Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

miércoles, 24 de abril de 2024

SOBRE INVITACIONES.

Recibo con cierta frecuencia -en ese invento absurdo y ridículo que es Facebook; invento que nos separa de nuestros semejantes más que nos une- invitaciones a unirme a tal o cual grupo, generalmente vinculado a VOX.

Respetando a quienes me invitan -y agradeciéndoles el interés-, quiero dejar las cosas claras por si alguna vez hubo duda en mi pensamiento.

Es cierto que he votado a VOX en algunas ocasiones; tres o cuatro si mal no recuerdo. Es cierto que en todas esas ocasiones lo he dicho, lo he escrito y lo he publicado, mas que nada porque sé que jode. También es cierto que siempre he dicho -ateniéndome a la recomendación joseantoniana para las elecciones de 1933- que VOX me parecía lo menos malo,  y en esa condición lo votaba. La satisfacción de fastidiar a los rojiprogres y a los tontiprogres -esto es: PSOE y PP- ya me valía el esfuerzo.

Pero, -lo repito- quiero dejar las cosas claras. No soy militante de VOX, ni siquiera simpatizante. No he asistido a ningún acto de VOX, ni tengo intención de hacerlo. Me parece que su programa para las citas electorales en las que lo he votado eran lo suficientemente compatibles con mis ideas, dentro de lo que su adhesión a este sistema permite, como para ir a votar. Y para nada más.

No puedo ser militante de VOX, ni simpatizante, ni unirme a ningún grupo de apoyo a VOX, por la sencilla razón de que soy Nacionalsindicalista.

Esto, para modernos, progres y peperos en general, que no sabrán qué es, quiere decir que soy falangista aunque -me apresuro a avisarlo- no pertenezco a ningún grupo falangista. Soy nacionalsindicalista -o joseantoniano, si así me entienden mejor- por libre. Y lo soy por la sencilla razón de que no reúno las condiciones que los grupos falangistas suelen exigir a la hora de combatir al Excelentísimo Señor D. Francisco Franco Bahamonde, así como por otras cuantas razones que me han ido dando a lo largo del tiempo.

Este es, también, el motivo de que no me defina simple y llanamente como falangista sin más. No tengo ganas de que ningún purista me venga diciendo que no puedo ser falangista si no coincido con su pensamiento particular sobre el Régimen de Franco, sobre su obra y sobre su recuerdo.

Quede, por tanto, claro: no apoyo a VOX más allá de un momento concreto. Soy Nacionalsindicalista porque creo en lo que dijo José Antonio; porque me da la gana, y porque puedo. Ser Nacionalsindicalista  -adviértese- no es algo al alcance de cualquiera, como tampoco está al alcance de cualquiera ser católico, por ejemplo.

No me llamo falangista porque no milito en ninguna Falange, y así nadie me tiene que echar por no cumplir sus estándares de antifranquismo o de connivencia con el rojerío. 

Así es que -sin sentirlo nada, pero agradeciendo el interés- comunico que no me voy a adherir a ningún grupo feisbuquero de apoyo a ningún partido político del sistema.


No hay comentarios:

Publicidad: