que le parezca mal de lo que hace el Presidente. Por ejemplo, colocar a su mujer en un puesto para el que no tiene cualificación, y admitir sus recomendaciones a la hora de otorgar contratos públicos, con ese dinero que -por mucho que doña Carmen Calvo dijese que no es de nadie- es de todos los que pagamos impuestos. Incluidos los votantes socialistas, tan contentos de poner la cama además de lo otro.
Por otra parte, Paquito Nadie, si «en la decisión del presidente hay una reflexión política, pero también hay mucho amor», a mi me parece que las cosas íntimas no son para hacer campaña política. Pero es que yo soy un machista que no ve bien eso de utilizar a la esposa para hacerse publicidad.
Y para finalizar: Asimismo, Víctor Camino, diputado del PSOE por Valencia y secretario general de Juventudes Socialistas de España, ha expresado que el PP y la derecha ha sacado «toda su maquinaria de fango para acabar con la salud mental de todos los progresistas».
Pues bien, don Víctor: creo que usted -aunque evidentemente sin pretenderlo- da en el clavo: acostumbrados a sacar la «maquinaria de fango» para -por ejemplo- seguir acusando al hermano de la señora Díaz Ayuso después de que los tribunales no han encontrado delito en su actividad, a ustedes les han saltado los fusibles al comprobar que a sus paniaguados también les sacan los colores, y también los investigan los jueces. Eso, claro, hace que a los progresistas se les haya desmejorado la salud mental. ¡Ahí es nada, tratarlos a ellos como a cualquier otro ciudadano sujeto a la Ley!


miércoles, 24 de abril de 2024

SOBRE INVITACIONES.

Recibo con cierta frecuencia -en ese invento absurdo y ridículo que es Facebook; invento que nos separa de nuestros semejantes más que nos une- invitaciones a unirme a tal o cual grupo, generalmente vinculado a VOX.

Respetando a quienes me invitan -y agradeciéndoles el interés-, quiero dejar las cosas claras por si alguna vez hubo duda en mi pensamiento.

Es cierto que he votado a VOX en algunas ocasiones; tres o cuatro si mal no recuerdo. Es cierto que en todas esas ocasiones lo he dicho, lo he escrito y lo he publicado, mas que nada porque sé que jode. También es cierto que siempre he dicho -ateniéndome a la recomendación joseantoniana para las elecciones de 1933- que VOX me parecía lo menos malo,  y en esa condición lo votaba. La satisfacción de fastidiar a los rojiprogres y a los tontiprogres -esto es: PSOE y PP- ya me valía el esfuerzo.

Pero, -lo repito- quiero dejar las cosas claras. No soy militante de VOX, ni siquiera simpatizante. No he asistido a ningún acto de VOX, ni tengo intención de hacerlo. Me parece que su programa para las citas electorales en las que lo he votado eran lo suficientemente compatibles con mis ideas, dentro de lo que su adhesión a este sistema permite, como para ir a votar. Y para nada más.

No puedo ser militante de VOX, ni simpatizante, ni unirme a ningún grupo de apoyo a VOX, por la sencilla razón de que soy Nacionalsindicalista.

Esto, para modernos, progres y peperos en general, que no sabrán qué es, quiere decir que soy falangista aunque -me apresuro a avisarlo- no pertenezco a ningún grupo falangista. Soy nacionalsindicalista -o joseantoniano, si así me entienden mejor- por libre. Y lo soy por la sencilla razón de que no reúno las condiciones que los grupos falangistas suelen exigir a la hora de combatir al Excelentísimo Señor D. Francisco Franco Bahamonde, así como por otras cuantas razones que me han ido dando a lo largo del tiempo.

Este es, también, el motivo de que no me defina simple y llanamente como falangista sin más. No tengo ganas de que ningún purista me venga diciendo que no puedo ser falangista si no coincido con su pensamiento particular sobre el Régimen de Franco, sobre su obra y sobre su recuerdo.

Quede, por tanto, claro: no apoyo a VOX más allá de un momento concreto. Soy Nacionalsindicalista porque creo en lo que dijo José Antonio; porque me da la gana, y porque puedo. Ser Nacionalsindicalista  -adviértese- no es algo al alcance de cualquiera, como tampoco está al alcance de cualquiera ser católico, por ejemplo.

No me llamo falangista porque no milito en ninguna Falange, y así nadie me tiene que echar por no cumplir sus estándares de antifranquismo o de connivencia con el rojerío. 

Así es que -sin sentirlo nada, pero agradeciendo el interés- comunico que no me voy a adherir a ningún grupo feisbuquero de apoyo a ningún partido político del sistema.


martes, 23 de abril de 2024

SOBRE LA CASILLA DE LA IGLESIA, OTRA VEZ.

Decía hace unos días, a cuento de que Facebook me avisaba de que tenía un recuerdo, el cual resultaba ser el de un artículo que escribí años antes sobre marcar la famosa casilla de la declaración de la renta que destina cuartos a la Iglesia Católica, que todo lo que escribí hace años seguía vigente y, por tanto, continuaba mi negativa a sufragar a la institución eclesiástica.

Hoy me encuentro con una noticia que recoge infovaticana.com, que se refiere a un comunicado de la archidiócesis de Tarragona justificando la presencia del vicario general Joan Águila en un acto republicano y comunista. El comunicado dice -copio el entrecomillado-: 

«La Iglesia de Tarragona, a través del Vicario General del Arzobispado, ha pedido perdón por el papel de la Iglesia en el franquismo, mostrando especialmente la proximidad a las víctimas y recordando que, al hablar de Memoria Histórica, se las incluye a todas y supone la voluntad de curar heridas, reconociendo el sufrimiento de tantas personas afectadas». 

Y sigue: «la historia del siglo pasado muestra que la Iglesia Católica sufrió persecuciones, juicios arbitrarios y asesinatos (...) por considerar que eran partidarios de los sollevados».

Y aún más: «con la quema de iglesias, monasterios y conventos, el patrimonio cultural e histórico de la Iglesia se vio gravemente afectado, con pérdidas irreparables» (...) «esta represión fue ejercida por grupos llamados comités, miembros de partidos y sindicatos radicales (sin especificar ninguna sigla), que aparentemente no dependían de las autoridades republicanas y actuaban al margen de toda ley».

Vamos, que según la archidiócesis de Tarragona, los que fueron asesinados lo fueron por provocar, porque qué es eso de ser católico y de derechas, y que bien asesinados estaban porque se podía deducir que eran partidarios de los sublevados. Y las iglesias, monasterios, conventos -y los colegios que desasnaron a tanto futuro rojo de mierda, y las bibliotecas y los museos-, fueron quemadas por particulares, nada que ver con el Gobierno, ni con los partidos de izquierdas, que ya sabemos que eran todos ellos beatíficos, unos auténticos hermanitos de la caridad y de los tiros a la barriga.

Por lo tanto, archidiócesis de Tarragona considera que pedir perdón a los republicanos, comunistas y otros izquierdistas -o sea, a los hijos de puta rojos de toda la vida- es «una cuestión de justicia, que ayudará a la Iglesia católica a recuperar su dignidad y que, sin duda, le acercará más al Evangelio».

Perfecto. La culpa de todo la tuvieron los que no se dejaron matar y se sublevaron, y los que se dejaron matar sin resistencia y dejaron mal a los comités radicales.

Más claro el agua. El agua de borrajas. O el agua de fuego, que deben haberse pimplado a conciencia.

Más clara, la vergüenza ajena que siente cualquier persona decente ante estos pastores traidores, que confraternizan con el enemigo que asesinó a sus antecesores; más clara, la náusea ante estos curas que venden a los que murieron por no renegar de Cristo; ante estos obispos canallescos, que callan como putas y asienten a toda bellaquería.

Más clara, la ocasión de ese cura Paco, que seguirá perdiendo excelentes ocasiones de disciplinar a los bellacos que traicionan, no ya a su Patria, que se da por hecho, sino a su Dios.

Y yo sigo siendo católico, apostólico y español. Porque me da la gana, no porque la institución eclesial me merezca el menor respeto. Sigo siendo católico, apostólico y español, y no caigo en la estupidez de las iglesias nacionales, pero al Obispo de Roma, traidor a España -que es la pieza fundamental de la Cristiandad- y traidor a Cristo, que le vayan dando.



viernes, 12 de abril de 2024

SOBRE LA CASILLA DE LA IGLESIA.

Hoy me dice Facebook que tengo recuerdos. Y resulta que los recuerdos son de cierto artículo que escribí hace unos cinco años, a propósito del anual asalto que sufrimos a manos de esa Hacienda que somos todos, pero unos más que otros.

Leo lo escrito antaño, y compruebo que nada hay hogaño que me permita cambiar de opinión. Que la casilla de la Iglesia, por lo que a mi respecta, va a seguir vacía. También, aclaro, la de "otros fines sociales" o algo así. 

Se que eso no me evita el expolio; que dejar de marcar las casillas no hace que me cueste menos el robo. Se que de esa forma, será el Gobierno el que dedique mis cuartos a lo que le salga de las narices a los sinvergüenzas que lo forman. 

Pero a mi conciencia le vale con saber que si no marco ninguna casilla no me hago cómplice del destino de esos cuartos que me roban anualmente. Que lo gasten en lo que quieran, que se lo metan donde les quepa; pero no seré yo quien firme ni las subvenciones a los obispos traidores y a los curas que sufragan viajes a los familiares de etarras, ni el que indique que mi dinero se utilice para promover el aborto y beneficiar a Oenegés trinconas.

Ahí les dejo, por si gustan leerlo, lo que pensaba hace esos cinco años:


jueves, 4 de abril de 2019

SOBRE LA CASILLA DE LA IGLESIA.

Como todos ustedes saben, ya estamos metidos en época de confiscación de la renta. Llega el momento en que el Gobierno nos saca los cuartos para dilapilarlos en sueldos para los suyos, en dádivas compravotos para los suyos, en proyectos faraónicos e inútiles para que trinquen sus empresas protegidas o subvencionadoras que -llegado el caso- darán puestos en consejos de administración a los suyos. A los de cada partido, porque esto no es cosa de unos, sino de todos.

Dando esto por sabido, y sentado el principio de que al votante no le importa que le saquen los higadillos siempre que lo hagan los suyos, parece que lo importante no es crear empleo y facilitar y proteger la vida y los derechos de los ciudadanos, sino la memez histórica y la exhumación de Franco.

Y también damos por sabido que en esta época nos van a pedir que marquemos la casilla de la Iglesia Católica en nuestra declaración de la renta. No dejan de repetirlo así desde los medios de comunicación vinculados a la Iglesia: desde esa cadena COPE que pertenece a la Conferencia Episcopal Española.

Esa misma cadena que, un día si y otro también, no deja de lanzar diatribas contra Franco; que no deja -por boca de cualquiera de sus estrellitas- de hablar de la feroz dictadura, de los represaliados, de los exiliados del franquismo; no deja de calumniar a Francisco Franco y a los millones de españoles que lo siguieron para hacer una España que -43 años después- aún puede pagar sinvergüenzas con la herencia recibida.

Esa misma Conferencia Episcopal que ha intentado guardar bien sus ropas en el asunto de la venganza exhumatoria. Que ha dicho que no era asunto suyo que se desenterrara a Franco del Valle de los Caídos, ni dónde se le fuera a enterrar de nuevo. Que eso era cosa del Gobierno y de la familia.

Desde que empecé a presentar la declaración de la renta he marcado siempre la casilla de la Iglesia. Porque soy católico, y por tocar las narices, que también es un motivo. Menos este año. 

Este año, no. Que a los Obispos cobardes los subvencione el socialismo y el comunismo con los que se quieren congraciar al precio de la traición. Que a los curas rojos los mantengan sus amos. Que a la institución eclesiástica que abandona a sus hijos y se morrea con los asesinos de sus hermanos en el sacerdocio, la ayude el estalinismo de Sánchez. Que a las emisoras de radio que mienten por sistema para no hacerse antipáticos a sus amos políticos, las sufrague su abuela.

Este año, no. Este año, que la Conferencia Episcopal Española no cuente con mi marca en la casilla de la Iglesia. Este año, no voy a seguir siendo cómplice de los mentirosos, de los traidores, de los chalanes y mercachifles que trapichean con la fe, se refocilan en la iniquidad y se deshonran en la condescendencia, que no es misericordiosa, sino culpable.

Y en lo que valga mi consejo, ahí queda para quien quiera usarlo. Este año, NO. Y a los traidores que los mantengan los socialistas a los que tanto quieren agradar. 


miércoles, 13 de marzo de 2024

SOBRE LA PASIONARITA.

Dice El Debate, con vídeo demostrativo, que la vicepresidenta primera y ministra de Hacienda mandó callar a los diputados del PP, los señaló y les amenazó con un enigmático «cuidao» (sic), mientras Pedro Sánchez exigía a Alberto Núñez Feijóo que pidiera a Isabel Díaz Ayuso su dimisión.


Esto, cuando al señor Sánchez le pedían cuentas de los tejemanejes de su ex ministro y paniaguado Ábalos, y de los tejemanejes del amigo de ex ministro, el individuo inútilmente llamado Luis, que se modernizó y actualizó a la gilipollez como Koldo.

El señor Sánchez, evidentemente, no va a responder nada sobre los tejemanejes, las mordidas, las corruptelas y mamandurrias varias de su partido, tan proclive al robo descarado, preferentemente a los más pobres y los más desvalidos. 

Los socialistas no se lo creerán, porque para ellos lo que robe su amo bien robado está. Tengo un vecino que afirma que el es socialista, y que votará socialista aunque se muera de hambre, lo cual cada día está más cerca, y sólo siento que probablemente él no tenga tiempo de morirse de hambre, porque la herencia de Franco todavía llega al día de hoy, pero acaso el hambre alcance a sus nietos.

Los moderados de centro, izquierda, derecha, emisora de los Obispos y demás imbéciles, tampoco creerán que los socialistas acostumbren a robar a los más pobres y los más desvalidos, porque ellos, a fuerza de cogerse las vergüenzas con papel de fumar, deben tenerlas ya consumiditas.

Pero si; los socialistas roban a los más pobres -los parados de Andalucía-, a los más desvalidos -los enfermos de covid- a los mas indefensos -los sanitarios de la pandemia-, y lo hacen a cuatro manos, e incluso a seis si se les deja ocasión.

Y no son, como dicen los periodistas palmeros que se trabajan las emisoras contrarias -el presunto periodista Carmelo Encinas en la COPE, por ejemplo- unos cuantos sinvergüenzas del partido; es el partido entero, y todos los que lo votan y lo han votado; todos los que aplauden que su amo robe a mansalva, aunque los gilipollas se mueran de hambre viendo cómo los amiguetes del amo disfrutan de  viajes en Falcon, de mariscadas y de putas. Es curiosa la afición a las marisquerías y a las casas de lenocinio de los socialistas, pero están documentadas en prensa y sumarios.

De la misma forma que no pierden ocasión de amenazar, de impedir que los demás hablen, de someter por la subvención o por la fuerza a la prensa que aún no inclina del todo la cerviz ni dobla totalmente el espinazo, de negarle el turno de preguntas en las ruedas de prensa a los no paniaguados del sistema corrupto del socialismo.

Así, no me extraña lo más mínimo que doña María Jesús Montero señalara con el dedo mandando callar y amenazando -cuidao- a los adversarios en mitad del Parlamento. 

Ni para eso son originales estos rojos de hoy. Dolores Ibárruri lo hizo mejor: este hombre ha hablado aquí por última vez, le dijo a don José Calvo Sotelo en sesión parlamentaria. Y así lo hizo. 

Luego vino lo que todos sabemos; sobre todo ellos, que aún intentan ganar aquella guerra.  


miércoles, 6 de marzo de 2024

SOBRE LA RIDICULEZ.

Que hay muchas, muy variadas y, generalmente, merecedoras del mayor desprecio sin más esfuerzo.

Así, veo en el diario 20 Minutos de hoy el siguiente anuncio:



Y digo yo que, puestos a usar otros idiomas en la edición española de un periódico, 

Stultum est tibi aliquid dare monstrare quod homines non intelligunt.

sábado, 17 de febrero de 2024

SOBRE CÓMO HACER FRENTE A LOS NARCOS.

Publica hoy El Debate una entrevista a doña Carmen Villanueva, Secretaria General de la Asociación Unificada de Guardias Civiles en Cádiz, sobre la situación de la lucha contra el narcotráfico en esa provincia.

Es interesante cuanto expone, y coloca las cosas en su sitio. Quien guste, podrá leerlo siguiendo el enlace.
Pero hay, sobre todo, una afirmación que deja claro el asunto:

–¿Cómo son estas bandas de narcotraficantes? ¿Me podría hacer un retrato de a lo que se enfrentan diariamente?
–Son gente que está muy organizada jerárquicamente. Sus presupuestos son ilimitados, o sea, disponen de unos medios tecnológicos que están a años luz de lo nuestros, y no tienen ningún tipo de aprecio por la vida humana, como se pudo ver el otro día en Barbate. Son como un ejército.

¿Está claro? Son como un ejército.
Y entonces uno se acuerda del artículo 8º de la Constitución:

1.  Las Fuerzas Armadas, constituidas por el Ejército de Tierra, la Armada y el Ejército del Aire, tienen como misión garantizar la soberanía e independencia de España, defender su integridad territorial y el ordenamiento constitucional. 

Presuponiendo -acaso con cierto exceso de generosidad- que las leyes prohíben el tráfico de drogas y que las leyes forman parte del ordenamiento constitucional, es fácil concluir que -habida cuenta de que la reparación de unas lanchas tarda meses- tal vez no sea momento para ponerse a meditar pausadamente si establecemos operativos, si sacamos concursos para suministro de material, o si trasladamos recursos de otro sitio que también los necesite.
Acaso sea el momento de combatir a un ejército con el Ejército.
Pero no creo que se vaya a hacer. Y no por impedimento legal, ni por respeto a unos presuntos derechos, sino porque entonces... igual nos damos cuenta de que tampoco tenemos Ejército.

jueves, 8 de febrero de 2024

SOBRE LA VERGÜENZA AJENA.

Así dicho -soy consciente-, pocos amigos lectores sabrán a qué me refiero. Por una razón sencilla: que en España llevamos años -décadas- en que cualquier persona decente está permanentemente avergonzada de los politicastros, los periodistillos, los fiscales, jueces y gentes de mal vivir en general que nos asola por nuestros pecados. Los pecados electorales, de elegir canallas cada vez que nos preguntan los amos del cotarro.
Pero en este caso, la vergüenza alcanza cotas aún superiores. Porque los politicastros, periodistuchos, juececines, fiscaloides y demás ralea son, al fin y al cabo, producto nacional, parte de nosotros mismos, de esta España que pare pícaros y canallas y que cuando no hay héroes que los metan en vereda proliferan, medran y mangonean. 
La vergüenza de ahora es mayor, porque comprende la bajeza suprema de llamar al extranjero para que nos pongan en orden la casa que no somos capaces de limpiar nosotros. Cierto que para la limpieza necesaria -diría que urgente- hacen falta herramientas que ninguno de los partidos -tan demócratas, tan tolerantes, tan gilipollas- va a utilizar. Eso quedará para los que vengan después, cuando todo estalle, y quiera Dios permitirme tomar parte o, por lo menos, verlo.
Pero ahora, los políticos del Estado español -porque ninguno lo es de España, y que se salga de la regla el que pueda- reciben a una llamada Comisión de Venecia, que viene de parte del Consejo de Europa, para que nos arregle el asuntejo de la amnistía a los separatistas catalanes.

Y tan contentos, porque incluso hay quien fía a esta visita la intervención europea en nuestros asuntos internos que nos evite la vergüenza de tener un Gobierno cómplice del terrorismo, y culpable de traición. Cosas ambas que ya -por lo menos algunos- llevamos tiempo dando por supuestas, y ahí, justo debajo de la cabecera de este diario, tienen ustedes desde hace bastantes años la sentencia joseantoniana sobre los límites de la negligencia y el principio de la traición.
Tan contentos, porque piensan que esta Comisión de Venecia va a decir por ahí arriba, por Europa, que e España está amenazada la independencia judicial, como si alguna vez los jueces -en bloque, y con las excepciones a que haya lugar- hubieran sido independientes, y como si alguna vez los jueces hubieran siquiera sentido una ligera inquietud por la imparcialidad. Tan contentos, porque la Comisión de Venecia les diga a papá y mamá que los hermanitos menores de este estado ibérico se están portando mal.
Y tan contentos, porque esta llamada al extranjero no es siquiera cosa nueva, sino que ya se va haciendo habitual, y no hace mucho vimos la foto del ministro de Presidencia y Justicia, Félix Bolaños, y el vicesecretario Institucional del PP, Esteban González Pons, negociando ante el atento aburrimiento del comisario europeo Didier Reynders.
Y sin embargo, esto tampoco es novedoso en la Historia de España, porque estos memócratas y estos estalinistas de hogaño son simplemente la escurridura de felones de mayor enjundia.
Porque Sánchez y Feijoo -con sus mariachis de guardia- no hacen sino emular a aquél grandísimo canalla que llamó a Napoleón Bonaparte para que mediara entre su padre Carlos IV y él; el traidor Fernando VII, al que hoy están dejando pequeñito.

Publicidad: