Pero piense el Gobierno que si España se le va de entre las manos, no podrá escudarse tras de una excusable negligencia. Cuando la negligencia llega a ciertos límites y compromete ciertas cosas sagradas, ya se llama traición.

José Antonio Primo de Rivera.
(F.E., núm. 15, 19 de julio de 1934)

domingo, 22 de octubre de 2023

SOBRE MI CAMARADA LUIS.

Que es -como probablemente ya todos ustedes sepan- Luis Tapia Aguirrebengoa, mi Coronel, mi camarada y un maestro de señorío, de entereza y de hidalguía.

Quizá alguien piense que últimamente sólo escribo para recordar a quienes ya se fueron a los luceros, y es cierto. Pero es que -ya desde hace tiempo- pienso que los muertos son lo único serio en este país de vivos, vivillos y vivales.

Los vivos, vivillos y vivales hace tiempo que han ascendido en el escalafón de la canallería, y han llegado a cumplir sus objetivos personales: ya son presidentes de gobiernos -con minúscula, que no merecen otra cosa-; ministros, ministras y ministres; fiscales y fiscalas y fiscalos; jueces, juezas y juezos. Por no citar más grados de la hideputez.

En cambio, los muertos -los nuestros, al menos- cada día se demuestra que siempre estuvieron en lo cierto, que lo que dijeron iba a ir a Misa no tardando demasiado, y que lo que nos venía ya estaba a la vista para quien tuviese el valor de mirar de frente.

Como muestra, el artículo de mi camarada el Ilustrísimo Sr. D Luis Tapia Aguirrebengoa, Coronel legionario que desde Juntas Españolas intentó luchar por una España que ya desaparecía, y allí nos conocimos; y que desde las páginas de EJE lo dijo bien alto y claro.

Aquí pueden ver, pulsando sobre la imagen y ampliándola cuanto necesiten -porque la porquería de los sistemas operativos vigentes me impiden trasladarlo a texto con la facilidad de antaño-, lo que escribió mi camarada Luis acerca de los separatismos, los separatistas y los cómplices, hace la friolera de 33 años. Concretamente, en el número 10 de EJE, correspondiente a marzo de 1990.

Si cambian los nombres de entonces por los de ahora, ahí tienen la crónica de ayer o anteayer. Y -lo peor- la de mañana, cuando el separatismo triunfe gracias al traidor Sánchez, y ni uno solo de los patriotas oficiales de uniforme y pesebre recuerde el artículo 8º de la puñetera Constitución, y ni uno sólo de los ciudadanitos votantes del socialismo, el comunismo y el hideputismo se cuelgue bajo un puente como expiación.



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