Perico, que es D. Pedro Sánchez para sus amigos. Bueno, para sus amigos y, sobre todo, sus clientes, dicho sea en el sentido que los romanos daban al término.
Perico Sánchez, el presidente del gobierno -ambos en minúscula- que desfallece de amor por su señora esposa hasta el punto de que se retira a sus aposentos moncloacos pensando si mantenerse en el poder vale la pena, habida cuenta de que la susodicha ha sido acusada de facilitar negocios a sus amiguetes a cuenta de los Presupuestos Generales del Estado.
Hombre, don Pedro: si no quería usted que su señora esposa estuviera expuesta a la fiscalización pública, lo primero que tenía que hacer es no buscarle puestecillos universitarios inmerecidos; esto es: no enchufarla.
Lo segundo, no haber permitido que las recomendaciones de su señora esposa fueran mérito sustancial a valorar por sus ministros a la hora de adjudicaciones públicas.
Todo ello, Periquito, está escrito en la prensa y está publicados documentos que parece verdaderos. Y que, en caso de no serlo, usted y sus ministros y sus jueces y sus fiscales ya habrían denunciado, de forma que asumo que los documentos publicados por El Debate, que demuestran que ciertos contratos fueron adjudicados a empresas que no cumplían las condiciones establecidas pero que, eso sí, tenían recomendación de doña Begoña Gómez, son ciertos.
En El Debate de hoy se citan las múltiples defensas y variadas gilipolleces que expelen los socialistas y sus periodistas comprados, y los entrecomillados que siguen pertenecen a dicho periódico. Por ejemplo, el de una diputada llamada Marta Trenzano -a la cual probablemente conocerán en su casa- que dice:
«La derecha política, mediática y sociológica tiene una maquinaria que siempre pone en marcha cuando no gobierna. Han acusado al presidente de ilegítimo y a su esposa y su familia de mil barbaridades. Haciendo eso, demuestan que no son demócratas, que no creen en la democrácia (sic). Políticamente la democracia se fundamenta en aceptar estar en la oposición cuando te toca y ellos tienen un sentido patrimonialista del Estado por el cual el poder les pertenece y, si no lo tienen, que salte todo por los aires».
No soy de derechas, doña Marta, pero quizá debería usted tener en cuenta quien -qué persona, qué partido- tuvo como argumento principal en las últimas elecciones eso de que había que impedir que gobernara la derecha. También le convendría darle una vueltecita a lo del sentido patrimonialista del Estado, cuando su amado Perico usa el Falcon hasta para ir al lavabo, y acompañado de sus amistades; lo mismo para ir a conciertos que para pasar unos días en las propiedades del Patrimonio del Estado que son exactamente igual de propiedad de don Pedro Sánchez que mías. Y eso de que salte todo por los aires, doña Marta... Decir eso, a un mes del 11-M...
Por su parte, más de 3.000 periodistas y profesionales de los medios de comunicación han firmado otro «manifiesto» para reprobar el «golpismo judicial y mediático» que está sufriendo Begoña Gómez." (...) y que "«el ataque de la ultraderecha mediática y judicial contra la esposa del presidente del Gobierno es un nuevo intento de subvertir la voluntad popular expresada en las urnas mediante medios ilícitos.»
Ignorantes como buenos periodistas rojos, mezclan tonterías con las anteojeras del mandato partidista. Veamos: una persona física no puede sufrir «golpismo judicial y mediático», y puesto que doña Begoña Gómez es una persona física, ustedes -los periodistas firmantes- son gilipollas. Y los que se dejan informar por ustedes –entre otros, Silvia Intxaurrondo, Maruja Torres, Ana Pardo de Vera, Rosa Villacastin y Jesús Maraña–, más gilipollas aún.
Muestra de ello es la perla que sigue: «el ataque de la ultraderecha mediática y judicial contra la esposa del presidente del Gobierno es un nuevo intento de subvertir la voluntad popular expresada en las urnas mediante medios ilícitos.»
De entrada, no se sabe si es que los periodistas de marras no saben escribir -nada extraño, por otra parte- o que piensan que la voluntad popular fue expresada en las urnas mediante medios ilícitos. Porque para querer decir que se intenta subvertir por medios ilícitos la voluntad popular, les falta una coma. Exactamente entre urnas y mediante. De nada, iletrados.
Y eso por lo que respecta a la forma, que en un periodista debe cuidarse algo, digo yo. Por lo que respecta al fondo, meten la pata hasta más arriba del corvejón, porque la voluntad popular expresada en las urnas dio como ganador al PP. Otra cosa es que luego la mayoría de los perdedores se hayan puesto de acuerdo para pervertir la democracia, cosa que -no lo niego- es legal, pero no demasiado acorde con esa voluntad popular.
Pero lo que alcanza cotas dignas de función circense es lo de Patxi López. Pachi Nadie, por otro nombre; el Pachi Nadie del que la madre del asesinado Pagazaurtundúa dijo que haría cosas que le helarían la sangre. Este Pachi Nadie que ha acusado al PP de «falta de humanidad enorme» y de un «corazón de piedra» por criticar a Sánchez.
Bueno, Paquito; el PP ya te dirá lo que tenga que decirte, que eso a mi ni me va ni me viene. Pero la oposición -en los sistemas de democracia liberal- está para criticar lo que le parezca mal de lo que hace el Presidente. Por ejemplo, colocar a su mujer en un puesto para el que no tiene cualificación, y admitir sus recomendaciones a la hora de otorgar contratos públicos, con ese dinero que -por mucho que doña Carmen Calvo dijese que no es de nadie- es de todos los que pagamos impuestos. Incluidos los votantes socialistas, tan contentos de poner la cama además de lo otro.
Por otra parte, Paquito Nadie, si «en la decisión del presidente hay una reflexión política, pero también hay mucho amor», a mi me parece que las cosas íntimas no son para hacer campaña política. Pero es que yo soy un machista que no ve bien eso de utilizar a la esposa para hacerse publicidad.
Y para finalizar: Asimismo, Víctor Camino, diputado del PSOE por Valencia y secretario general de Juventudes Socialistas de España, ha expresado que el PP y la derecha ha sacado «toda su maquinaria de fango para acabar con la salud mental de todos los progresistas».
Pues bien, don Víctor: creo que usted -aunque evidentemente sin pretenderlo- da en el clavo: acostumbrados a sacar la «maquinaria de fango» para -por ejemplo- seguir acusando al hermano de la señora Díaz Ayuso después de que los tribunales no han encontrado delito en su actividad, a ustedes les han saltado los fusibles al comprobar que a sus paniaguados también les sacan los colores, y también los investigan los jueces. Eso, claro, hace que a los progresistas se les haya desmejorado la salud mental. ¡Ahí es nada, tratarlos a ellos como a cualquier otro ciudadano sujeto a la Ley!