Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

miércoles, 4 de julio de 2018

SOBRE LAS PRIORIDADES SOCIALISTAS.


Después de un mes largo sin dar señales de vida, supongo que algunos se habrían hecho la ilusión de que me hubiera muerto, y otros habrán imaginado que la actualidad me aburre profundamente. 


Lamento desilusionar a los primeros -bueno, no, ¡que coño!, no lo lamento en absoluto-, y doy la enhorabuena por su perspicacia a los segundos.

Lo que ocurre es que todo esto ya lo conozco; no diré que lo he vivido, pero sí que lo he leído, y es inútil comentar o vaticinar sobre algo cuyo final se conoce. La Historia se repite o, como afirmaba mi camarada Arturo Robsy -¡presente!-, personas igualmente tontas, sinvergüenzas y canallescas, realizan acciones idénticas que acaban de la misma forma.

Sea lo que sea, el caso es que -con las inevitables diferencias de forma, producto de tiempos distintos- el fondo de la cuestión viene a ser el mismo.

Y a lo que iba, que me enrollo. 

El PSOE -no Pedro Sánchez, sino el PSOE, porque los socialistas son quienes lo han puesto al frente- tiene muy claras sus prioridades. 

Lo primero, pagar a sus socios. No pagar, como cualquier persona honrada, porque sea lo justo, sino para poder contar con la misma voluntad comprada en el futuro. Así pues, ya hemos visto cómo en pocas semanas don Pedro Sánchez le regalaba -lo intentaba, al menos- RTVE a Pablo Iglesias. No le ha salido la jugada porque el candidato podemita era tan impresentable, que ni siquiera la banda que aupó al PSOE a la Moncloa ha sido capaz de tragárselo.

Segundo pago, el traslado de los asesinos etarras en prisión a cárceles próximas a su domicilio, ya en trámite. En el mismo plano, traslado de los golpistas catalanes a prisiones de Cataluña, con la cesión de las competencias sobre los centros penitenciarios al separatista gobiernito del señor Tuesta -Rufian dixit-, también previsto o en trámite.

Tercer pago, la vuelta al más cerril guerracivilismo, iniciado por Rodríguez Zapatero y tan querido por toda la caterva de canallas emperrados en ganar una guerra que perdieron hace casi ochenta años, y que no tardando mucho convertirá en delito una cabecera como la que abre este diario, o decir que con Franco se vivía mejor. Tienen que prohibirlo por ley, los cabritos, a ver si así se olvida la gente de quién instauró las pagas extraordinarias; de quién creó la Seguridad Social; de quién -43 años después de muerto- nos facilita aún el agua de nuestros grifos; de quién abrió la Universidad a todo el mundo; de quién llevó la economía al octavo lugar del mundo; de quién bajó el paro a niveles prácticamente inexistentes; de quién dió a los trabajadores -Fuero del Trabajo- más derechos de los que nunca antes, ni después, tuvieron; de quién construyó cientos de miles de viviendas de protección oficial.

Será delito decir todo esto -por más que los datos lo sigan demostrando- en tanto que la señora Carmena, alcalda de la desgraciada ciudad de Madrid, proyecta un monumento -paralizado hoy por decisión judicial, pero todo se andará- de homenaje a los chequistas rojos.

Y, como colofón, don Pedro Sánchez se entrega -como antes Rodríguez- a la necrofilia. En su primera acepción, que se sepa. Necrofilia de profanador de tumbas -fijación habitual entre los socialistas durante la guerra que perdieron, entre otras cosas porque en vez de ir al frente iban a desenterrar cadáveres de decenios o de siglos-, que no tiene mejor cosa a la que dedicarse desde el Gobierno al que ha accedido por las componendas, y no por las urnas.

Don Pedro Sánchez tiene como prioridad de su Gobierno desenterrar el cadáver del Excelentísimo Señor Don Francisco Franco Bahamonde, Generalísimo de los Ejércitos y Caudillo de España. Desenterrar el cadáver de José Antonio Primo de Rivera, Jefe Nacional de Falange Española de las JONS asesinado en Alicante tras un simulacro de juicio, con un tribunal ilegal y unos cargos insostenibles habida cuenta de que llevaba encarcelado varios meses. 

Y también, por supuesto, una muestra de necrofilia mucho más perversa: la primera ley promovida por los socialistas, es la que permitirá pasaportar ancianitos y enfermos cuando empiecen a molestar. ¿Para qué mejorar la Seguridad Social, si podemos quitar de en medio a los enfermos; para qué mejorar -de verdad- las pensiones, si podemos ultimar a los ancianos con total modernidad?




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